Filósofos, médicos y psiquiatras entre los firmantes del documento del Express
Hace unas semanas, el gobierno escocés introdujo nuevas directrices en la escuela. Instó a los profesores a no presionar a los niños que expresan su deseo de cambiar de sexo, afirmando que «a partir de los cuatro años, el sexo y el género pueden cambiarse en la escuela sin el consentimiento de la madre y el padre».
En Londres hay una clínica del National Health Services [NHS, Servicio de Salud Pública] que es perfectamente legal y está especializada en cambiar el sexo de los niños. Se llama Tavistock y ha terminado en medio de un proceso judicial. Keira Bell nació niña, pero se sentía hombre, y cuando era adolescente comenzó el proceso de cambio de sexo. Se extirpó los pechos en una operación pagada por el NHS, luego se arrepintió y trató de volver atrás. Keira se sumó a la demanda contra Tavistock presentada por la madre de una niña autista tratada por la clínica y un psiquiatra que trabajaba allí: «No quiero que otros niños sufran como yo». Ayer, el Tribunal de Apelación inglés anuló la sentencia que le había dado la razón a Bell contra Tavistock.
En el Express se ha publicado un llamamiento firmado por cincuenta médicos, académicos e intelectuales contra la idea misma de «niños transgénero» que entre otras cosas señala:
- «No podemos seguir callando ante lo que consideramos una grave deriva en nombre de la emancipación del ‘niño transgénero'».
- «Se utilizan discursos superficiales con la intención de que prescindamos de la realidad biológica, de la diferencia sexual entre hombres y mujeres, en favor de singularidades elegidas basadas únicamente en la ‘autopercepción’ de uno mismo».
- «Hablan de «discursos ideológicos engañosos» transmitidos en las redes sociales y del «robo de la infancia».
- «Este fenómeno, ‘el niño transgénero’, es una mistificación contemporánea que debe ser denunciada enérgicamente porque es un adoctrinamiento ideológico».
- Nos quieren hacer creer que, en nombre del bienestar y la libertad de cada individuo, un niño, liberado del consentimiento de sus padres «reaccionarios», podría «elegir» su supuesta identidad de género.
- Afirman que «se ha impuesto un lenguaje específico o incluso un nuevo lenguaje a quienes rodean a estos jóvenes, que a menudo se expresan con un lenguaje estereotipado, como si hubieran perdido todo pensamiento crítico (que es una característica del control ideológico)».
- Un dogmatismo que hace que «nadie sepa cómo actuar y alzar la voz, a menudo por miedo a ciertas asociaciones LGBTQI+».
- Y concluyen: «¡No, en nombre de la protección de la infancia no podemos seguir callando! Nos negamos a aceptar que, en nombre de los ‘derechos humanos’, se cuestione esta base común -el universalismo de los derechos- que constituye el fundamento de la humanidad».
Los firmantes
Han suscrito este manifiesto Elisabeth Badinter (filósofa), Thierry Baranger (expresidente de los tribunales de menores de París), Jean-François Braunstein (filósofo de la Sorbona), Chantal Delsol (filósofa de la Academia de Ciencias Morales y Políticas), Christian Flavigny (psiquiatra infantil), René Frydman (profesor de Medicina), Bernard Golse (profesor emérito de Psiquiatría Infantil y Adolescente, Universidad de París), Gérard Rabinovitch (filósofo y sociólogo), entre otros. «