La sentencia del Fiscal General será clave para el Estado de Derecho
Tras los testimonios de fiscales y periodistas y del mismo Fiscal General del Estado, el juicio está listo para sentencia. El Fiscal General defiende su inocencia auto reivindicando su obligación de defender el relato de la Fiscalía y con eso tan poético de que “la verdad no se filtra, se defiende”.
Pero hay varias preguntas incómodas para pueden llevar a su imputación:
- Si no tenía nada que ocultar, si hizo lo que debía, ¿por qué borró los mensajes de su móvil?, ¿qué inocente borra pruebas? Lobato hizo lo inverso: irse al notario para protocolizar lo que tenía. La UCO certifica que el borrado se produjo a las dos horas de su imputación. Además, Google informa que se borraron sólo los emails que se consideraron relevantes. Y la responsable de informática de la Fiscalía reconoció en el juicio que no existe ningún protocolo de borrado.
- ¿Por qué redactó la nota de prensa en la que se incluían datos confidenciales de un particular? Su jefa de prensa certifica que el Fiscal General le dictó la nota la noche previa. El se defiende con el argumento de que la nota se envía después de que la información ya ha sido publicada. ¿Añade algo a lo ya publicado? Quiere que quede constancia de que es información oficial, reconoce en el juicio. O sea, quiere avalar la información publicada.
- ¿Por qué no negó a la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, que hubiera sido él quien filtrara la información?, ¿por qué a su pregunta respondió que lo importante era ganar el relato?, ¿desde cuándo ganar el relato es función de la fiscalía?
- El Fiscal General dice que es “insólito” que la Fiscalía proponga un acuerdo. ¿No es lo que ocurre a diario?, ¿o quizás ocurría? Porque tras la presunta revelación de secretos quizás ahora los ciudadanos ya no confían en la discreción de la fiscalía en las negociaciones.
- Por último, ¿afirmar que “la verdad no se filtra sino que se defiende” no es una manera de autoinculparse?, ¿defender que era importante contrarrestar las informaciones lanzadas por el asesor de Ayuso no es entrar en una batalla político-mediática ajenas a la función de la Fiscalía?
Estas son las preguntas claves que deberán de deliberar los jueces. Probablemente no existe duda moral sobre la autoría del Fiscal General en la filtración de conversaciones que debían de haber quedado en un ámbito discreto. La duda es jurídica. Porque el intento de revelación de secretos no está penado. Y tampoco se puede condenar sin pruebas. ‘In dubio, pro reo’. Es decir, ante la duda, hay que resolver a favor del investigado.
El tema es ¿existe alguna duda de que García Ortiz estuvo detrás, impulsó, ordenó, dirigió la filtración? Una asociación de fiscales le acusa incluso de planear el encarcelamiento del novio de Ayuso…
¿No es suficiente la acumulación de indicios de la autoría del Fiscal General que hasta se defiende autojustificándose?
El gobierno ha obligado al Supremo a ubicarse en un choque institucional. Ha declarado la guerra al Alto Tribunal acusándole de actuar sin respetar las garantías procesales. Lo que está detrás no es sólo el Fiscal General sino el mismo Estado de Derecho. Y el Supremo lo sabe. O se defiende ahora o el rodillo autocrático será definitivo.
Más preguntas incómodas
- ¿Actuará la fiscalía de delito de odio tras la afirmación de Podemos de que hay que “reventar” a la derecha?, ¿lo haría si Vox dijera que había que reventar a la izquierda?, ¿está la extrema izquierda preparando el ambiente para incendiar las calles?
¿Abrirá Eurostat una investigación del INE tras afirmar Calviño que ayudó a que el INE elevará el crecimiento económico del país?
Luis Losada Pescador | Periodista y economista




