Es la cifra de extinciones más elevada en democracia, y responde a un cambio en la regulación sobre las formaciones políticas.
España no es una democracia. Es un régimen de partidos políticos basado en un bipartidismo férreo donde el sistema impide cualquier alternativa democrática que no sea la suya.
Tras el experimento fracasado de tener partidos políticos como Podemos, Ciudadanos, Sumar o Vox que dieran la sensación de pluralismo político, pero que les quitó mucho poder institucional, ahora no solo quieren volver al bipartidismo sino lo quieren más férreo para evitar posibles sorpresas.
650 partidos políticos desaparecieron en España en 2022
A lo largo del pasado año fueron 650 los partidos políticos que desaparecieron en España, según datos del Ministerio del Interior. Se trata de la cifra más alta desde 1976, con la instauración de la democracia. De hecho, es superior al acumulado de partidos que fueron cancelados hasta 2020, que se sitúa en 521.
También en 2022 nacieron 203 nuevas formaciones, lo que sitúa el total en 4485. A pesar de ser una cifra elevada, se halla lejos del récord de la historia de la democracia española, que se alcanzó en 2019 con 5273 partidos políticos, la mayoría de ellos con una estructura muy reducida.
Modificación legislativa
La Ley Orgánica 6/2002, de 27 de junio, de Partidos Políticos, establece que los partidos son entes privados de base asociativa, cuya finalidad es “aunar convicciones y esfuerzos para incidir en la dirección democrática de los asuntos públicos, contribuyendo al funcionamiento institucional, y provocar cambios y mejoras desde el ejercicio del poder político”. De manera que un partido es una asociación de carácter privado inscrito como tal en el Registro de Partidos Políticos.
El descenso se explica por una modificación legislativa. Los cambios en la Ley Orgánica 3/2015, de 30 de marzo, de control de la actividad económico-financiera de los partidos políticos, afectaron a su vez a las leyes de partidos políticos, sobre financiación de los partidos políticos y del Tribunal de Cuentas.
Aunque la normativa entró en vigor en 2015, esta otorgaba un plazo de tres años para que los nuevos partidos y aquellos ya existentes adoptasen los nuevos requisitos estatutarios y lo comunicasen al registro de partidos políticos. En caso contrario, se abre un procedimiento para la cancelación de aquellas formaciones que no se adecuan a la normativa, como ha acabado ocurriendo desde el año 2019, y especialmente en 2022.
Y es que el régimen bipartidista en España no quiere que salgan nuevas formaciones políticas que tengan implantación territorial y militantes porque eso les restaría poder y para ello imponen trabas, trabas. Ya se sabe, España no es una democracia es un régimen de partidos políticos basado en el bipartidismo, que es otra cosa.
(Con información de El Confidencial)