Jorge Dezcallar fue durante doce años jefe de Gabinete del ministro de Asuntos Exteriores además de embajador en Estados Unidos o Marruecos y director del CNI.
Pregunta.- ¿Es el Sáhara el talón de Aquiles de España?
Respuesta.- Sí, porque hemos cometido un error muy grande. Hasán II aprovechó con inteligencia la muerte de Franco para lanzar la Marcha Verde. Fue un momento de debilidad de España. La salida de las tropas españolas del territorio fue una mala retirada, porque dejó cabreada a la derecha, que pensó que el Ejército salía mal parado y también a la izquierda porque pensó que los saharauis habían sido abandonados. Pero, al mismo tiempo, hicimos algo bien: ponernos bajo el paraguas de la ONU. Lo que la ONU decía, nosotros decíamos amén. Estábamos cómodos hasta que, de repente, este gobierno, sin explicar por qué y sigue sin contar las ventajas que obtenemos, se salió de la protección del paraguas de las Naciones Unidas y se colocó en mitad de la pelea que en el Magreb protagonizan Argelia y Marruecos. Y en esa posición llueve mucho. En Argelia, donde se nos llama “traidores, canallas o sinvergüenzas”, se ha perdido todo el comercio español.
R.- Es muy complicado, porque cuando se da un paso así, la rectificación es muy compleja. Si el PP llega a gobernar España, no lo tendrá nada fácil. Habría que volver a insistir en lo que diga las Naciones Unidas y refugiarse bajo su paraguas. Rectificar ciertas decisiones no es sencillo. Sería deseable recuperar un cierto equilibrio. No creo que sea bueno estar peleado con la que además es una gran potencia energética [Argelia]. Eso va a tener un coste. Los supuestos beneficios del cambio de posición es haber rebajado la cifra de inmigrantes ilegales, que es una obligación de Marruecos o la recuperación del Paso del Estrecho, que es un beneficio para ellos porque son los emigrantes marroquíes los que lo usan. Las aduanas de Ceuta y Melilla siguen cerradas a día de hoy.
P.- ¿Es el júbilo el clima que domina hoy en el poder alauí?
R.- No me cabe duda. A mí lo que más me preocupa es que en Marruecos están satisfechos hasta no poder más. En Argelia están cabreados hasta no poder más. En Marruecos ven debilidad en la posición de España y eso es preocupante. Si Marruecos ve debilidad, es el anuncio de problemas a corto y medio plazo.
P.- ¿Acaso no la veían también antes?
R.- No. Antes nosotros estábamos muy cómodos. Teníamos una relación fuerte. Junto a Moratinos inventamos la teoría del colchón de intereses en la relación con Marruecos y Argelia. Nuestras relaciones con Marruecos son siempre pasionales, en dientes de sierra. Y la idea era desarrollar algo que a Marruecos le saliera caro pelearse por razones de política interna para ellos. Y lo conseguimos. Somos el primer socio comercial de Marruecos y el tercer inversor. Somos una potencia económica. Esto le causa un problema de cuernos terrible a los franceses, porque consideran que es su terreno.
P.- Ahora, en cambio, Rabat vende que tiene la sartén por el mango…
R.- Sí. A España le interesa que a Marruecos le vayan bien las cosas. Si a Marruecos no le van bien, tendremos problemas. Necesitamos un Marruecos estable, desarrollado, socialmente en paz y democrático. Hasán II decía aquello de que no hay que insultar al futuro porque lo vamos a compartir. Pasarán muchas cosas, pero dentro de mil años España y Marruecos seguirán uno al lado del otro, salvo que exista un desastre telúrico. Un golpe de Estado en Marruecos provocaría una oleada de emigración hacia España. Es perfectamente compatible con una política firme, en la que no se cede permanentemente porque así no se consigue el respeto de la otra parte.
P.- En otro de los pasajes [del libro que acaba de publicar], retrata al presidente del Gobierno español firmando el cambio de posición en el Sáhara, que califica de “prodigio de autismo político”…
R.- Es la visión de los personajes aunque soy yo el que los crea. La ficción te permite decir cosas que de otra forma no podrías decir. Yo pongo en boca de personajes cosas que pienso. Y yo pienso que fue un ejercicio de autismo político porque tomó esa decisión en compañía de dos o tres personas. No sé quiénes son, pero el ministro de Exteriores no lo conocía ni la parte socialista, tampoco Podemos ni el resto de los grupos parlamentarios. La medida rompe un principio básico que es que la política exterior es una política de consenso. Una política exterior depende de los intereses del país y los intereses del país no dependen del inquilino de la Moncloa.
P.- ¿Pesan mucho los secretos en la relación con Marruecos?
R.- Hay cosas que no se pueden poner en los periódicos, pero creo que son muy pocas. Y en segundo lugar, no veo qué razones puede haber para no ser más transparente. Y como no se entiende, eso es lo que da pie a que la gente piense que aquí hay algo que no nos quieren contar. En Francia se ha investigado y se ha establecido que Marruecos espió al presidente y de ahí la frialdad brutal entre Francia y Marruecos. Aquí, sin embargo, no se ha investigado nada ni se ha pedido explicaciones a nadie por el espionaje del móvil con Pegasus.
P.- Marruecos se ha convertido en un tema de política nacional, con los políticos discutiendo, por ejemplo, si es o no una dictadura. ¿El ruido molesta a los diplomáticos?
R.- Ciertamente complica nuestro trabajo, pero yo quiero dejar claro que soy un firme partidario de una relación fuerte, estrecha y sólida, con un Marruecos estable, desarrollado, democrático. Lo que es bueno para España es bueno para Marruecos, pero eso no se puede conseguir a cualquier precio.
3 comentarios en «“Que Marruecos vea debilidad en España es el anuncio de problemas a corto y medio plazo”: Jorge Dezcallar»