Otra prueba del sectarismo ideológico de la agenda 2030: Dinamarca impone el ‘impuesto al eructo’ de cerdos y vacas

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Los ganaderos tendrán que pagar unos 40 euros por cada tonelada de metano emitida por cerdos y vacas a partir de 2030.

Un impuesto sin precedentes

El nuevo gravamen establece que los ganaderos deberán pagar 40 euros por cada tonelada de metano emitida por sus animales. Según informa The Copenhagen Post, esta tasa aumentará progresivamente hasta alcanzar los 100,50 euros por tonelada en 2035.

Dinamarca, cuya economía tiene en el sector ganadero un pilar esencial, parece estar dispuesta a sacrificar a este sector para cumplir los compromisos del Acuerdo para una Dinamarca Verde. Este pacto, que busca plantar 250.000 hectáreas de nuevos bosques y establecer cinco parques naturales nacionales, también implica la eliminación de 140.000 hectáreas de tierras bajas cultivables.

El impacto económico no es menor: el sector ganadero aporta el 2,4% del PIB danés y su cabaña de ganado incluye 900.000 cabezas de vacuno y 11,5 millones de cerdos. En un país donde el sector porcino tiene un peso destacado, con 13,5 millones de lechones vendidos vivos cada año a países como Alemania y Polonia, esta medida supone un golpe directo a los agricultores y ganaderos.

Una agenda 2o30 politizada sin fundamento científico

Cuando las políticas ambientales se convierten en dogmas ideológicos, como ocurre con la Agenda 2030, se corre el riesgo de imponer medidas sin considerar sus consecuencias reales.

En lugar de fomentar prácticas sostenibles y proporcionar herramientas a los agricultores para mejorar la eficiencia y reducir las emisiones, estas políticas de la agenda 2030 optan por el camino fácil: penalizar a quienes trabajan en sectores esenciales para la alimentación y la economía. ?¿Por qué? Porque quieren eliminar el sector primario. Esa es la verdadera razón.

Nueva Zelanda, que fue pionera en anunciar un impuesto similar para 2025, finalmente lo descartó tras la llegada de un gobierno conservador porque estas medidas no solo generan rechazo social, sino que ponen en jaque la competitividad de los productores locales frente a mercados internacionales menos restrictivos.

Las consecuencias de priorizar la ideología sobre la lógica

La imposición de impuestos como este refleja una sociedad que abandona las referencias científicas y humanas en favor de un sectarismo ideológico que conduce al fracaso. Las implicaciones de estas medidas no se limitan al sector ganadero, sino que afectan a toda la sociedad. Los precios de los alimentos se dispararán, la autosuficiencia alimentaria se verá comprometida, y miles de familias que dependen del sector primario enfrentarán la ruina.

Además, el desplazamiento de tierras cultivables para plantaciones de bosques demuestra un desconocimiento de las necesidades agrícolas en un mundo donde la demanda de alimentos sigue creciendo.

Un futuro insostenible en nombre de la sostenibilidad

El camino elegido por Dinamarca, bajo la influencia de la Agenda 2030, demuestra que cuando la ideología prima sobre la razón, los resultados son nefastos.

El «impuesto al eructo» no es solo una medida aberrante; es un símbolo de cómo la élite política está desconectada de las realidades del campo y de las necesidades reales de las personas. En lugar de imponer gravámenes punitivos, sería más efectivo invertir en investigación y desarrollo para encontrar soluciones que permitan una ganadería sostenible sin destruir economías locales.

La Agenda 2030 pasará a la historia no como un modelo de sostenibilidad sino como un ejemplo de cómo una sociedad puede autodestruirse cuando el sectarismo ideológico se impone al sentido común.

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1 comentario en «Otra prueba del sectarismo ideológico de la agenda 2030: Dinamarca impone el ‘impuesto al eructo’ de cerdos y vacas»

  1. Esta gente es idiota. Lo siento, pero no tengo otro calificativo para ellos. Idiotas y ladrones. No deberíamos consentirlo la gente que tenemos dos dedos de frente.

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