El mundo envejece por falta de niños y tendrá una fertilidad media de 1,7 hijos por mujer en 2100

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Vamos a un sociedad cada vez más envejecida producto del déficit de natalidad. De lo poco que puede preverse con cierta certeza lo confirma un reciente estudio publicado en The Lancet: casi la mitad de los países del mundo se enfrentan actualmente a un problema grave: no hay suficientes niños para mantener el tamaño de su población.

El envejecimiento poblacional del mundo es evidente. Lo que ha sido la plaga de Occidente -no nacen niños no solo por la falta de ayudas a la familia sino por el ataque sistemático a la familia – se está convirtiendo en un fenómeno mundial. Una con profundas consecuencias para las sociedades con «más abuelos que nietos».

Aquí, en Occidente y especialmente en Europa- y qué decir de España-, la natalidad no sólo ha caído a niveles dramáticos, sino que, y es lo peor, ya estamos hechos a la idea de que la gente no tiene hijos y la población envejece de forma alarmante, y por eso, se nos dice, tenemos que importar millones llegados de culturas radicalmente ajenas a la nuestra. Y es que una sociedad sin hijos es, sin duda, una sociedad sin futuro.

Pero lo que analiza recientemente un estudio de la Universidad de Washington publicado en The Lancet es la universalización de esta tendencia.

El mundo, en general, está dejando de tener hijos y para finales de siglo estará por debajo de la tasa de remplazo (2,1 hijos por mujer), en torno a 1,7 hijos por mujer. Eso supone no solo una contracción de la población mundial sin precedentes en la era industrial, así como un envejecimiento de la humanidad con consecuencias aún imprevisibles.

Entre 1950 y 2017, la fertilidad mundial se ha reducido casi a la mitad, de 4,7 hijos por mujer a 2,4. Los investigadores proyectan que la población mundial alcanzará su población máxima en 2064, 9.700 millones, para empezar a contraerse hasta los 8.800 millones a finales de siglo. Esto, naturalmente, si no se produce alguna catástrofe bélica o natural.

Los estudiosos también prevén que al menos 23 países, entre ellos el nuestro, vea reducirse sus poblaciones -obviando la inmigración masiva, naturalmente- a la mitad para finales de siglo. Los países también envejecerán hasta cotas nunca vistas, al punto que habrá tantos recién nacidos como octogenarios.

En definitiva, y si esto no se remedia, en el futuro la sociedad mundial estará cada vez más envejecida, sin niños, con hogares solitarios, con cada vez menos familias y cada vez más rotas e insatisfechas. Panorama tristemente desolador

 

Deja un comentario