El Instituto de Seguridad y Cultura considera que España debe “no menospreciar” el rearme de Marruecos y por tanto “debe monitorizar su actividad
En los últimos años, Marruecos está llevando a cabo un ambicioso programa armamentístico para rearmar a sus Ejércitos y consolidar así su supremacía militar regional. Y entre otros, incluye la adquisición de material militar por más de 20.000 millones de dólares, al tiempo que busca dar un impulso a su industria de defensa. Pero no sólo eso, pues también ha optado por reintroducir el servicio militar obligatorio. Una serie de planes que básicamente se han convertido en una especie de competición con la vecina Argelia y que, más allá de las tensiones que pueda provocar entre ambos países, podría llegar a suponer un desafío para la integridad territorial de España.
Además, es una cosa sabida que Marruecos no ha olvidado sus pretensiones sobre Ceuta, Melilla y los peñones e islotes españoles del norte de África. Y ahora, el Instituto de Seguridad y Cultura -a través de su Observatorio de Ceuta y Melilla- insiste en esta idea recordando que Rabat emplea “estrategias híbridas con el objetivo de anexionarse dichos territorios. De ahí que reclamen al Gobierno “monitorizar la actividad marroquí”.
“Paciencia estratégica”
Los expertos tienen claro que “existe un conflicto latente” en el que, por ejemplo, “Rabat procura influir sobre la acción exterior española utilizando como palanca el control del flujo migratorio, la cooperación antiterrorista o la ratificación periódica de los acuerdos pesqueros de la Unión Europea”. Aspectos que, apuntan, “son utilizados por nuestro vecino como herramienta de presión y moneda de cambio”, porque “la paz no es sinónimo de armonía en las relaciones entre estados”, sentencia el informe.