Espiral de tensión entre Marruecos y Argelia que provoca inestabilidad en el Magreb

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La estrategia en el ámbito internacional del rey Mohamed VI tras el reconocimiento de Trump de la soberanía marroquí sobre todo el territorio del Sáhara Occidental le ha envalentonado de tal forma que ha iniciado una escalada de enemistarse con numerosos países de su alrededor

Ese decreto presidencial le proporcionó la fuerza definitiva a Rabat para presionar a diferentes países a seguir el mismo camino. Además, por el momento, el nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, todavía no se ha pronunciado sobre el Sáhara Occidental.

Enemistado con varios países

Actualmente, Marruecos está en una encrucijada tras enemistarse con varios países, algunos vecinos, y habiendo dejado al descubierto su peor imagen en el ámbito internacional.

Argelia ha roto relaciones con Rabat después de que Marruecos reconociese el movimiento independentista de la región de la Cabilia. Algo incomprensible cuando el propio Marruecos tiene problemas similares en el Rif.

El pulso que le echó a Alemania, un rico benefactor con quien rompió relaciones diplomáticas en el mes de marzo por un asunto de espionaje, tampoco le ha salido bien a Rabat.

Además, ha conseguido enfadar a Europa al facilitar la entrada de nacionales, incluidos menores, por la frontera sur con África, en el mes de mayo, para castigar a España por acoger al secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali.

Además, los expertos apuntan también a un posible nuevo recrudecimiento de sus débiles relaciones e influencia en la Unión Africana.

Únicos aliados

Prácticamente sus aliados son en la actualidad Estados Unidos, Israel y Reino Unido,

El rearme de Marruecos versus Argelia

El “rearme” de Marruecos no tiene como meta las ciudades españolas fronterizas con el país, aunque afecta, si no Argelia. De esta manera los expertos consideran que es una carrera armamentística entre ambas naciones, aunque ninguno de los dos países quiera extender el conflicto más allá por las consecuencias comerciales y diplomáticas.

Marruecos y Argelia han vivido lo que se llama el ‘Dilema de seguridad’. Las acciones de cada bando para reforzar su seguridad son percibidas como una amenaza por el otro, generando una espiral de compras que genera tensión y una situación inestable”.

La de Rabat tiene un doble origen: económico y estratégico. En efecto es económico como pago por el reconocimiento del Sáhara Occidental por parte de Trump, y , por otra parte, estratégico ya que su uso siempre tuvo como objetivo las operaciones en el Sáhara Occidental y la disuasión para con Argelia.

En este contexto se explica que el año pasado Marruecos aumentó un 30% su gasto en Defensa, rondando los 5.000 millones de euros de compras de armamento a Estados Unidos y Francia.

Igualmente, otros países, como Arabia Saudí han colaborado a mejorar las Fuerzas Armadas Reales marroquíes (FAR) con fondos. En 2015, las dos monarquías firmaron un acuerdo de cooperación para apoyar su industria militar con 22.000 millones de euros.

A pesar de la modernización en defensa de Marruecos, Argelia sigue siendo la primera potencia militar en el Magreb con un ejército numeroso y un armamento desfasado, que ha mejorado desde que el vecino empezó con el rearme. Argel ha comprado cazabombarderos a Rusia, y ha firmado contratos con Moscú para construir casi medio centenar de aviones de combate Sukhoi. El traspase de todo el material se completará en 2025.

Conflicto histórico

En esa rivalidad histórica que viene desde que en 1962 Argelia se independizó de Francia, ambos países han promulgado decretos en materia de Defensa para tener una industria bélica propia, desarrollando diseños y estudios de ingeniería.

Las relaciones bilaterales en estos momentos han dado un retroceso a 1994, cuando tras los atentados de Marrakech, Argel decidió cerrar las fronteras terrestres. Ahora también han aumentado la seguridad fronteriza terrestre e incluso la aérea. La diferencia, es precisamente esta competencia armamentística y la pretensión de Marruecos en convertirse en una primera potencia militar en la región.

No hay que olvidar que, en este enfrentamiento, también entra en juego la guerra del gas. Solo dos días después de romper las relaciones diplomáticas el 24 de agosto, el ministro de Energía y Minas de Argelia, Mohamed Arkab, anunció al embajador español en Argel, Fernando Morán, que todo el suministro de gas pasará por el Medgaz, que une la localidad argelina de Beni Saf con Almería.

De esta manera, Argelia adelanta que no renovará el contrato del oleoducto Magreb-Europa que pasa por Marruecos para llegar a Tarifa a través de El Estrecho de Gibraltar, que finaliza el 31 de octubre, después de 25 años en funcionamiento. Y priva a Marruecos de su principal fuente de gas natural.

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