Satanismo y profanación. Roban el copón con formas consagradas en un colegio de Sevilla

Un ataque deliberado a la Eucaristía

La sustracción de las formas consagradas pone de manifiesto la intención de los autores. No se trató de un robo ordinario, sino de un acto específicamente orientado contra lo más sagrado: La Eucaristía. El colegio ha comunicado que, además de los destrozos materiales en la zona de Administración y Servicios, los asaltantes no sustrajeron nada más, dejando claro que el objetivo era netamente religioso y no económico.

En respuesta a este grave atentado, el centro educativo ha convocado actos de desagravio para reparar el daño espiritual causado. La comunidad escolar, junto con familias y amigos, ha sido llamada a orar y unirse en defensa de los valores que este ataque intenta socavar.

El auge de los ataques satánicos en España

En los últimos años, los ataques a símbolos cristianos y sacrilegios eucarísticos han crecido de manera preocupante en España. Iglesias, colegios religiosos y templos se han convertido en blanco de actos de profanaciones y sacrílegos que, en muchos casos, no se denuncian por resignación.

El caso del colegio Adharaz-Altasierra no es un hecho aislado. La obsesión de los grupos satánicos por la Eucaristía revela un patrón que va más allá del mero vandalismo. Como señala el diario Hispanidad,

«los satánicos tienen obsesión por la Eucaristía y no es casualidad que el satanismo esté creciendo en España, al mismo tiempo que los ataques a la Eucaristía«.

Una sociedad desorientada, un ataque deliberado

Cuando una sociedad pierde sus referencias a Dios, el vacío espiritual se llena de ideologías y prácticas que fomentan el odio hacia lo sagrado. Este aumento de ataques satánicos no es espontáneo: es el resultado de una estrategia deliberada para desarraigar la espiritualidad cristiana de la vida pública y privada.

La profanación en Sevilla es un síntoma de un problema mayor. La falta de valores trascendentes y el avance de corrientes anticristianas reflejan una sociedad cada vez más desorientada. Es fundamental que las autoridades actúen con celeridad para identificar a los responsables.

La necesidad de una respuesta firme

El colegio ha actuado muy bien al convocar actos de desagravio y llamar a la unidad de su comunidad. Sin embargo, este hecho sacrílego exige algo más: es necesaria una denuncia firme ante las autoridades y un compromiso de la sociedad para no normalizar estos actos.

Defender los valores cristianos y denunciar los atentados contra la fe no es solo un deber de los creyentes, sino una exigencia de quienes aspiran a construir una sociedad verdaderamente libre y respetuosa con todas las creencias.

En definitiva, lo sucedido en el colegio Adharaz-Altasierra es un llamado de atención urgente. No es solo un ataque a un colegio, sino un síntoma de una sociedad que, al alejarse de Dios, abre las puertas al odio hacia lo sagrado.