Sí se puede con voluntad política: Así ha logrado Dinamarca reducir drásticamente la inmigración

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Una política restrictiva y consensuada entre los principales partidos ha generado una reducción del 28 % en inmigración y del 82 % en demandas de asilo

Sí se puede con voluntad política. En primer lugar hay que tener conciencia que una inmigración excesiva, ilegal y no acorde a tu cultura trae muchos, muchos problemas. En segundo lugar, hay que tener voluntad política para abordar y atajar el problema.
El 1 de noviembre de 2022, aunque la formación de derechas del Partido del Pueblo perdió las elecciones, dejó un bagaje rotundo – una gran victoria- en materia de inmigración, pues los principales partidos daneses –las diversas coaliciones, y no solo la del Partido del Pueblo – habían ido paulatinamente votando leyes que recogían las propuestas de la formación de derechas.
Habían entendido que el Partido del Pueblo era portador de una demanda social consolidada, a la que había que atender si se quería preservar la identidad del país, la convivencia en su territorio y, sobre todo, un Estado de bienestar eficaz y generoso.

Características del control de la inmigración

Una toma de conciencia –plasmada en un consenso político y social– que ha desembocado, con el paso de los años, en un arsenal de leyes y disposiciones, a cada cual más controlador desde el principio hasta el final del proceso migratorio.
Así, en Dinamarca, el acceso a la nacionalidad está condicionado a la superación de un examen de lengua y una prueba de conocimiento de la historia y la sociedad danesas. Esos dos requisitos no agotan la obtención del pasaporte: cualquier condena a pena de cárcel, incluso suspensiva, impide con carácter permanente el acceso a la nacionalidad danesa.
Uno de los pilares más originales de este arsenal legislativo es la conocida como «Ley de Joyería»: aprobada en enero de 2016, y que está destinada a potenciar el efecto disuasorio, concepto alrededor del cual se articula toda la política migratoria.  Entre sus disposiciones figuran la facultad, para las autoridades, de confiscar objetos de valor de los inmigrantes -dinero, joyas, etc.- si su valor supera las 10.000 coronas danesas (unos 1.340 euros) para contribuir a los gastos de recepción, primer alojamientos y tramitación de los casos.
La estrategia danesa en materia migratoria también contempla penas más severas en determinadas zonas del país donde se perciba un alto nivel de delincuencia e inmigración, pues los políticos del país escandinavos no se acomplejan cuando se trata de relacionar la primera con la segunda. Asimismo, Dinamarca retira sin contemplaciones prestaciones y demás ayudas sociales si lo estima oportuno y estimula, a través de indemnizaciones, el regreso a sus países a las personas a las que se ha denegado el asilo en su territorio.
Los resultados de esta política restrictiva, consensuada y aplicada a largo plazo ha alcanzado sus objetivos: la inmigración cayó un 28 % entre 2014, el año anterior a la crisis de los refugiados, y 2019, el año anterior a la crisis sanitaria. El número total de solicitudes de asilo cayó, por su parte, un 82 %, de 14.792 a 2.716, para un país de 5,8 millones de habitantes.
Se puede combatir la inmigración ilegal y desproporcionada si hay voluntad política. Claro que se puede
(Con información de El Debate)

1 comentario en «Sí se puede con voluntad política: Así ha logrado Dinamarca reducir drásticamente la inmigración»

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