En las últimas semanas, los ataques contra la religión católica en España parecen estar escalando en frecuencia y gravedad. Si hace unos días denunciábamos en Adelante España el robo sacrílego de un copón con las formas sagradas en un colegio de Sevilla, ahora nos encontramos con otro acto indignante: la profanación de un cementerio en Utrera (Sevilla). Estos no son hechos puntuales o aislados, sino parte de un patrón que sigue una hoja de ruta clara: atentar contra lo católico y socavar sus símbolos y valores más sagrados,

La profanación de Utrera

El martes pasado, unos individuos entraron al cementerio de la localidad sevillana de Utrera y perpetraron actos vandálicos y de profanación. Según ha informado Sevilla Confidencial, y lo ha recogido Hispanidad, los atacantes no solo destrozaron más de una veintena de sepulturas, sino que llegaron al extremo de exhumar restos mortales de los difuntos.

Tras el incidente, los restos profanados fueron repuestos en sus respectivas tumbas. Consuelo Navarro, delegada de Cementerios, expresó su dolor e indignación: «No entendemos cómo alguien puede atentar contra la paz de los difuntos y causar tanto dolor a sus familias. Esperamos que la justicia se haga y que los culpables paguen por lo que han hecho».

Actualmente, la Guardia Civil se encuentra investigando los hechos, intentando determinar el móvil de este acto de profanador y sacrílego.

Una señal de degradación moral y del odio creciente a la religión católica

Esta profanación no solo es un acto vandálico, sino una muestra alarmante de la degradación moral que afecta a nuestra sociedad y del odio creciente a la religión católica. Como bien subraya el profesor Javier Aranda, experto en sociología religiosa: «Cuando se pierden los valores fundamentales que sustentan el respeto por la vida y la muerte, lo que sigue es un colapso moral que amenaza a toda la comunidad».

Hoja de ruta; Un ataque dirigido contra lo católico

Es importante destacar que este no es un caso aislado. En los últimos meses, hemos sido testigos de múltiples actos que comparten un denominador común: atacar símbolos y valores de la fe católica. Desde profanaciones en iglesias hasta el robo de elementos sagrados, forma parte de una estrategia para destruir todo lo que representa el catolicismo en nuestra sociedad.

La fe como resistencia

Pero la escalada de ataques contra lo católico debe ser vista como un llamado a reafirmar los valores que sustentan nuestra fe y nuestra cultura. Como afirmó recientemente el sacerdote José Luis Gómez: «La fe no se extingue con ataques ni con profanaciones. Al contrario, crece en la adversidad y encuentra su fuerza en el sacrificio de los mártires y el testimonio de los fieles».

Que este acto de barbarie de profanación sacrílego no sea solo un motivo de indignación, sino también una oportunidad para actos de desagravios y reivindicar con mayor firmeza nuestra fe y nuestros valores.

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