Pocas ideas de una opción política se usan con más confusión y/o desconocimiento teórico como lo es el “liberalismo”. Muchos, quizás demasiados, confunden y se definen como “liberales” cuando en realidad son simplemente libertinos, relativistas o hasta en muchas ocasiones, simplemente insolidarios que autojustifican sus actitudes asociales calificándose como tales. ¡Nada más lejos de la realidad!
Técnicamente el liberalismo es lo que el título de este artículo define: una filosofía política, moral, y económica que defiende la libertad individual, la limitación del poder del Estado, así como la igualdad ante la ley.
Son muchos los autores que han escrito sobre el liberalismo. Sin embargo, entre los principales representantes del liberalismo cabría destacar a los siguientes: John Locke, Adam Smith, David Ricardo, François Quesnay, Frédéric Bastiat, Friedrich Hayek y Ludwig von Mises.
Escuelas del liberalismo:
La Escuela de Salamanca:
Se podría decir que las ideas liberales tienen su origen primigenio en la llamada “Escuela de Salamanca”. La conformaban un grupo de teólogos y juristas españoles durante los siglos XVI y XVII, cuya tarea principal fue renovar el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, para introducir avances en el campo jurídico, teológico, social y económico, propios del humanismo renacentista. Muchos de estos descubrimientos proceden de hitos tales como el descubrimiento de América o la reforma protestante de inicios del siglo XVI.
El dominico encargado de sentar las bases de dicha escuela de pensamiento fue el teólogo Francisco de Vitoria, catedrático de la Universidad de Salamanca a comienzos del siglo XVI. Prácticamente todos los miembros de la Escuela de Salamanca en sus orígenes eran escolásticos, pero solo una minoría del conjunto de los escolásticos de la época pertenecían a la Escuela de Salamanca. Algunos de los escolásticos más relevantes de la época, pertenecientes a dicha escuela fueron: el ya mencionado Francisco de Vitoria, Juan de Mariana, Luis de Molina, Domingo de Soto, Tomás de Mercado… Entre estos, los más conocidos hoy en día son Francisco de Vitoria y Juan de Mariana, por sus contribuciones al Derecho y la Economía.
Escuela Clásica de Economía (Liberalismo económico anglosajón de la Ilustración):
Es la escuela de pensamiento económico que se desarrolló desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX y cuyas principales figuras fueron Adam Smith, Thomas Robert Malthus, David Ricardo y John Stuart Mill.
Es considerada por muchos la primera escuela económica moderna. «La riqueza de las naciones«, de Adam Smith, es uno de los libros más leídos en economía hasta la actualidad. Este autor considera que los grandes agentes económicos son los empresarios (hombres de negocios) y los asalariados (trabajadores); mientras que el Estado limita su actividad en tan solo tres grandes áreas: la administración de la justicia, la defensa/orden público y en la actividad económica tan solo en aquellas donde la iniciativa privada no sea capaz de posibilitar su desarrollo —actividades que no son ofrecidas, pero sí demandadas por la sociedad— por ejemplo: enseñanza, sanidad, planes de pensiones para los asalariados con menores recursos, etc.
Thomas Robert Malthus probablemente fue la primera persona que fue titular de una cátedra de economía, analizó la población y su crecimiento, geométrico, y el de la producción y su crecimiento aritmético. Pero en realidad debería ser más reconocido por su idea, muy avanzada para su época, de la posibilidad de una insuficiencia de demanda.
Por su parte, David Ricardo desarrolla la teoría cuantitativa del dinero, considerando que este es un mero regulador del valor. En definitiva, impulsó el sistema del patrón oro que tantos éxitos obtuvo hasta la Primera Guerra Mundial para dar estabilidad económica y facilitar el comercio entre las naciones. En sus discusiones con Malthus defiende el libre mercado. Sus ideas están recogidas en su “Ensayo” sobre la influencia del reducido precio de los cereales y las utilidades del capital.
Por último, John Stuart Mill en sus «Principles» sistematizó las doctrinas tanto de Malthus como de Ricardo, logrando una obra de gran valor literario y que fue el libro referente de la Escuela Clásica hasta el advenimiento del “marginalismo”. Para Stigler, Stuart Mill tiene el mérito de introducir aspectos novedosos como, por ejemplo, los costes alternativos, las economías de escala o las limitaciones a la ley de los mercados de Say.
Escuela Austriaca (S.XIX- actualidad)
La Escuela Austriaca es el origen de numerosos conceptos económicos aplicados al análisis marginal (utilidad marginal, coste de oportunidad…) que estructuran la economía contemporánea. Los dos discípulos principales y directos del fundador de la Escuela Austriaca de Economía, Carl Menger fueron Friedrich von Wieser y Eugen Böhm-Bawerk, defensores de la teoría del valor subjetivo y el marginalismo. Esta escuela continuó desarrollándose en Austria durante el periodo de entreguerras, a través de las figuras de Ludwig von Mises y de Friedrich A. von Hayek. Toda una serie de autores que conforman hoy en día la memoria de la Escuela Austriaca fueron los ya mencionados Carl Menger y Friedrich von Wieser, aparte de algunos autores menos conocidos como Oskar Morgenstern, Hans Mayer, Robert Meyer…
La emigración de estos economistas, a menudo forzada, durante la década de 1930, a causa del antisemitismo Nazi que asolaba Austria (sobre todo a partir de 1938) no significó la muerte de su tradición académica. En particular, la llegada a los Estados Unidos de Mises y de Hayek, dio origen, después de la Segunda Guerra Mundial, a una nueva generación de autores inspirados por el análisis austríaco, principalmente, Kirzner y Rothbard que, a su paso, añadieron su granito de arena a la Escuela Austriaca.
Hoy en día, los autores más conocidos de la Escuela Austriaca son Friedrich von Hayek y Ludwig von Mises.
Escuela de Chicago (S.XX-actualidad)
La Escuela de Chicago comenzó siendo una corriente de pensamiento en defensa del libre mercado, en la segunda mitad del siglo XX. La Escuela de Chicago se opuso frontalmente a la teoría económica keynesiana y las políticas fiscales expansivas. Es una de las principales escuelas de pensamiento económico enmarcadas dentro del concepto de “economía neoclásica”, realzando la figura del “homo economicus” propia de la teoría racionalista respecto a las expectativas y comportamiento de los consumidores. La Escuela de Chicago la funda George Stigler, recibiendo el Premio Nobel en 1982.
Tan solo 6 años antes recibía el Premio Nobel Milton Friedman, uno de los principales economistas de la Escuela Austriaca, conocido por sus estudios sobre teoría monetaria y las relaciones entre el crecimiento de la masa monetaria, el crecimiento económico, y la inflación subyacente. Una de sus obras más destacadas es “Historia monetaria de los Estados Unidos”, que escribió junto a Anna Schwartz.
¿Y qué hay del neoliberalismo?
El término “neoliberalismo” fue acuñado por primera vez en el año 1938 de la mano del académico ruso Alexander Rüstow tratando de describir una teoría socioeconómica que representara una tercera vía entre el capitalismo y el socialismo, tratando así de diferenciarlo del liberalismo clásico o las teorías del laissez faire. Asimismo, la ideología que más se asemeja a aquello a lo que se refería Rüstow hace 81 años, sería la economía social de mercado, conocida hoy en día como “socialdemocracia”.
En la última década el término “neoliberalismo” tiene un carácter peyorativo, y es empleado casi exclusivamente por parte de economistas más intervencionistas o cercanos al socialismo de mercado, como es el caso de Paul Krugman o Joseph Stiglitz. Con todo, sigue sin ser un término aceptado por los economistas de corriente liberal, que prefieren denominarse como “liberales”, “libertarios” (con la debida diferenciación que esto conlleva), o “capitalistas”.
Así pues, más allá de los juicios de valor que inclinarían la balanza sobre lo mejor o peor de la corriente, más allá de la ideología de quien transmite el término e incluso obviando los orígenes de quien lo acuñó, si nos ceñimos estrictamente a la idea bajo la que nació el término neoliberalismo, podríamos decir sin temor a equivocarnos que el concepto de neoliberalismo está más cerca de la socialdemocracia que del liberalismo. Lo cual no es bueno, ni malo, mejor ni peor, simplemente es lo que dicta el conocimiento de la historia.
Los puntos básicos del pensamiento liberal son:
- Potente defensa del derecho a la propiedad privada.
- Igualdad real ante la ley de todos los individuos e instituciones de la sociedad.
- Menor regulación de los diferentes mercados por parte de las autoridades.
- Mayor independencia, libertad y responsabilidad de los consumidores.
- Menores impuestos y reducciones de trabas al comercio y el emprendimiento.
- Menor intervención de los bancos centrales en la política monetaria y los mercados financieros.
Tipos de liberalismo:
Daría para otros muchos artículos entrar en los detalles de cada uno de los tipos de liberalismo. A fin de no extenderme más de lo razonable, permíteme amable lector que solo los mencione. Entre las principales corrientes que se derivan del liberalismo cabría destacar las siguientes:
- Liberalismo clásico.
- Anarcocapitalismo.
- Ordoliberalismo.
Conclusión:
El liberalismo surge como respuesta y oposición a las monarquías absolutistas pertenecientes al Antiguo Régimen que surgen en la mitad del siglo XVIII. Recordemos la máxima del Despotismo Ilustrado: “Toda para el pueblo, pero sin el Pueblo”.
Quizás en otro artículo valdría la pena un repaso histórico del convulso siglo XIX en la España posterior a la Guerra de la Independencia, Fernando VII, las Cortes de Cádiz, etc. que supuso en España el final de la monarquía de corte absolutista, para pasar a unas monarquías de corte constitucional con constituciones liberales en mayor o menor medida y a dos repúblicas.
La teoría política (personalmente me niego a hablar de ciencia política, ya que la ciencia se basa en el Método Científico, cosa que es más que dudoso en el caso de la política) es un espacio proclive a la confusión y a la demagogia.
Acostumbrados como parece que estamos en la actualidad en una consideración lineal de las opciones políticas colocándolas en la derecha o la izquierda del espectro político, el liberalismo estaría en el polo opuesto a la socialdemocracia y las políticas basadas en el marxismo o el fascismo.
Mientras el liberalismo aboga por la libertad individual, la iniciativa, el mercado y la incidencia limitada del estado, las anteriormente mencionadas abogan con mayor o menor intensidad por la injerencia del estado en todos los aspectos de la economía, la iniciativa, el mercado y en el fondo de la merma de libertad individual; en resumidas cuentas, la injerencia del estado en todos los aspectos de la vida de los ciudadanos.
En el fondo, el liberalismo va intrínsecamente ligado al capitalismo. Guste o no, sea políticamente correcto o no, estos conceptos han supuesto en términos absolutos la mayor tasa de bienestar social en las sociedades donde ha encontrado implantación.
No soy economista y por lo tanto no me veo en posición de un análisis exhaustivo de los aspectos económicos. En mi exposición, he intentado ser lo más aséptico posible y acudir a las fuentes académicas e históricas. Espero que este artículo haya sido clarificador. Gracias por leerme.
Albert Mesa Rey | Escritor
(Las opiniones expresadas en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de Adelante España)