El Gobierno oculta el origen real de la inmigración ilegal: Argelia y Marruecos

inmigración ilegal en España

El 70% de la inmigración ilegal que llega a la Península, Baleares, Ceuta y Melilla procede de Argelia y Marruecos

La inmigración ilegal en España se dispara y el Gobierno oculta sus causas. El 70% de quienes llegan a la Península, Baleares, Ceuta y Melilla proceden de Argelia y Marruecos.

El 70% de la inmigración ilegal en España procede del Magreb

Los datos del informe de ACNUR del 10 de octubre revelan un hecho incómodo: la inmigración ilegal en España está dominada por marroquíes y argelinos. Entre enero y agosto de 2025, 6.231 inmigrantes ilegales eran argelinos (53%) y 2.003 marroquíes (17%).

En conjunto, siete de cada diez inmigrantes ilegales que entran por la ruta del Mediterráneo Occidental – que incluye la Península, Baleares, Ceuta y Melilla- proceden del norte de África. Un dato que desmiente la narrativa del Gobierno, que intenta justificar la llegada masiva de ilegales como una supuesta huida de guerras, hambre o persecuciones.

La realidad es otra: la inmigración ilegal en España responde a redes de mafiosos y criminales que operan desde Argelia y Marruecos con total impunidad. Estas mafias utilizan narcolanchas y embarcaciones rápidas, con la pasividad de un Ejecutivo que oculta deliberadamente los datos por nacionalidad en los informes del Ministerio del Interior.

Mientras las Fuerzas de Seguridad sí recopilan esa información, el Gobierno evita publicarla. El motivo es evidente: evitar que los españoles conozcan la magnitud del problema.

El cambio de rutas y el fracaso de la política migratoria

La evolución de la inmigración ilegal en España durante los dos últimos años demuestra un cambio drástico de tendencias. En 2024, los argelinos y marroquíes representaban solo el 30% del total de llegadas. Hoy, en 2025, ya alcanzan el 70%.

Este incremento coincide con el deterioro de las relaciones diplomáticas entre España y Argelia, tras las cesiones del Gobierno a Marruecos en materia de soberanía sobre el Sáhara. Esa ruptura ha desactivado acuerdos de control fronterizo, permitiendo a los traficantes argelinos intensificar su actividad.

La falta de voluntad del Ejecutivo para resolver el conflicto con Argelia ha abierto una autopista ilegal hacia nuestras costas. Mientras tanto, el Ministerio del Interior calla, esconde los datos y difunde balances globales que impiden identificar las nacionalidades dominantes.

El resultado es evidente: España se ha convertido en la puerta de entrada del Magreb hacia Europa.

Argelia y Marruecos, origen del problema

El discurso oficial los presenta como víctimas, pero los hechos muestran una operación de contrabando humano perfectamente organizada. Las embarcaciones rápidas que salen desde las costas argelinas y marroquíes también transportan drogas y armas. Las mismas rutas sirven para el tráfico de personas y para el crimen transnacional.

Las autoridades españolas carecen de control real sobre sus costas. Ceuta y Melilla se encuentran desbordadas, Baleares multiplica los rescates y Andalucía soporta una presión constante. Todo ello ocurre mientras el Gobierno dedica sus esfuerzos a promover leyes que promueven la inmigración masiva y a financiar ONG afines en lugar de reforzar los medios de la Guardia Civil o la Policía Nacional.

La inmigración ilegal en España no es un fenómeno humanitario, sino una consecuencia directa de la dejación de funciones del Estado.

La ruta del Mediterráneo Occidental sustituye a Canarias

Los datos oficiales muestran un cambio de patrón: mientras la ruta atlántica hacia Canarias cayó un 58% (12.909 llegadas), el Mediterráneo Occidental creció un 26%. Esto significa que el flujo no se detiene, solo se traslada.

Las mafias prefieren las costas peninsulares por su menor vigilancia y por la connivencia política que encuentran en determinados sectores de la izquierda. El Gobierno no solo oculta el origen de los inmigrantes ilegales, sino que elimina del debate público cualquier crítica a su gestión.

Los medios afines evitan mencionar que siete de cada diez inmigrantes ilegales proceden del norte de África.
Prefieren hablar de “refugiados” para encubrir una realidad que socava la seguridad, la economía y la identidad nacional. Mientras tanto, la inmigración ilegal en España continúa creciendo bajo un silencio cómplice.

El precio del engaño

La inmigración ilegal en España no se ha descontrolado por azar. Es el resultado de una política ideológica que prioriza el discurso sobre la verdad y los intereses de Bruselas sobre los de los españoles.

La realidad es clara: el 70% de los inmigrantes ilegales que llegan a la Península, Baleares, Ceuta y Melilla proceden de Marruecos y Argelia. No huyen de la guerra ni del hambre, sino que aprovechan un sistema débil y complaciente.

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