Feminismo made in Spain (2): El coste de la violencia de género en España y la UE | José Riqueni Barrios

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La estimación de los costes de la violencia de género (gender-based) y violencia intrafamiliar (intimate partner violence against men and women) en el conjunto de los 28 países de la Unión Europea queda detallada en un informe realizado en el año 2014 por el Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE), según tabla 6.1.

            Fuente: file:///C:/Users/usuario/Downloads/MH0414745EN2.pdf

El estudio se basa en el costo de la violencia de género e intrafamiliar en el Reino Unido durante el año 2012. Dicho monto, una vez calculado, se extrapola al resto de países de la UE.

Es de suponer que el costo asignado a España sea, en la práctica, bastante superior al estimado, ya que en España la violencia de género es una empresa de éxito que cuenta con la garantía del Estado, materializada en una administración paralela.

En su conjunto, el coste de la violencia de género en la Unión Europea durante el año 2012 se estimó en algo más de un cuarto de billón de euros, exactamente 258.728.837.747€/año, de los que a España le corresponden 24.006.427.578 €/año.

Es decir, la UE estima que nuestro país emplea cada año unos 24.000 millones de euros en políticas de género, sin que esta cifra astronómica esté sirviendo para reducir el número de mujeres que fallecen por violencia de género ni para educar a los jóvenes ni para nada, ya que el negocio de género en España está montado en unas bases tan injustas, inoperantes y falsas como que el hombre es un maltratador y potencial violador debido a su propia naturaleza, cuando lo más sensato hubiera sido, allá por el año 2004 -vamos camino de los 20 años, dos décadas de Inquisición Feminazi-, llegar a la conclusión de que existe una violencia doméstica o violencia intrafamiliar, la misma que debió ser analizada y estudiada en su día como requisito previo para establecer una jurisprudencia en igualdad, sin discriminación según sexo, adaptada a esa problemática social de la violencia entre personas, promoviendo políticas preventivas y justas, no políticas incriminatorias e inconstitucionales.

Problemática que no interesó abordar, sino que se eludió mirando a otro lado y, sobre todo, de cara a sacar provecho electoral del asunto aun a costa de dañar a los hombres y a los hijos del hombre, ya que eso era mucho pedir a un tal Zapatero, aquel hombrecillo encogido frente a la élite del lobby feminazi que se presentó frente a él y le dejó muy claro un “Hasta aquí hemos llegado, o sacas adelante esta Ley que criminaliza a los hombres por el hecho de ser hombres o te montamos la mundial en la calle y te juegas ser presidente. Tú verás, lo tienes fácil, haz tu campaña electoral publicitando esta Ley que ya tienes en tu mesa, aquí te la dejamos, y seguro que ganas de calle las próximas elecciones con el voto de las mujeres. Cuenta con nuestro poder de movilización y sensibilización social, emplea en tus mítines los términos lacra machista y tolerancia cero. Tú verás, Pepeluís, lo tienes hecho, a huevo, piénsalo y nos das tu respuesta en un par de días. Nosotras, por nuestra parte, no vamos a dar marcha atrás, estás avisado, monada”. Que esta, y no otra, cabe suponer sería la amenaza que recibiese en sus narices el nombrado.

Además, el tal ZP lo tuvo hecho, dado que el texto íntegro de la LIVG 1/2004 estaba precocinado desde meses antes en los bufetes de letradas y magistradas feministas de Madrid, antros íntimamente vinculados al PSOE, con lo que el panfleto inconstitucional de marras -la futura LIVG 1/2004- sólo necesitaba terminar de cocinase en el Congreso de los Diputados en una teatral sesión de loas falsarias acompañadas de interesados aplausos de feministas femilistas y planchabragas a su sombra.

En esta tesitura, cualquier gobierno decente, sensato y justo, entre los que no se incluyen los ejercicios alternos de PSOE y PP en el poder, hubiera entendido que ese coste estimado de 24.000 millones de euros al año debiera haberse orientado a poner en marcha políticas de igualdad efectiva con las que remediar la violencia doméstica o violencia intrafamiliar, en la que debe incluirse la violencia de género como una más, sin entrar nunca en una deriva clientelar e ilegal como viene siendo criminalizar a los varones y robarles, por ley feminazi, su presunción de inocencia.

Respetando los cálculos del estudio anterior, a sabiendas de que se quedan muy corto para el caso de España, desde comienzos del año 2005 hasta casi mediados del año 2022 en que estamos, lo gastado en violencia de género en España asciende a un mínimo como el que sigue:

24.006.427.578€/año X 17,5 años = 420.112.482.615€

Esto es, vamos camino del medio billón de euros. Eso es lo que nos han costado hasta la fecha las políticas clientelares de género, un tráfico de votos que a la par causa daños irreparables en el tejido social al emplear violencia institucional que se traslada al ámbito familiar, siendo afectados hombres, mujeres, hijos y abuelos.

 

José Riqueni Barrios | escritor | Autor, entre otros, de “La industria de género al desnudo”, “Feminismo Made in Spain” e “Hijos del feminismo”.

NOTA: Este capítulo es uno de los 95 que componen la obra “Feminismo Made in Spain”, cuyo autor es el escritor José Riqueni Barrios, estando disponible para su compra en AMAZON desde el enlace https://www.amazon.es/Feminismo-Made-Spain-Riqueni-Barrios/dp/B09WCM8YVW

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