Bruselas impone la «autodeterminación de género» infantil en toda la UE sin límites de edad, sin consentimiento paterno ni médico

Bruselas impone la autodeterminación de género infantil en la UE

La autodeterminación de género infantil avanza implacable desde el corazón de Bruselas. La Comisión Europea ha presentado la nueva Estrategia de Igualdad LGBTIQ+ 2026-2030, un plan que «permitirá» a los niños elegir su «género» a cualquier edad, sin supervisión médica y sin consentimiento paterno.

El texto, pendiente de ratificación por los Estados miembros, suprime los límites de edad, elimina la patria potestad, toda terapia psicológica previa y amenaza con sancionar a los países que se opongan.

Bruselas ya no disimula: pretende moldear la identidad humana según su dogma ideológico y castigar a quienes defiendan el orden natural, la biología y la familia.

Un proyecto de ingeniería social desde las instituciones europeas

La autodeterminación de género infantil se convierte en el pilar de una ofensiva política, social y cultural sin precedentes. El documento oficial afirma que la Comisión “apoyará el desarrollo de procedimientos de reconocimiento legal de género basados en la autodeterminación, libres de restricciones de edad”.

Esta frase, aparentemente técnica, encierra una revolución. Si se aprueba, los Estados deberán reconocer los cambios de sexo de menores sin evaluación médica ni consentimiento parental, un salto aún más radical que la ley española de 2023.

El proyecto busca imponer un modelo único europeo y castigar a quienes no se sometan. De hecho, Bruselas advierte que los países que no adopten estas normas podrían perder fondos europeos. La soberanía nacional queda amenazada; el chantaje económico sustituye al diálogo.

Europa ante la ideología de género totalitaria

El avance de la autodeterminación de género infantil no es un hecho aislado. Forma parte de una estrategia más amplia para disolver la identidad natural del ser humano.

Organizaciones críticas y grupos de defensa de los menores ya han alzado la voz.

La directora de Sex Matters, Maya Forstater, calificó el plan de “escalofriante” y advirtió que “impulsa la autodeterminación legal de género para niños de cualquier edad y prohíbe la terapia de acompañamiento para los menores vulnerables”. Estas palabras reflejan el temor de millones de padres en Europa: que el Estado sustituya la tutela familiar por una burocracia ideológica sin alma ni compasión.

El Athena Forum, red europea que defiende el sexo biológico como realidad jurídica, acusa a la Comisión de “silenciar a las mujeres” y de “convertir la igualdad en un instrumento de ingeniería social”.

Europa, cuna de la civilización cristiana y del derecho romano, se entrega así al experimento social más agresivo de su historia.

Nueve países sometidos, doce en resistencia

Solo nueve de los 27 Estados miembros permiten actualmente el cambio de sexo mediante simple declaración personal. Doce exigen requisitos médicos o psicológicos. El resto mantiene sistemas mixtos o en revisión.

Con esta nueva estrategia, Bruselas busca imponer un modelo único de autodeterminación sin límites, donde incluso los niños puedan modificar su identidad legal al margen de toda tutela.

El control de la infancia, núcleo de la familia y base de toda nación libre, pasa a manos de burócratas que ni conocen ni respetan las realidades culturales de cada país.

La autodeterminación de género infantil deja de ser una cuestión sanitaria o jurídica: se convierte en un arma ideológica contra los valores tradicionales y las soberanías nacionales.

España y la deriva ideológica de la Unión Europea

España ya dio el primer paso con la llamada Ley Trans, que consagra la autodeterminación de género infantil a partir de los 12 años con autorización judicial. Bruselas quiere ir mucho más allá, eliminando cualquier límite de edad y toda supervisión profesional.

El modelo europeo, presentado como “inclusivo”, destruye las bases mismas del orden natural: niega el cuerpo, la biología y la paternidad. Se trata de un ataque directo a la familia, a la educación libre y a la identidad cristiana de Europa.

No es una cuestión de derechos, sino de poder. La Comisión pretende reeducar a las naciones en el dogma de la ideología de género, mientras amenaza con retirar fondos a los gobiernos que se resistan. El precio de la libertad se mide ahora en euros.

La autodeterminación de género infantil representa la culminación de un proyecto ideológico que amenaza con borrar la identidad humana y la soberanía de las naciones.

Bruselas avanza en su intento de imponer una visión única del ser humano, donde el sexo biológico desaparece y la infancia se convierte en campo de experimentación.

Comparte con tus contactos:

Deja un comentario