Rafael Nieto
Una vez más, el bipartidismo globalista PP y PSOE bloquea prohibir el burka en Melilla y muestra su coincidencia ideológica en cuestiones clave. El Pleno de la Asamblea debatió una moción para prohibir cualquier prenda que cubra el rostro en espacios públicos. El objetivo buscaba garantizar la identificación de las personas y reforzar la convivencia.
La propuesta no atacaba ninguna religión. La moción alertaba de que el uso del burka en la vía pública “dificulta la convivencia”. Defendía un principio básico: la identificación en espacios públicos. Muchos países europeos aplican normas similares por razones de seguridad y cohesión social.
Sin embargo, PP y PSOE bloquean prohibir el burka en Melilla sin ofrecer soluciones alternativas. Lo peor es que el Partido Popular gobierna Melilla con mayoría absoluta. Y aun así, decidió rechazar la iniciativa. Este hecho confirma que el bipartidismo actúa unido cuando se trata de ceder ante el islamismo.
El falso feminismo y la cesión ideológica
La consejera de Igualdad del PP, Marta Fernández de Castro, calificó la propuesta como “desafortunada”. Afirmó que el Gobierno regional no podía respaldarla por “responsabilidad institucional y respeto a los principios constitucionales”. Esta postura resulta incoherente. La Constitución protege la igualdad y la libertad, no la imposición cultural.
Por su parte, la diputada de Coalición por Melilla, Dunia Almansouri, acusó la iniciativa de esconder “islamofobia y racismo”. Definió la moción como un intento de disfrazar de feminismo una medida que estigmatiza prácticas culturales. Este discurso ignora la realidad de muchas mujeres sometidas a imposiciones religiosas.
PP y PSOE bloquean prohibir el burka en Melilla y asumen el marco ideológico de la izquierda identitaria. Renuncian así a defender la libertad individual y la dignidad femenina.
Seguridad, convivencia y unidad nacional
El uso de prendas que cubren el rostro dificulta la identificación y complica la labor de las fuerzas de seguridad. Este hecho no admite discusión. La convivencia exige normas claras y comunes. La libertad religiosa no puede justificar la anulación de la identidad personal en espacios públicos.
Melilla vive una presión cultural y geopolítica constante del islamismo. La cesión ante símbolos de segregación refuerza la fractura social. PP y PSOE bloquean prohibir el burka en Melilla y envían un mensaje de debilidad institucional. Han sucumbido ante el islam.
La defensa de la mujer no pasa por aceptar prácticas que la invisibilizan. El feminismo real protege la libertad y la igualdad. El burka y el niqab representan sumisión, no elección libre en muchos casos.
El Estado debe garantizar la seguridad y la convivencia. La neutralidad no existe cuando se toleran símbolos que rompen la cohesión social.
Melilla necesita firmeza, no cesiones
La votación en Melilla confirma una tendencia preocupante. el bipartidismo globalista PP y PSOE bloquea prohibir el burka en Melilla y refuerza un islamismo que debilita la convivencia y traiciona la defensa de la mujer.
Las cesiones ideológicas solo generan más división y más imposiciones culturales y religiosas. No puede servir como excusa para aceptar prácticas contrarias a la dignidad humana.
