Los ultras radicales vegetarianos pierden más de medio millón de adeptos en dos años

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La realidad se impone y cuando algo se intenta imponer de manera ficticia termina en un sonoro fracaso.

Los ultra radicales vegetarianos que intentan eliminar la carne pierden fuerza en España. En sólo dos años, ha perdido más de medio millón de adeptos, unos 600.000 personas que han vuelto a consumir carne y han cambiado su dieta.

De acuerdo con los datos del último informe The Green Revolution, elaborado por la consultora Lantern, explican que, a día de hoy, se ha reducido el número de las personas que han eliminado la carne y el pescado de su dieta y, sin embargo, han aumentado los denominados flexitarianos (aquellos que siguen una dieta mezcla de vegetales con carne o pescado). O sea, lo de siempre. Ya hay unos 3,5 millones.

Con todo, este descenso del avance de las dietas basadas exclusivamente en alimentos vegetales «se ha visto reflejado en las ciudades, tanto en las de más de 100.000 habitantes como en las de menor tamaño».

La realidad se impone a la ficción

Con todo esto, podemos comprobar que, a pesar de los delirantes deseos de algunos ministros, como Alberto Garzón, así como los los lobbies animalistas de ultraizquierda que se empeñan en destruir el sector cárnico, los consumidores poco a poco están dejando atrás la influencia puramente ideológica del discurso anticarne, que se tiñen, además, de ecologismo y llevan a realizar algunos ridículos.

Sin embargo, este alejamiento de ideales ambientalistas y animalistas no parece significar nada para el Gobierno y los partidos de la coalición. En este sentido, la última ocurrencia de Sergio García Torres ha sido el impulso de la polémica Ley de Bienestar Animal. Otra aberración más de sectores fanáticos animalistas.

(Con información de Libre Mercado)

1 comentario en «Los ultras radicales vegetarianos pierden más de medio millón de adeptos en dos años»

  1. A ver si esta tendencia sigue y se vuelve a la cordura. De paso, podemos poner en el lugar que les corresponde a tanto mal ecologista suelto.

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