La soledad es el gran problema de los 2 millones de hogares de personas mayores que viven solas

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soledad en personas mayores

Según el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), existen aproximadamente 2.000.000 de hogares donde reside una persona mayor sola. Son casi la mitad de los 4,7 millones de hogares unipersonales, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) . De ellos, más de 850.000 tienen 80 o más años y la gran mayoría son mujeres: 662.000.

Soledad. Efectos sobre la salud

En la sociedad actual, el problema de la soledad se agiganta con los años. Y es que la soledad, aunque no lo parezca, es peor que la obesidad en cuanto a muertes prematuras en personas mayores se refiere, ya que tiene graves consecuencias en la salud. Las situaciones de soledad en personas mayores pueden desembocar en el aislamiento social y provocar tristeza o miedo, desarrollando depresión u otras enfermedades neurodegenerativas.

Se ha comprobado que cuando alguien se siente aislado puede tornarse agresivo o retraído, y hasta desarrollar actitudes hurañas. Esto hace más difícil que sean tratados si no se enfrenta a tiempo el problema. Estudios realizados esta vez por la Universidad de Chicago demostraron que estos sentimientos conllevan enfermedades cardiovasculares e incluso afectan el sistema inmunológico y endocrino. El aislamiento social, que suele comportar soledad, es uno de los principales factores de riesgo de distimia, ansiedad y enfermedades neurodegenerativas.

Cuando las familias no pueden prestar la atención que necesitan y desean sus familiares, los cuidados a domicilio pueden ayudar a paliar ese sentimiento de soledad.

Fortalecer lazos intergeneracionales

Se necesita destacar que cada vez más la importancia de fortalecer los lazos intergeneracionales. En este sentido, la relación entre abuelos y nietos se ha convertido en un factor clave para paliar la soledad en la vejez.

El tiempo compartido entre distintas generaciones tiene una profunda relevancia. «La relación entre abuelos y nietos es una de las interacciones más significativas en el desarrollo emocional y social de las personas. El tiempo que comparten puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo, así como enfermedades crónicas como el alzhéimer o la demencia senil; y a mejorar los test de habilidades mentales de los mayores, pues el papel que juegan los abuelos a nivel social les genera sensación de utilidad y de pertenencia.

Entre los beneficios más importantes que puede traer consigo una relación sana entre los más mayores y los más jóvenes destaca, en primer lugar, el apoyo emocional ya que los abuelos son una fuente incalculable de sostén anímico para los nietos. Proporcionan un oído atento, comprensión y aliento incondicional. Esta conexión puede ayudar a los nietos a lidiar de mejor manera los desafíos de la vida.

La comunicación entre abuelos nietos fomenta un aprendizaje intergeneracional con un intercambio de ideas, valores y tradiciones. Los mayores transmiten conocimientos culturales, habilidades prácticas y lecciones importantes que enriquecen la identidad y la herencia familiar de los más jóvenes. No debe olvidarse que pasar tiempo juntos crea recuerdos felices y momentos de entretenimiento. Jugar, reír y disfrutar de actividades juntos refuerza las uniones afectivas y establece un ambiente tanto positivo como enriquecedor.

(Con información de La Razón)

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