La mitad del mundo desarrollado camina alegremente hacia el autoritarismo. Los ciudadanos votan en contra de sus intereses y permiten que las instituciones democráticas emblemáticas se corroan.
Aún hay margen de redención, pero la esperanza no es una estrategia. Para prevenir el auge de la tiranía, la gente necesita ejercer los mismos derechos que están en riesgo: el derecho a la libertad de expresión, el derecho de reunión, el derecho al voto. Desafortunadamente, una parte significativa de la sociedad está demasiado ocupada viendo Netflix o adorando a dioses falsos como para evitar la desaparición de las libertades.
Lamentablemente, una vez cruzado el umbral del autoritarismo, la redención ya no es una estrategia ganadora. Es demasiado pronto para saber qué nos depara el futuro, pero en el siguiente artículo intento mostrar cómo es la vida cotidiana en una dictadura y cuál es la mejor manera de sobrevivir.
Todos los días, en la Gestapo, veía cómo el terror destrozaba a la gente. Experimenté con mis propios ojos cómo alguien era aplastado por esta máquina. Eso era lo monstruoso. Uno dejaba de ser humano.
– Victor Klemperer de sus diarios «Daré testimonio: Un diario de los años nazis»
La vida bajo un régimen autoritario
Los gobiernos autoritarios gobiernan mediante el miedo. Una vigilancia amplia, tanto vertical como popular, es clave para mantener a la población en vilo.
El sistema de vigilancia de Corea del Norte se encuentra entre los más extremos del mundo. El régimen emplea una vasta red de informantes, e incluso las conversaciones privadas no están a salvo del escrutinio. Los ciudadanos deben asistir a sesiones semanales de autocrítica, donde deben confesar cualquier presunta deslealtad. Esta vigilancia constante garantiza que cualquier oposición, así como toda la familia del disidente, sea rápidamente identificada y neutralizada. El temor al encarcelamiento, la tortura o la ejecución es omnipresente, ya que incluso las infracciones menores pueden conllevar un castigo severo.
En la Alemania nazi, la policía secreta creó una cultura del miedo al animar a los ciudadanos a denunciar cualquier actividad sospechosa, incluso la de sus amigos y familiares. Esta táctica generaba enfrentamientos entre las personas y garantizaba un alto nivel de cumplimiento de las políticas del régimen. Como relató un ciudadano alemán: «Vivíamos con el miedo de ser denunciados por nuestros vecinos, amigos e incluso nuestros propios hijos».
Todos nos habíamos acostumbrado a vivir en un estado de miedo permanente, y por eso siempre andábamos tan cortos de tiempo. El miedo es la actividad que más tiempo consume.
– Nadezhda Mandelstam de “Esperanza contra esperanza”
Un ingrediente clave para generar miedo es la alienación, real o percibida. En los regímenes autoritarios, esta alienación se siembra de antemano mediante medios sociales (con la amenaza del aislamiento físico). La alienación se genera mediante una combinación de censura y propaganda implacables, que lleva a los disidentes a creer que están solos. Por esta razón, el control de los medios es esencial para el mantenimiento de una dictadura.
La Unión Soviética, por ejemplo, controlaba estrictamente el flujo de información a través de los medios de comunicación estatales. El periodismo independiente era prácticamente inexistente, y el gobierno difundía propaganda para moldear la percepción pública. Los periodistas y escritores independientes que se atrevían a desafiar la narrativa oficial se enfrentaban a penas de prisión o algo peor. La propaganda del régimen soviético glorificaba al Estado y a sus líderes, a la vez que demonizaba a los supuestos enemigos. Un ciudadano soviético describió la omnipresencia de la propaganda: «Adondequiera que miráramos, veíamos la versión estatal de la realidad. No había escapatoria».
De igual manera, el Gran Cortafuegos de China restringe el acceso a la información proveniente del exterior, garantizando que la población solo esté expuesta a las narrativas aprobadas por el Estado. Las plataformas de redes sociales son monitoreadas de cerca y cualquier contenido considerado subversivo se elimina rápidamente. El Partido Comunista Chino (PCCh) emplea sofisticados algoritmos para censurar la disidencia y promover su propaganda, creando un entorno informativo controlado. Esta censura generalizada reprime la disidencia e impide la difusión de puntos de vista alternativos.
La propaganda es una herramienta poderosa para moldear la percepción pública y mantener el control.
Joseph Goebbels, de la Alemania nazi, afirmó la famosa frase:
Si dices una mentira lo suficientemente grande y la repites una y otra vez, la gente acabará creyéndola. La mentira solo puede mantenerse mientras el Estado pueda proteger a la gente de sus consecuencias políticas, económicas o militares. Por lo tanto, es de vital importancia que el Estado utilice todos sus poderes para reprimir la disidencia, pues la verdad es el enemigo mortal de la mentira y, por extensión, la verdad es el mayor enemigo del Estado.
La maquinaria propagandística del régimen nazi glorificó a Hitler y a la raza aria, a la vez que demonizaba a los judíos y a otras minorías. Esta propaganda implacable creó un clima de odio y miedo, justificando las atrocidades del régimen.
En la China moderna, el PCCh utiliza la propaganda para promover su visión de una sociedad armoniosa. Los medios de comunicación estatales destacan los logros del partido y minimizan sus fracasos. Las campañas de educación patriótica inculcan la lealtad al partido desde una edad temprana, asegurando un flujo constante de ciudadanos obedientes. Un ciudadano chino explicó: «Nos bombardean constantemente con mensajes sobre la grandeza del partido. Es difícil ver la verdad a través de la propaganda».
Mientras que la censura y la propaganda ablandan y alinean a la mayoría de la población, los regímenes autoritarios aún deben lidiar con la disidencia. Las desapariciones, la tortura, la detención, los trabajos forzados y las ejecuciones sumarias se utilizan para dar ejemplo a quienes se oponen abiertamente al gobierno.
En China, vivimos prácticamente en una prisión. La vigilancia está por todas partes, y es el miedo a lo que pueda pasar lo que nos mantiene bajo control.
– Ma Jian de “Sueño chino”
En la Rusia moderna, los opositores políticos y periodistas críticos con el gobierno han sufrido acoso, encarcelamiento e incluso asesinato. El asesinato de la periodista Anna Politkovskaya y el envenenamiento del líder opositor Alexei Navalny son duros recordatorios de hasta dónde es capaz de llegar el régimen para mantener el control. Un activista ruso señaló: «Denunciar abiertamente al gobierno es un juego peligroso. Muchos han pagado el precio máximo por su valentía».
Estrategias de supervivencia
Los regímenes autoritarios prosperan gracias a la obediencia. Si bien es fácil para los guerreros del teclado sugerir una rebelión contra los dictadores, la mayoría de la gente solo desea una vida pacífica con sus familias. Una vez que el autoritarismo se arraiga, los ciudadanos harán lo que sea necesario para que sus familias sobrevivan y eviten el acoso. La supervivencia es la realidad, no la cobardía.
La forma más directa de evitar la persecución es acatar las exigencias del régimen. En la Alemania nazi, muchos ciudadanos se sometían a la ideología nazi para evitar sospechas. Asistir a manifestaciones patrocinadas por el Estado, exhibir símbolos nazis y participar en actividades obligatorias eran formas comunes de demostrar lealtad. Esta conformidad pública a menudo enmascaraba la disidencia privada, ya que las personas buscaban protegerse a sí mismas y a sus familias.
En la China contemporánea, el cumplimiento de las directivas del PCCh es esencial para evitar problemas. El Sistema de Crédito Social, que premia o castiga a los ciudadanos según su comportamiento, incentiva la conformidad. Una puntuación alta en crédito social puede generar mejores oportunidades laborales y acceso a servicios, mientras que una puntuación baja puede resultar en restricciones y sanciones. Muchos ciudadanos chinos se adaptan a este sistema cuidando cuidadosamente su presencia en línea y evitando actividades que puedan generar atención negativa.
Sobrevivir y prosperar en un régimen autoritario a menudo requiere una comprensión matizada del sistema y la capacidad de desenvolverse en sus complejidades. En el Chile de Pinochet, algunas personas lograron mantener su sustento alineándose con las políticas económicas del régimen. Los empresarios que apoyaron las reformas neoliberales se beneficiaron del apoyo del régimen, incluso mientras se oponían en privado a su brutalidad.
En la Rusia moderna, los oligarcas y líderes empresariales que mantienen estrechos vínculos con el Kremlin gozan de importantes privilegios. Estos individuos se mueven en el panorama político alineando sus intereses con los del Estado, asegurando así su prosperidad continua. Sin embargo, esta relación es precaria, ya que caer en desgracia con el régimen puede acarrear repercusiones rápidas y graves.
En Corea del Norte, no teníamos el lujo de pensar por nosotros mismos. El régimen lo hacía todo por nosotros, y si nos resistíamos, éramos castigados.
– Yeonmi Park de “Para vivir: El viaje de una niña norcoreana hacia la libertad”
Resistencia
Si bien la obediencia es una estrategia común de supervivencia, algunas personas se resisten a los regímenes autoritarios mediante subterfugios. Esto es muy arriesgado, pero el impulso para contraatacar es poderoso para algunos.
Durante la era soviética, los movimientos clandestinos y las redes disidentes desafiaron el control del Estado. El Samizdat, la copia y distribución clandestina de literatura prohibida, difundió puntos de vista alternativos. Estos actos de resistencia arriesgada permitieron a las personas expresar su disidencia y conectar con personas afines.
En Corea del Norte, los desertores han desarrollado ingeniosos métodos para introducir y sacar información del país de contrabando. Se distribuyen de forma encubierta memorias USB con medios extranjeros, lo que permite vislumbrar el mundo exterior. Estos actos de desafío son peligrosos, pero desempeñan un papel crucial en el debilitamiento del control del régimen sobre la información.
Mantenerse vivo
Ante una brutalidad atroz, ¿es el conformismo cobardía? En cualquier entorno autoritario, habrá quienes aprueben, quienes disientan y quienes se conforman. Desafortunadamente, no es realista esperar que todos se rebelen contra la opresión. A menudo, nos vemos obligados a adaptarnos a las circunstancias en lugar de corregirlas.
Generalmente, para sobrevivir en una dictadura es necesario mantener los ojos abiertos y la cabeza alerta.
A continuación se presentan algunas ideas para integrarse, mantenerse informado y conservar la cordura:
1. Manténgase informado y formado
Asegúrate de obtener información de diversas fuentes confiables, tanto nacionales como internacionales. Esto te ayudará a mantenerte al tanto de la situación real.
2. Proteja su privacidad digital
Herramientas como Signal, ProtonMail y servicios VPN pueden ayudarte a proteger tus comunicaciones en línea de la vigilancia. Evita compartir información confidencial que pueda ser utilizada en tu contra. Da por sentado que todo lo que publiques en línea será monitoreado.
3. Construya una red de apoyo
Establezca una red de amigos, familiares y colegas de confianza que compartan sus preocupaciones y puedan brindarse apoyo mutuo. Colabore con grupos que defienden los derechos humanos, las libertades civiles y la democracia. Pueden brindar recursos y solidaridad. Sin embargo, la asociación con estos grupos podría generar tensión entre usted y su familia.
4. Mantener documentos
Guarde documentos importantes (por ejemplo, pasaportes, registros bancarios) y registros en ubicaciones digitales seguras y encriptadas o en lugares físicos seguros.
5. Aprenda habilidades de supervivencia
Considere aprender maneras de protegerse físicamente. Aprenda habilidades como primeros auxilios, preparación para emergencias y gestión de recursos. Reduzca la dependencia del estado para obtener lo esencial. Cultive alimentos. Tenga en cuenta que, en caso de escasez, se confiscarán alimentos para alimentar a la policía y al ejército, ya que son herramientas vitales para mantener el control estatal.
6. Asegure sus finanzas
Mantén algunos de tus activos en un lugar seguro y estable, menos susceptible al control gubernamental y fácil de transportar, como divisas o metales preciosos. Si usas oro o billeteras digitales, puedes transportar una cantidad significativa de tu riqueza en una mochila. Mantén un fondo de emergencia en un lugar seguro y accesible.
7. Establecer una estrategia de salida segura
Identifique posibles destinos seguros y cree un plan para una salida rápida y segura si es necesario. Asegúrese de que su pasaporte y demás documentos de viaje estén al día. Establezca contactos en otros países que puedan brindarle asistencia si necesita salir rápidamente.
Permanecer verdaderamente invisible requiere integrarse. Si tu objetivo es sobrevivir pacíficamente, tendrás que dejar de lado tus valores personales y hacer lo que se espera de ti. Eso podría significar asistir a manifestaciones o ondear una bandera en tu jardín. ¿No puedes soportarlo? La inconformidad es una forma de resistencia, así que prepárate para ser tratado como tal.
Esta no es una guía exhaustiva. Solo ofrece algunas ideas para prepararse para el peor escenario posible. Usemos hoy nuestra voz y voto para asegurarnos de que no lleguemos a eso.
No me gusta escribir esto tanto como a ti no te gusta leerlo. Pero con tantos gobiernos en todo el mundo cayendo en dictaduras, esta es la triste realidad que debemos considerar.
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2 comentarios en «La gran invasión globalista tiene un solo objetivo: Dominar a la raza humana mediante una dictadura | Madge Waddy»
… el poder de satán sigue imponiéndose, mediante logias masónicas y engaños varios, … medios de comunicación, políticos,…
Me parece que, después de dejarles EEUU, que era la columna vertebral del globalismo, poco pelo van a echar…