La UCO va publicar un inminente informe demoledor sobre contratos de mascarillas ‘fake’ y adjudicaciones millonarias que pone en jaque el futuro político y judicial de la socialista.
Francina ya calienta en la banda. «Calienta, que sales». Esa expresión que se usa en los banquillos cuando un jugador está a punto de entrar al campo cobra hoy un nuevo significado. No hablamos de fútbol, sino de la antesala judicial en la que se encuentra Francina Armengol, presidenta del Congreso y exlíder del Gobierno balear. El silbato final está cerca, y todo indica que tendrá que saltar al campo… pero del Tribunal Supremo.
En los últimos días, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha estrechado el cerco en torno a su gestión durante la pandemia. Está a punto de publicar un informe demoledor. Contratos de mascarillas defectuosas, adjudicaciones millonarias bajo sospecha y mensajes comprometedores con Koldo García, exasesor del también “caído” José Luis Ábalos, conforman el cóctel explosivo que podría dinamitar su carrera.
Mascarillas fake, contratos millonarios y el ‘calentamiento’ judicial de Armengol
Francina, «calienta, que sales», porque lo que viene es demoledor. El informe que la UCO presentará en los próximos días, solicitado por la Audiencia Nacional tras recibir documentación clave de la Fiscalía Europea, apunta directamente a su etapa como presidenta balear.
En abril de 2020, en plena crisis del COVID-19, el Servicio de Salud balear recibió 1,4 millones de mascarillas FFP2 defectuosas, adquiridas por 3,7 millones de euros a la empresa Soluciones de Gestión SL, vinculada a la trama Koldo. Lo escandaloso no es solo el sobreprecio, sino el procedimiento: el material se entregó antes de firmar contrato o emitir factura válida.
Dos meses después, pese a informes técnicos que advertían que las mascarillas no cumplían requisitos sanitarios, el Gobierno balear avaló su calidad. ¿Error administrativo? ¿Negligencia? ¿Corrupción? Eso lo dirá el juez… si el aforamiento de Armengol no le sigue sirviendo como escudo.
Otra adjudicación sospechosa: 10 millones a una constructora investigada
Pero ahí no acaba todo. También se investiga una adjudicación de 10,4 millones de euros a Levantina Ingeniería y Construcción, propiedad del empresario José Ruz, imputado por pagar presuntas comisiones ilegales. La obra: una residencia pública para mayores en Palma. La trama: PSOE hasta la médula.
Es la receta clásica del sanchismo: fondos europeos, adjudicaciones sospechosas, mordidas, opacidad. En este caso, incluso con intervención de la Fiscalía Europea.
Y entre tanto cadáver político que va dejando esta “guardia pretoriana” de Sánchez —Ábalos, Koldo, Illa y Ángel Víctor Torres bajo lupa, y ahora Armengol— el hedor de la corrupción llega ya directamente a Moncloa. El requesón de sangre política que Sánchez ha querido tapar con cortinas de humo, indultos y “memoria democrática” ya no puede esconderse más.
Francina, «calienta, que sales»… y lleva toalla, que el banquillo está caliente.
La presidenta del Congreso podría ser citada por el Supremo
A día 17 de julio de 2025, Armengol aún no está formalmente imputada. Pero fuentes judiciales reconocen que si el inminente informe de la UCO acredita indicios sólidos, su aforamiento será el único muro que le quede entre ella y un juez instructor. En ese caso, la causa se elevaría directamente al Tribunal Supremo. Un hecho inédito.
Si esto ocurre, España será testigo por primera vez de cómo una presidenta del Congreso tiene que responder por corrupción relacionada con compras públicas. Porque las mascarillas defectuosas ni siquiera se utilizaron: fueron almacenadas tras constatar su inutilidad.
Francina, «calienta, que sales», pero esta vez no hay banquillo que te salve
Koldo, el hombre del PSOE que lo sabía todo
José Manuel “Koldo” García Pérez, asesor de Ábalos y correo político entre las empresas de la trama, aparece mencionado en mensajes clave con Francina Armengol. La red era más profunda de lo que muchos imaginaban, y ahora salen a la luz esas conexiones que tanto se quisieron enterrar.
Sánchez, por supuesto, intentará desvincularse: “Fue en su etapa autonómica”, dirá. Pero ya son demasiados los implicados para sostener el relato de la ignorancia presidencial. Esta red no era marginal. Era estructural. Era el modus operandi del socialismo institucionalizado.
Francina, «calienta, que sales», y ojalá lo hagas camino del Supremo. Porque si hay justicia en España, los que han hecho tanto daño deberán terminar sentados en el banquillo, sin escapatoria, sin indultos, y sin aforamientos que los protejan.
Y de paso, Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial… vete calentando, que tú también vas.