Solo el 6 por ciento de las familias con un paciente con esta enfermedad puede asumir los gastos que comporta
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa que, aunque no dispone de una cura sí tiene cuidados paliativos que requieren del trabajo de las enfermeras, pero existe un «acceso desigual» a estos cuidados «según el lugar de residencia o el nivel adquisitivo». De hecho, solo el seis por ciento de las familias con un paciente de ELA puede asumir los gastos que comporta la enfermedad. Así lo ha manifestado el presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), Florentino Pérez Raya, durante su intervención en el webinar La ELA: el cuidado a unas personas excluidas del estado de bienestar, promovido por el Consejo General de Enfermería.
La mayoría de los pacientes no pueden acceder a los cuidados que necesitan
Entre 4.000 y 4.500 personas padecen ELA en España
Se trata de una enfermedad «neurodegenerativa, irreversible y letal que se caracteriza por la degeneración progresiva y la muerte de las neuronas motoras. Se estima que entre 4.000 y 4.500 personas padecen ELA en España, una enfermedad que no tiene cura, pero sí tratamientos sintomáticos que mejoran la calidad de vida del paciente. Hablamos, por ejemplo, de tratamientos de fisioterapia, logopedia o atención psicológica. Sin embargo, a medida que la enfermedad avanza, los cuidados que requieren los enfermos van en aumento y las necesidades son muchas.
En fases avanzadas, el gasto es de hasta 60.000 euros al año. Y con estos costes, solo el seis por ciento de las familias con un paciente con ELA puede asumir los gastos que comporta la enfermedad, además de que «solo el cinco por ciento de los pacientes con ELA deciden hacerse la traqueostomía por el coste económico que implica.
Les llevan a la Eutanasia
Existen muy pocas ayudas públicas para estos pacientes, ya que estas «no llegan a cubrir el 15 por ciento de los gastos reales que tiene que hacer frente una familia». Los pacientes de ELA se ven abocados en muchas ocasiones a optar por morir, a pedir la eutanasia, cuando lo que de verdad querrían es que se les ayude con urgencia a tener una vida digna», pero el Estado les niega la ayuda como regla general en la mayoría de los hospitales