Las estadísticas del Covid19 dicen más de lo que muchos quisieran oír | Eusebio Alonso

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El presente artículo es el resultado de un análisis de las estadísticas publicadas sobre la pandemia del Covid19, para el que tan solo se han usado herramientas básicas de correlación estadística y un poco de espíritu crítico. El objetivo perseguido es el de determinar, a posteriori, la correlación que haya podido tener el grado de vacunación en los diferentes países del mundo con los parámetros de severidad más relevantes del Covid19 (hospitalizaciones, casos UCI y fallecimientos). La existencia de correlación entre dos variables de naturaleza estadística no significaría necesariamente una relación de causalidad, pero al menos aporta una información valiosa de tendencia. De todos los parámetros de severidad mencionados, se ha escogido para el estudio el número de fallecimientos atribuidos al Covid19  por entender que es el más significativo.

Como punto de partida, he buscado páginas de información que combinasen datos de seguimiento de la enfermedad, así como del grado de vacunación de la población. Desgraciadamente, por sorprendente que pueda aparecer, no he encontrado ninguna página que reúna toda la información que necesitaba. En consecuencia, he descargado los datos de seguimiento de la enfermedad del enlace  enlace_estadísticas_Covid19, y los datos de vacunación de la página  enlace_vacunas_Covid19. Animo al lector curioso a que busque otras páginas de descarga si desea contrastar la información de la que parte este estudio.

De las páginas antes mencionadas se ha procedido a seleccionar una muestra de países, sin sesgo intencionado, que considero suficientemente representativa. Esta muestra incluye a los países más desarrollados, a los países con mayor población del planeta y también a países de todos los continentes con diferentes tasas de vacunación.

El estudio realizado abarca toda la duración de la pandemia y se realiza sobre la foto fija del estado actual. Es decir, cubre un periodo que se extiende desde su comienzo, a finales de del 2019, hasta la actualidad. Podría argumentarse que para comprobar el efecto de las vacunas debería haberse tomado una fecha de comienzo diferente en el estudio. Me pregunto ¿cuál? ¿Tal vez, el momento en que empezaron a aplicarse las vacunas? ¿Cuándo se alcanzó un determinado porcentaje de población vacunada en algún país concreto? ¿Qué fecha sería la más adecuada para los países que apenas se han vacunado? Se haya escogido una fecha u otra, supongo que la elección realizada tendría que afectar de manera parecida, para bien o para mal, a todos los paises de la muestra. Por otra parte, buscar una fecha diferente para el comienzo del estudio toparía con un inconveniente técnico grave por la dificultad para acceder solo a los datos filtrados del periodo concreto de interés. Con toda seguridad, el instituto Carlos III, que elabora los informes RENAVE y dispone de todos los datos de la Red Nacional de Virología Epidemiológica sobre la evolución del Covid19, podría elaborar un informe, a posteriori, sobre la correlación estadística de las vacunas y las cifras de severidad Covid19 en España con un enfoque dinámico que sería mucho más preciso y riguroso que el que aquí presento. Sin embargo, por alguna razón, que prefiero no aventurar, no lo hace.

La tabla 1, ordenada por grado de vacunación, contiene la muestra de países seleccionados según el criterio ya indicado y presenta, entre otros: datos actuales de incidencia, datos acumulados de la enfermedad y muertes producidas por ésta, así como el grado de vacunación.

Tabla 1 Información sobre el Covid19 en una muestra representativa de países del mundo

Conviene mencionar que la supuesta mejoría de los números de severidad Covid19 de que hoy disfrutamos, podría obedecer, no solo a la aplicación de vacunas, sino también a otros factores: como la mejora en los tratamientos para combatir la enfermedad, la mutación del virus a variantes menos agresivas y la inmunidad adquirida por la población debida a la exposición continuada al virus. Poco esfuerzo, o ninguno, se ha hecho para determinar la influencia relativa de cada uno de estos posibles factores en el resultado alcanzado.

Representando, con los datos obtenidos de la tabla 1, la mortalidad Covid19 en función del porcentaje de población vacunada y la ajustamos con una recta de regresión obtenemos la ilustración 1.

Ilustración 1 Muertos por millón en países de la tabla 1 en función del porcentaje de vacunación

Del estudio de la tabla 1 y la ilustración 1 se pueden sacar algunas conclusiones:

  1. De la tabla 1 observamos que el número de casos de Covid19 severos y el número de muertes recientes producidas por Covid19 (últimas dos semanas) se ha reducido significativamente respecto a las cifras del comienzo de la pandemia, tanto en países con alta tasa de vacunación como en aquellos en los que apenas se ha vacunado la población. Este comportamiento no parece lógico si admitiésemos que las vacunas han sido la principal causa para doblegar la pandemia. Si las vacunas fuesen la clave, los países con menor tasa de vacunación deberían tener en la actualidad cifras de severidad significativamente peores que los que han tenido una tasa de vacunación elevada, pero no es así.
  2. El coeficiente de correlación lineal calculado entre la variable estadística porcentaje de vacunación de los países de la tabla 1 y la variable estadística de muertes por Covid19 por millón de habitantes sale positivo y de valor de 0,39. Lo que indica que existiría una correlación positiva débil. Que resulte la correlación positiva, aunque sea débil, indicaría que, en lugar de reducirse la mortalidad Covid19, ésta crecería con el grado de vacunación. Cosa que también se vería confirmada por el valor positivo de la pendiente de la recta de regresión obtenida en la ilustración 1.  Si preferimos obviar el inquietante signo positivo del coeficiente de correlación, nos quedaría el hecho de que entre ambas variables estadísticas exista un valor de correlación lineal débil (inferior a 0,5), lo que nos obligaría, como poco, a desechar cualquier relación de causalidad lineal entre vacunas y descenso de las muertes por Covid19. ¿Por qué? Pues porque, aunque sabemos que correlación no significa necesariamente causalidad, también sabemos que la no correlación lineal sí que significa no relación lineal de causalidad. Como consecuencia de ello, se pondría gravemente en cuestión el efecto tan cacareado de que a más grado de vacunación, existe menos mortalidad por Covid19. Es decir, si nos fiamos de los datos de partida, habría que descartar de forma drástica el considerar la vacunación como la principal causa de control de los números de mortalidad Covid19. No olvidemos que la vacunación no es la única causa posible para controlar las cifras de severidad del Covid19. Aunque, por desgracia, sí es la que mayor rédito económico proporciona a unos cuantos.
  3. A simple vista, la dispersión de puntos de la ilustración 1, por encima y por debajo de la recta de regresión, ilustra gráficamente, de una forma alternativa, la importante falta de correlación lineal, ni de cualquier otro tipo,  entre ambas variables estadísticas y consecuentemente la ausencia de causalidad de una con otra como ya se ha justificado en el punto anterior.
  4. De la ilustración 1 se aprecia que la mejor respuesta a la pandemia parecen ofrecerla los países que han tenido una campaña de vacunación casi inexistente (parte inferior izquierda de la ilustración 1). Eso podría interpretarse como un efecto pernicioso de las vacunas, pero si así lo hiciéramos no nos encajaría demasiado el hecho de que existan paises con tasas de vacunación altas (parte inferior derecha de la ilustración 1) que tienen cifras de mortalidad casi tan buenas como las de aquellos países que apenas se han vacunado, ni tampoco con la ausencia de relación de causalidad entre vacunación y la reducción de la mortalidad Covid19 demostrada en los puntos anteriores. A mi entender, esta circunstancia se podría interpretar de dos maneras posibles:
    1. Que la gestión de la pandemia haya sido mejor, con uso de remedios alternativos, en los países con grado de vacunación bajo. Hipótesis como poco cuestionable.
    2. Que el virus haya atacado de forma dirigida. Es decir, con más dureza en unos países que en otros. Lo que podría abundar en la hipótesis de que más que una pandemia natural pudo haber sido un ataque biológico selectivo. Tal vez por intereses de hegemonía económica.
  5. Los países que han tenido las peores cifras de severidad Covid19, a pesar de tener tasas altas de vacunación, resultan ser países ricos, con un alto nivel de desarrollo (situados en la parte superior derecha de la ilustración 1): USA, Italia, UK, España, Francia, Alemania, Canadá, Suiza, etc… Curiosamente, China que es el país donde surgió el virus, cuyo origen «natural» resulta cada día más cuestionado, presenta unos números de gestión del Covid19 realmente envidiables. ¡Qué circunstancia tan sospechosa!

Para ampliar, si cabe, la inquietud expresada en la última conclusión, hay que decir que a China le ha ido excepcionalmente bien durante la pandemia y que actualmente su economía crece a un ritmo anual mantenido del 8%, mientras que los países desarrollados, más castigados por el Covid19, están entrando en recesión con altas cotas de inflación. Que cada uno saque las conclusiones que crea oportunas sin olvidar, por supuesto, la pregunta clave para buscar al culpable: ¿Qui prodest?

Monitorización del exceso de Mortalidad (Informes MoMo)

Para concluir, me parece necesario mencionar una circunstancia que no se debe quedar en el tintero porque puede completar la foto de la situación y agravar, en una cuantía por determinar, las estadísticas que hemos usado en el estudio anterior. Me refiero a los informes de monitorización de mortalidad que, al igual que los informes RENAVE sobre la evolución del Covid19, los elabora de forma oficial el instituto Carlos III. Estos informes presentan las muertes reales producidas por cualquier causa; así como la predicción de éstas para cada mes del año. Predicción basada en información del tamaño de la población, la esperanza de vida, los datos extraídos de la pirámide de población y las tendencias de mortalidad de años anteriores.

Tabla 2 Tabla de monitorización de mortalidad en España en 2022

La tabla 2 muestra la monitorización de mortalidad en España del año actual. Se aprecia un exceso de mortalidad en 2022, respecto a las expectativas, de 33.489 personas, tan solo en los 10 primeros meses del año. Esto representa un aumento del 9,63% respecto a la mortalidad esperada. Importa decir, que esta tendencia ha venido ocurriendo desde mediados del año 2021. Supongo que si hubiese verdadera inquietud por aclarar este asunto, alguien autorizado habría dado ya una explicación convincente en público. De momento, y para no desaprovechar la oportunidad, ya le han atribuido parte de la culpa de este exceso de mortalidad al supuesto cambio climático, como muestra la columna de la derecha (muertes «atribuibles a la temperatura»).

La ministra de sanidad Carolina Darias, interpelada en diciembre de 2021 en sede parlamentaria sobre el exceso de mortalidad, no quiso o no pudo dar una explicación tranquilizadora. Se limitó a decir que a ella también le gustaría conocer la causa. No entiendo como una actitud tan cuestionable es premiada con la confianza del Ejecutivo. Tal vez sea sólo una mera coincidencia temporal que en 2021 empezase la campaña de vacunación contra el Covid19 en España. En cualquier caso, se trata de una sospechosa coincidencia que no podemos descartar a la ligera.

Aunque la causa de este exceso de muertes se dice desconocer, a falta de explicaciones convincentes, hay algunas hipótesis que se me antojan plausibles. Estas son:

  1. Que una parte de este exceso pueda estar relacionado con las secuelas del Covid19 en la población. Si fuese así, lo correcto sería engrosar las estadísticas Covid19 con las muertes adicionales que le correspondan.
  2. Que otra parte, también por determinar, tenga que ver con el empeoramiento de dolencias o la aparición de efectos secundarios graves, a corto y medio plazo, aún no conocidos, asociados con la aplicación de vacunas Covid19.
  3. Que exista algún nuevo agente patógeno que esté disminuyendo las defensas de la población o empeorando sus dolencias sin que los mecanismos de vigilancia sanitarios hayan sido capaces de detectarlo.

España no es un caso especial en cuando a la detección reciente de un exceso de mortalidad. Parece que también existe un aumento de la mortalidad en otros paises. Este aumento se ve reflejado en los informes EuroMomo que hacen el seguimiento de la mortalidad a nivel europeo. En estos informes se vienen detectando un aumento de las muertes en 2022, principalmente en los segmentos de población infantil y  juvenil. Considerando el hecho de que los jóvenes apenas son afectados por la enfermedad del Covid19, pero sí han sido persuadidos mayoritariamente a vacunarse en la Unión Europea, habría que analizar con rigor si la principal causa del exceso de mortalidad detectada obedece, o no, a la opción 2 antes indicada.

En resumen, hay demasiadas cosas que siguen sin cuadrar en relación con el Covid19, y sorprende que un análisis tan elemental de la información de acceso público permita obtener conclusiones tan inquietantes que, al parecer, casi nadie quiere ver. El porqué existe una intencionalidad obsesiva de que las vacunas Covid19, que no han demostrado ser ni suficientemente eficaces, ni seguras, ni necesarias, se apliquen a toda la población, es todavía una gran incógnita. Créame, querido lector, que me encantaría estar equivocado en mis sospechas y que algún organismo de prestigio, tal vez el instituto Carlos III, se esforzase en mostrarnos evidencias estadísticas irrefutables de ello. Si, por el contrario, estoy en lo cierto, espero que más pronto que tarde exijamos de una vez responsabilidades por el enorme daño infringido a la población, la mentira y la complicidad de las autoridades y los medios de comunicación. No podemos permitirnos tomar esta experiencia a la ligera, porque el que no aprende de su historia está condenado irremediablemente a repetirla.

 

Eusebio Alonso | Licenciado en ciencias físicas. Subdirector del diario online  Adelante España.

 

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