El BOE ha actualizado una ley que establece unas ayudas para los agricultores que se ‘suiciden’. El campo considera que son ‘sobornos’, dentro de la Agenda 2030, para dejar la producción en manos extranjeras
Modificación a la Ley 27/2014
Se trata de una norma antigua, la Ley 27/2014 del Impuesto sobre Sociedades, pero que se ha añadido una modificación y se ha vuelto a incluir en el BOE, pese a que la situación del campo ha empeorado considerablemente y pese a las constantes peticiones de ayuda del sector. En la ley se establece, entre otras cosas, que «no se integrarán en la base imponible del Impuesto sobre Sociedades las rentas positivas que se pongan de manifiesto como consecuencia de la percepción de las siguientes ayudas de la política agraria comunitaria:
- Abandono definitivo del cultivo del viñedo.
- Prima al arranque de plantaciones de manzanos.
- Prima al arranque de plataneras.
- Abandono definitivo de la producción lechera.
- Abandono definitivo del cultivo de peras, melocotones y nectarinas.
- Arranque de plantaciones de peras, melocotones y nectarinas.
- Abandono definitivo del cultivo de la remolacha azucarera y de la caña de azúcar.
- Ayudas a los regímenes en favor del clima y del medio ambiente (ecorregímenes)».
Es decir, que el estado establece unas ayudas para todos aquellos campesinos y agricultores que se ‘suiciden’ a sí mismos, desde el punto de vista técnico.
Reacciones
Declaran que este punto de la ley «es una vergüenza», porque «España es un país productor y no tiene sentido quitar producciones», cuando es la base de nuestra economía.
En un momento de necesidades para el campo
El campo vive una situación compleja, que viene de años atrás por el abandono de la España vaciada, por el poco valor social que se le da al trabajo del campo y por la influencia de la Agenda 2030, que ha señalado como culpable del cambio climático a la actividad del sector primario y que ha llevado a que se tomen medidas tan «disparatadas» como la de despojar a los agricultores de su fuente de trabajo.
Las fuentes denuncias que se trata de un paso más en Agenda 2030 y que busca, «por intereses poco claros», dejar la «producción en manos extranjeras«.
(Con información de Voz Populi)