España desgajada | Francisco Gilet

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mapa de españa con los movimientos separatistas

Hablar de amnistía, es minimizar todo el entramado de una venta de la igualdad de todos los españoles ante la ley. Cuando no se sabe qué contestar, el político alude a leer   la “letra pequeña” y cuando no se desea que esta se lea, se enhebra el “gran titular”. Y esto está sucediendo; enmascarar la venta de la soberanía nacional, de la igualdad de todos los españoles ante la ley, con el parafraseo propio de un político que ha hecho de la mentira su enseña, hasta el punto de acabar con la ideología de su propio partido. El conocido PSOE ha muerto. Sánchez, con la colaboración de toda su urdimbre, lo ha asesinado. Y con ello, implantando la doctrina del todo vale a cambio del poder, ha dejado en la cuneta de la historia el sentido de Estado de un partido que ya surgió con la pistola en la mano, pero que la Transición del 78 democratizó en toda su médula. Hoy, del congreso socialista de Madrid 1979, no queda nada. O mejor, sí, queda lo que se desechó, el marxismo.

Un marxismo que, sorprendentemente, va a ser sostenido por la burguesía catalana y vasca, a cambio de concesiones inimaginables y contradictorias con los discursos del antiguo socialismo. O no tan antiguos, pero que es preciso “borrar” de la hemeroteca para poder “dormir” tranquilo.

Es un PSOE que se ha apropiado del gobierno de la nación española y, con el único fin de mantenerlo, firma las concesiones requeridas como trueque. De la lectura del Acuerdo político, sobresale un hecho; no se nombra ni una sola vez la Constitución Española, ni su respeto, ni su consideración a la hora de llegar a acuerdos de ámbito político. Ni una sola vez se señala como marco de ese llamado Acuerdo, término usado como sinónimo de mercadeo.

Eso sí, se mencionan “vías democráticas”, junto con el “principio de seguridad jurídica y los procedimientos y el ordenamiento democráticos”. Para añadir; “El reconocimiento de la legitimidad de todas las posiciones políticas democráticas, de los derechos y garantías de las personas que las defienden, así como del compromiso con el ordenamiento estatal e internacional en materia de derechos humanos, civiles y políticos”.

En otras palabras, ERC logra una nebulosa legitimidad de todas las posiciones tildadas democráticas, mientras el PSOE no exige ningún respeto ni aceptación de las vías constitucionales que prometió defender.

Y aún hay más: la identificación de los tres grandes problemas alegados por ERC y asumidos por el partido socialista firmante;

El debate sobre el reconocimiento nacional de Catalunya y la forma de vehicular dicho reconocimiento a través de la política, del ordenamiento jurídico y de las instituciones, respetando tanto el principio de legalidad como el principio democrático”. Es decir, se nos anuncia, para una cercanía temporal, el reconocimiento de Cataluña como nación, por alegados principios de legalidad y democracia, cuyos términos y condiciones se alcanzarán durante ese anunciado debato. Lo cual reconoce que ya existen dos naciones, Cataluña y el resto.

Obviamente, no podía faltar la solución de otro problema omnipresente en el nacionalismo catalán, el económico; “Los recursos de los que debe disponer Catalunya para asegurar los derechos, la cohesión social y la prosperidad de todos sus habitantes”. El marco de solidaridad con el resto de los restantes habitantes de la nación, no está ni se le espera. Pero sí la absoluta desigualdad.

Y llegamos al tercer problema; “La necesidad de que los acuerdos alcanzados como resultado político del diálogo sean refrendados por la ciudadanía, lo que permitirá cerrar una cuestión pendiente, contribuir a cumplir una demanda amplia, sólida y transversal mantenida a lo largo del tiempo y favorecer un consenso sobre el futuro de Catalunya”. Con mayor claridad; todo lo acordado y más se pretende sea objeto de un referéndum por parte de la ciudadanía, sin más detalle, lo cual implica que será únicamente la catalana.

Y a cambio de todo ello, y más que se añade, se logra; “Voto a favor de la investidura. Todas las diputadas y diputados (sic) de ERC en el Congreso votarán favorablemente la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno”. Eso es lo que recibe a cambio el PSOE liderado por el candidato. España, nada. Ni tan siquiera la insinuación de que Cataluña seguirá integrada dentro de la nación española, asumiendo sus instituciones el régimen constitucional vigente. Más bien, al contrario, que España se alejará de Cataluña, para no molestarla, vaciándola de todo cuanto pueda oler a españolidad.

El olvido de la soberanía nacional por parte del candidato y sus servidores es un ultraje a cualquier español, sea socialista o no. Es hacer uso de la indignidad como medio para alcanzar el fin anhelado, la Moncloa. Medio que acredita con toda claridad que no existen límites que enmarquen el objetivo.

Solamente cabe un elemento distorsionador de tan deshonroso acuerdo; la dignidad de aquellos españoles que, sintiendo ese ultraje, se atrevan a levantar la voz en defensa de su decencia institucional. Si quienes tienen la potestad de hacerlo, callan, España dejará de ser una nación íntegra de valores, derechos y tradiciones, para convertirse en un cúmulo de territorios desiguales, insolidarios y enfrentados.

Mientras aguardamos que la oposición resuene, que la decencia triunfe, que la dignidad impere, los españoles contemplaremos como Cataluña va desgajándose de España, con toda libertad, con toda legalidad, con todo sustento, con toda desenvoltura y sin el más mínimo asomo de remordimiento.

Con lo cual, un hombre mediocre, inicuo y sin escrúpulos, derrotado en todas las elecciones, alcanzará su victoria; lograr  su perversa ambición.

Francisco Gilet / Miembro de Enraizados. Coordinador de España en la Historia.

2 comentarios en «España desgajada | Francisco Gilet»

  1. Sánchez pretende convencernos de la cuadratura del círculo para poder seguir en Moncloa. Dos personas no se pelean si una se rinde y eso es lo que está pasando aquí, que se les da todo lo que quieren por un puñado de votos. Y después de Sánchez, qué. Porque supongo que no va a seguir de presidente toda la vida. Existe algún plan de vertebración del Estado, o de lo que quede de él. Si se cargan la Constitución del 78, por qué la sustituirán.. No veo yo gente en la política española con el «fuste» de los que redactaron la Constitución del 78.e hicieron la transición. Otro problema sería cómo se va a hacer la transición de un sistema al otro.

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