Historia de un vasco | Iñaki Arteta

A través de diferentes momentos y situaciones vividos en el País Vasco en su juventud, Iñaki Arteta trata de explicar a los jóvenes, cómo fue posible que durante varias décadas ETA sembrara de muertos la incipiente democracia española con el beneplácito, cómodo o cobarde, de la mayor parte de la sociedad vasca -incluso de sectores de la Iglesia- y el apoyo de la ideología que justificaba los asesinatos. Como reconoce, es un ejercicio de explicar a otros y también de explicarse a sí mismo. El resultado es una experiencia personal, pero no única, pues lo que cuenta lo han vivido, de una manera más o menos traumática, miles de personas como él.

Las páginas de «Historia de un vasco» son las piezas de un gran puzzle y el resultado final son vivencias en un lugar difícil a causa de una transformación social aparentemente normal pero con resultados terribles, pues el fondo de la cuestión es la respuesta de la libertad ante la herencia que ha dejado el nacionalismo separatista y ETA. La obra consta de un total de dieciocho capítulos, escritos de manera directa, con un lenguaje sencillo, claro, y siempre desde una perspectiva personal ante los hechos y los personajes que menciona. De ahí la necesidad de que sea conocida y divulgada especialmente a las nuevas generaciones.

Se trata de un testimonio de gran valor porque sirve de alerta para los jóvenes actuales, fácilmente manipulables con soflamas de “libertad”, “independencia” y “paz”, que esconden acciones excluyentes de odio al vecino y superioridad de pueblos, ideologías o creencias. Él lo vivió en su ambiente cuando afirma que «en aquel tiempo, lo único que se esperaba de un jóven era que se dejara arrastrar; otra actitud acarreaba problemas» (capítulo 18). El autor recuerda que fueron ciudadanos normales los que formaron y se integraron en una banda terrorista, que fueron ciudadanos normales los que apoyaron a sus asesinatos, y también lo fueron los perseguidos y los asesinados. Para un ciudadano normal, pero contrario al terrorismo nacionalista, afirma, esos años fieron una intensa e inolvidable pesadilla. «Pero no eran pacificadores lo que necesitábamos, sino psiquiatras. ¿Levantar la voz o avergonzarse callado? ¿Qué hacer cuando se tiene miedo?».

Iñaki Arteta trabaja desde 1986 alternando el cine, la publicidad y la fotografía. Con veintinueve años estrenó su primer documental «Material sensible«, narrado en este libro (cap. 17). Es director, guionista y productor de largometrajes documentales, por los que ha obtenido numerosos premios. Colabora en «Territorios», suplemento cultural del diario El Correo, La Razón y Libertad Digital. Académico de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España, posee la medalla de la Orden al Mérito Constitucional, la medalla de oro del Ayuntamiento de Barakaldo y el Premio de la Fundación de Víctimas del Terrorismo en defensa de los Derechos Humanos, Adolfo Suárez, 2020, entre otros.