La religión Woke

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Acaba de salir publicado un interesante ensayo del filósofo Jean-François Braunstein sobre la anatomía de lo que denomina «un movimiento irracional e identitario que está poniendo en jaque a Occidente» .

Atentos a su contenido porque es uno de los temas que marcan la actual agenda política y cultural, con una influencia creciente. Ha sido polémico en Francia y un éxito de ventas. Afirma que es necesario intentar comprender los motivos del éxito de unas teorías extravagantes que se propagan a una velocidad cada vez mayor, lo que lleva a pensar que no van a desaparecer así como así. La ideología woke no es solamente un esnobismo pasajero sin consecuencias. Nos enfrentamos a militantes entusiasmados con la causa. No se trata únicamente de universitarios, sino de combatientes al servicio de una ideología que da sentido a su vida. Cualquiera que haya tenido la ocasión de debatir con activistas woke sabe muy bien que se enfrenta, como mínimo a personas entusiastas y, en la mayoría de los casos, a lo que Kant denominaba “visionarios”. Estamos ante un cambio radical: no se trata simplemente de una nueva ideología sino de un nuevo credo, de una nueva religión. El carácter tan intolerante de la religión woke, así como su rechazo a dirigirse a aquellos que no comparten su punto de vista y su ausencia de trascendencia hacen que, al menos de momento, parezca más bien una secta de dimensiones políticas y sociales. Es profundamente desalentador el hecho de que sea tan complicado luchar contra este tipo de movimientos porque la argumentación resulta casi imposible.

La obra se divide en cuatro capítulos y una conclusión.  El autor trabaja con artículos, tesis académicas, conferencias y ensayos, que cita y explica extensamente. Surgida en las universidades estadounidenses, Braunstein explica cómo esta ideología de verdades relacionadas con el género, la raza o la interseccionalidad se está extendiendo perniciosamente dentro de las sociedades occidentales, asfixiando la libertad de expresión. En nombre de la lucha contra la discriminación, este movimiento predica verdades bastante inusuales: su «teoría de género» sostiene que el sexo y el cuerpo no existen, y que solo cuenta la conciencia. Su «teoría crítica de la raza» afirma que todos los blancos son racistas, pero que ninguna persona «racializada» puede serlo. Su «epistemología del punto de vista» sostiene que todo conocimiento está localizado y que no existe ciencia objetiva, ni siquiera en las disciplinas tradicionales. El objetivo de los woke es «deconstruir» toda herencia cultural y científica de un Occidente que acusan de sexista, racista y colonialista. Incluso los académicos parecen haber sido seducidos por la absurdidad de estas creencias, y rechazan la razón y la tolerancia que hasta ahora habían sido el núcleo de su profesión.

Jean-François Braunstein es profesor de Filosofía Contemporánea en la Universidad de París 1 Panthéon-Sorbonne. Enseña Historia de la Ciencia y Filosofía de la Medicina, así como Ética Médica. ¿Cómo explicar que universitarios, es decir, personas en teoría formadas y con pensamiento crítico, sean los primeros en entusiasmarse con la idea de un género liberado del cuerpo o con el hecho de retomar la desagradable noción de raza? La paradoja es que todo esto está literalmente arrasando con todo a su paso: universidades, escuelas, empresas, medios de comunicación y cultura. Para Jean-François Braunstein, estas creencias son desalentadoras para nuestras sociedades, gobernadas por élites universitarias hiperconectadas:  «La ideología woke no es solamente un esnobismo pasajero sin consecuencias. Nos enfrentamos a militantes entusiasmados con la causa. No se trata únicamente de universitarios, sino de combatientes al servicio de una ideología que da sentido a su vida». Lo más característico de esta religión woke es que no existe el perdón.

Utiliza tres enfoques: primero, que el término woke es más adecuado que el de «políticamente correcto», que se empleaba en los años ochenta, para describir las corrientes de pensamiento que anunciaban estas ideologías. No obstante, «políticamente correcto» era un término esencialmente peyorativo, utilizado por aquellos que se oponían a las tentativas progresistas de entonces de controlar el lenguaje y evitar las expresiones «discriminatorias». Segundo, que en ciertas ocasiones, se ha empleado también «justicia social», utilizando medios coercitivos si es necesario. No obstante, es evidente que la expresión «justicia social» no se adapta al lugar preeminente que los militantes woke conceden a las nociones de género y de raza, en tanto en cuanto la cuestión social se deja totalmente de lado. Un tercer término es el de «cancel culture», es decir, «cultura de la cancelación». Este hace referencia, de manera peyorativa, no al contenido de sus creencias, sino a su modus operandi. Esta costumbre de «anular» a sus detractores es, en efecto, uno de los rasgos más característicos y detestables de este movimiento. La voluntad de aniquilar y de borrar a sus detractores no puede sino recordarnos la manera en la que los «enemigos del pueblo» eran eliminados poco a poco de las fotografías soviéticas. Más allá del método, esta noción de cancel culture no nos permite saber con exactitud qué ideas pretende fomentar realmente la cultura woke.

Autor: Gabriel Cortina

Ficha técnica:
La religión Woke
Jean-François Braunstein
Editorial La esfera de los Libros
247 páginas
@esferalibros

Deja un comentario