Mientras Trump aguante en la Casa Blanca mitigarán su implantación de las ideología de género y cultura woke.
Del 13 al 15 de junio se está celebrando en Estocolmo la 71ª edición del Club Bilderberg 2025, una de las reuniones anuales más opacas del panorama internacional, a la que acuden entre 120 y 140 líderes políticos y perfiles destacados del ámbito de la empresa, las finanzas y la academia. Aproximadamente, dos tercios de los participantes provienen de Europa y el resto de Norteamérica. Entre ellos, solo cinco españoles, han sido invitados este año. Y, de nuevo, solo una es mujer: Ana Botín, presidenta del Banco Santander.
Desde su fundación en 1954, el Club Bilderberg funciona como un foro semisecreto no oficial donde las élites occidentales coordinan estrategias geopolíticas, financieras y sociales que afectan a todo el mundo. Aunque sus deliberaciones no son públicas, su influencia es notoria. En sus mesas se anticipan movimientos clave: cambios de poder, conflictos globales, realineamientos de alianzas y políticas tecnológicas de alcance global.
En esta edición 2025, los temas tratados, entre otros, incluyeron:
- La guerra en Ucrania y el nuevo equilibrio militar europeo
- La expansión de la Inteligencia Artificial
- La crisis energética y las migraciones masivas
- La redefinición de las democracias liberales ante el avance populista
- El papel de China y la reconstrucción de la hegemonía occidental
Adaptarse a Trump: Un viraje en la narrativa
Es la primera reunión de Bilderberg desde que Donald Trump es presidente de los Estados Unidos y por tanto han tenido que dar adaptar sus ingenierías sociales Woke y de Genero. Ahora resulta que ya son un poco menos feministas, menos homosexualistas y menos trans. Incluso aceptan que la gente tenga derecho a ser heterosexual y hasta de raza blanca…Hay que retirarse a los cuarteles de invierno.
Uno de los elementos más comentados entre los asistentes ha sido el cambio de tono en el enfoque globalista. Según filtraciones recogidas por varios medios financieros, algunos delegados han expresado abiertamente su cansancio ante el exceso de ingeniería social. La cumbre ha girado hacia un enfoque más económico y estratégico, y ha dejado de lado los mantras de la ingeniería social.
Un alto directivo bancario europeo lo explicó así: “La gente ya no quiere escuchar discursos sobre género, diversidad o privilegios históricos. Quieren orden, seguridad y previsibilidad”.
Ana Botín, figura clave en el eje Bilderberg-Madrid
De los asistentes españoles, destaca Ana Botín, presidenta del Banco Santander. No solo estuvo presente: además es una de las figuras organizadoras del capítulo español del club. Su papel ha sido decisivo para consolidar una nueva narrativa en la que España solo estará representada si ofrece estabilidad institucional, seriedad económica y alineación con el orden global.
La presencia de la globalista Nadia Calviño, ya fuera del Gobierno y con cargo en el Banco Europeo de Inversiones, también subraya que la representación española en Bilderberg no tiene ya ningún vínculo con Moncloa.
Una ausencia significativa: Sánchez queda fuera del poder global
La cumbre del Club Bilderberg 2025 ha dejado una fotografía demoledora: Sánchez rechazado por Bilderberg. A pesar de haber sido presidente del Gobierno durante dos legislaturas y de haber buscado reconocimiento internacional, su figura ya no interesa a los grandes arquitectos del orden mundial. La élite globalista ha optado por ignorarlo de forma deliberada, marginando a su Gobierno y apuntando a nuevos actores. Lo decidieron el reunión de Madrid de 2024 y se ha constatado durante este año.
Entre los más de 130 invitados de alto nivel –banqueros, jefes de Estado, estrategas militares y tecnólogos– no se encuentra Pedro Sánchez, ni tampoco ningún ministro ni asesor político del PSOE. Un hecho que no es casual. De España, solo asistieron cinco nombres: Ana Botín, Pablo Isla, Nadia Calviño, Pablo Hernández de Cos y Diego del Alcázar. Ninguno vinculado directamente con el actual Ejecutivo.
Una vez decidido que Sánchez ya no interesa, los escándalos se suceden
Desde el verano de 2024, casualmente tras la reunión de la anterior reunión en Madrid del Bilderberg, los escándalos que salpican a Pedro Sánchez, su familia y su Gobierno han comenzado a sucederse sin tregua: investigaciones judiciales por presuntas corruptelas, tráfico de influencias en el entorno de Begoña Gómez, uso partidista de instituciones del Estado y una presión mediática creciente. Todo ello ha minado su imagen tanto dentro como fuera de España. La cascada de informaciones no se detiene, y el mensaje que se lanza desde ciertos centros de poder es claro: Sánchez ha dejado de ser útil.
¿Casualidad? En política, la casualidad no existe. Los mismos globalistas que durante años toleraron sus excesos por conveniencia, hoy lo han sentenciado: Pedro Sánchez ha muerto políticamente. La cumbre de Bilderberg 2024 decidió esa defunción política. A partir de ahí, los escándalos empezaron a brotar como setas, convenientemente filtrados, alimentados y amplificados. No por ética, sino porque el guion ya no lo necesita. Quien ayer servía a sus intereses, hoy se convierte en un estorbo.
El poder globalista toma partido: Feijóo dentro, Sánchez fuera
Más allá de la lista de asistentes, hay señales elocuentes. Una fuente interna del entorno financiero confirmó: “Feijóo genera más confianza que Sánchez, sobre todo por su perfil predecible, manejable y por alejarse del populismo radical. Nos interesa ahora”.
La invitación a Pablo Hernández de Cos, ex-gobernador del Banco de España, no es casual. Es un perfil económico técnico, moderado y muy cercano al proyecto de Feijóo, quien incluso lo llegó a contemplar como posible ministro de Economía. Su presencia en Bilderberg funciona como una carta de respaldo. En otras palabras: el globalismo se decanta por Feijóo como su interlocutor válido en España.
El Club Bilderberg ha cambiado el paso, alejándose del discurso «woke» y buscando estabilidad en perfiles más clásicos y previsibles. Esto explica que figuras como Botín, Calviño e Isla hayan ocupado la representación española en el cónclave sueco.
La cumbre de Bilderberg 2025 ha confirmado lo que muchos ya intuían: Pedro Sánchez ha dejado de importar. Su nombre no aparece, su influencia se ha evaporado, y su Gobierno ya no figura en las grandes mesas donde se discuten los próximos pasos de la geopolítica.
Por el contrario, Feijóo emerge como la opción manejable y dispuesto a seguir la hoja de ruta de los poderes económicos y globalistas. Es el interlocutor útil para el futuro inmediato.
1 comentario en «Nueva reunión del club Bilderberg: Adaptar sus planes a la era Trump, Feijóo…»
… con Feijoo, más de lo mismo