Alfonso Rueda (PP) orgulloso de ser globalista: reivindica que Galicia es la región que mejor cumple la Agenda 2030

Alfonso Rueda (PP) orgulloso de ser globalista

El presidente de la Comunidad de Galicia, Alfonso Rueda (PP) reivindica que Galicia es la región que mejor cumple la Agenda 2030 y pide que se reconozca su «contribución» a la «neutralidad climática»

Galicia y la Agenda 2030: el PP presume de aplicar el plan globalista

El Partido Popular ya no disimula su deriva. Ahora saca pecho de ser el que mejor aplica la Agenda 2030, como ha hecho Alfonso Rueda desde Bruselas. El presidente gallego ha proclamado que Galicia lidera el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y supera ya los compromisos fijados por la Unión Europea. Según él, el 85 % de la generación eléctrica en Galicia procede de fuentes renovables, convirtiendo a la comunidad en “referente en energía limpia”.

El PP, un partido teóricamente conservador, actúa como ejecutor ejemplar de una agenda impuesta desde organismos globalistas, lejana al interés de las familias españolas.

Rueda en Bruselas: el PP presume de obediencia climática

Desde la sede de las instituciones europeas, Alfonso Rueda se ha encargado de liderar la delegación española en la 167ª sesión plenaria del Comité Europeo de las Regiones. Allí reivindicó – en gallego- que Galicia es la región que más cumple la Agenda 2030. Además, solicitó financiación para seguir aplicando las políticas de “neutralidad climática” que exige Bruselas.

Con la frase Galicia y la Agenda 2030 repitiéndose como lema oficial del PP gallego, Rueda aseguró que ya se ha superado con antelación lo que exigía la Unión Europea para el año 2030. No satisfecho con cumplir, exigió que se reconozca el papel protagonista de Galicia en la transición ecológica.

Esto no es más que una señal más de que el Partido Popular no sólo ha asumido los postulados de la izquierda y el globalismo, sino que ahora los aplica con entusiasmo y exige aplauso. Ya no es oposición: es co-gestor del mismo proyecto ideológico que busca debilitar la soberanía nacional, arrinconar la libertad económica y asfixiar al sector productivo español.

Energía verde, control rojo: el modelo gallego de sometimiento energético

El presidente de Galicia ha descrito el modelo que su gobierno quiere imponer:

  • Renovables sin límites, aunque con “marco legal propio” que imponga condiciones.
  • Parques eólicos condicionados a que la mitad de su energía se reserve a contratos industriales a largo plazo, es decir, intervencionismo puro.
  • Modernización forzosa de instalaciones, con menos aerogeneradores pero más rentabilidad.

Además, ha anunciado la creación de una empresa pública, Recursos de Galicia, que gestionará los beneficios energéticos. ¿Cómo? A través de sociedades mixtas, es decir, más estatalismo y menos libertad empresarial. Según Rueda, así se garantiza que los beneficios «reviertan en los municipios». En realidad, se trata de más poder para el gobierno regional, menos control para los ciudadanos.

Galicia y la Agenda 2030 se convierte así en el modelo de referencia para los que quieren aplicar la ingeniería económica y social desde el poder autonómico con el aval de Bruselas.

Rueda, en gallego y al dictado de Bruselas: símbolo de la rendición cultural

Como muestra adicional de su sumisión ideológica, Alfonso Rueda intervino en gallego en el Parlamento Europeo, justificando que “tiene sentido que cada lugar haga uso de su lengua”. No fue un acto de defensa cultural, sino una exhibición de multiculturalismo identitario perfectamente alineado con los valores relativistas de la Agenda 2030.

Con esta escenificación, el presidente gallego no sólo obedece los dictados medioambientales, sino también los culturales. Mientras tanto, Galicia y la Agenda 2030 se convierte en una fórmula que desplaza los verdaderos problemas de los gallegos: el desempleo juvenil, la baja natalidad, el éxodo rural y el envejecimiento poblacional.

Pero nada de eso importa en el marco de esta agenda global. Lo relevante es parecer “sostenible”, “diverso” y “verde”. El PP ya no oculta que forma parte del entramado. Ya no se disfraza: alardea de ser el alumno aventajado del sistema.

Galicia y la Agenda 2030: un espejo de lo que viene para toda España

Lo que sucede en Galicia es un ensayo de lo que la clase política quiere aplicar en toda España. Si el PP está dispuesto a hacer de Galicia y la Agenda 2030 un binomio ejemplar, ¿qué podemos esperar si gobierna en solitario en Madrid? ¿Qué diferencia real ofrece frente al PSOE?

Mientras se habla de transición energética, se ignora la transición demográfica, que condena a España al colapso si no se promueve la natalidad y se protege a la familia natural. Mientras se habla de neutralidad climática, se niega la necesidad de autonomía cultural, histórica y espiritual frente al avance globalista. Y mientras se inyectan millones a energías “verdes”, se abandona el campo, el mar y la industria nacional.

El caso de Galicia no es una excepción. Es un modelo de lo que la élite política, incluida la supuesta “derecha”, quiere para España:

  • Control energético centralizado.
  • Agenda 2030 como dogma inapelable.
  • Financiación pública para proyectos con sello globalista.
  • Multiculturalismo disfrazado de pluralismo.

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