Hace setenta y dos horas mi pensamiento era escribir sobre el tema del “orgullo” y una de las muchas mentiras que al respecto se generan en España sobre este asunto. Hoy, como es lógico, la cosa ha cambiado. Y, ¿por qué digo, como es lógico? Pues…, ya muchas veces les he hecho partícipes de mi desazón por la velocidad de precipitación, el balón adelante y sin control que la maldita Agenda 2030 impone a los Sátrapas de esta Europa desnortada y del mundo Occidental en general.
Les pensaba hablar de hasta qué punto, los plumillas que sirven a sus jefes Sátrapas por treinta monedas, bueno, la verdad es que algunos lo hacen hasta gratis y tan solo por quedar bien y promocionar, con lo cual la frasecita de mi amigo el corresponsal de Izvestia en España, que asegura que en Europa y aquí en particular: …//… es más fácil comprar a un periodista, que ir al quiosco a comprar el ejemplar de un periódico. //.. se cae por su propio peso, pues conozco demasiados casos en los que comprar es innecesario.
Y el más claro exponente se hubiese visto esta semana, si otra noticia más gorda hubiese tapado la anterior campaña, ya prefabricada, que teníamos en marcha. Pero como el cariz del tema y la poca calidad de los plumillas es tan enorme, que me voy a permitir de, cual espadachín estilo Quevedo, al deshacerme de ambos temas a la vez. Empecemos por la aversión y persecución de las personas, como ahora se dice, LGTB, con o sin plus, que existía en la “oprobiosa dictadura franquista”, como algunos para recalcar su progresía y sumisión satrapil, aumentan a: “de tan infausto recuerdo”.
Nos ponen como gran producción cinematográfica y televisiva, unas peliculillas que tratan de contarnos lo sucedido en el municipio de Tefia, de la isla de Fuerteventura. Ya se sabe que en la “Dictadura” existía una Ley de Vagos y Maleantes, que se aplicaba a los pobres desgraciados que, por pobres y/o, por ejemplo, a los que entonces se denominaba invertidos sexuales. Todo bien hasta que alguien se dio cuenta de un pequeño error en el asunto de ya de inicio del panfleto y trataron de arreglarlo. Pero que muy bueno el intento, pues hasta una página de Wikipedia ha sido creada ex profeso.
Volviendo a nuestro tema, el principal problema de la citada Ley es que no la creó el Régimen de Franco, sino otro anterior, la llamada República de Trabajadores, y alguna cosilla más, que antecedió al citado Régimen. Desde el 14 de abril de 1931 se intentó por parte de los Socialistas y sus adláteres, la creación de un Estado similar al Soviético, de mucho éxito en ese momento, pues al timón del mismo estaba el camarada (tovarich) Iósif Vissariónovich Dzhugashvilia, más conocido como Iósif Stalin o José Stalin. Un individuo que se formó humana y culturalmente en un seminario mientras su madre se lo impuso, pero que al fallecer ésta cambio la sotana por la metralleta de asalta bancos. Profesión que le dio el adecuado curriculum vitae para acceder al puesto de «mandamás» en la URSS.
Bueno, pues, sus imitadores en España, que no disponían todavía de la fuerza política, pero estaban en ello, decidieron, igual que ahora, patada adelante y a ver qué pasa. Y consistió en la aprobación el día 4 de agosto de 1933, de una Ley de carácter penal, como una más de las reformas impuestas por la Il República, de la Ley de Vagos y maleantes, que, en una república de trabajadores, como la definían ellos mismos, pues no estaban admitidos cierto tipo de personajes, bien por su extracción social, bien por su forma de convivir con los demás. Y eran a la sazón y como la propia Ley define, los vagabundos, nómadas, proxenetas y cualquier otro individuo que pudiera ser considerado por las autoridades como antisocial. Y el correspondiente tratamiento para reeducarlos socialmente, al más puro estilo del Viet Minh (Norvietnamita) o de los camboyanos Jemer Rojos, estos últimos campeones de métodos expeditivos para solucionar este tipo de eventos problemáticos para la buena marcha de la Revolución Soviética.
En fin, que, si te portabas mal, según los trabajadores soviéticos, pues te ibas a un campo de re-educación y allí, o tenías un accidente y pasabas a mejor vida o te hacías un buen soviético a base de palos en tus espaldas, por ejemplo. Se conocen dos campos, similares a los de exterminio nazis, y se sabe que había alguno más, pero la publicación de su existencia en medios oficiales nunca estuvo clara.
En esto que la mitad de la población española, temiendo que la otra mitad que estaba en esto de la re-educación les enviase con ese Dios en el que creían e iban a las iglesias, decidió a la vista de que estas eran quemadas, acabar ellos con la otra mitad, antes de que los que les querían reeducar, acabaran haciéndolo. Y así llegamos al año 1939. Fechas en las que no sabemos muy a ciencia cierta por qué los del bando ganador no eliminaron, a diferencia de otras leyes, la anteriormente citada, dejándola prácticamente igual, salvo algún retoque innecesario, pues lo que ellos hicieron fue simplemente aumentar las especificaciones para evitar precisamente los malos entendidos. Entre ellos, especificar algunas cosas como el tema de la homosexualidad, algo que anteriormente no se había realizado, pues como un antiguo e importante socialista me confesó hace años, ese tipo de personajes, eran tan inofensivos y los controlábamos también, ¿que para qué?
Lo cierto, es que dentro de las campañas que los afectos a los Sátrapas realizan, alguien pensó en hacer una campaña de desprestigio en este tema contra lo que ellos definen como los ultra-derechistas actuales, en su cortedad de miras ideológicas y falta de instrucción política. Tan bien lo hicieron que acabaron poniendo en marcha una campaña, que hubo que reforzar, haciendo descansar en menos del cinco por ciento de una Ley Fascista la deshumanización de una Ley Republicana. Hasta el punto que les comentaba de la Wiki, o de otros elementos de fuentes históricas. Cuando al Régimen Franquista, le importaba una “higa” el tema del que estamos hablando.
Conclusión definitiva: La serie sobre el centro de re-educación, como finamente llaman los marxistas a lo que dicen que hubo en Tefia (Fuerteventura) es de una fantasía exuberante, aunque ciertamente, malos y buenos, los hay en todas partes. Lo que no me parece muy bien es lo fácil que se puede cambiar la Historia con mayúsculas.
Un consejo, acceda rápidamente a Wikipedia y créese su propia página histórica, ponga en ella lo que crea conveniente y cierre la edición. Difícilmente se podrá variar. Hágalo antes de que algún listillo/a/e lo haga por usted y se quede con los sambenitos que le cuelguen. Hágame caso.
Respecto al otro balón adelante de esta semana: “La Guerra Civil en Francia”, habrá que cambiarle el título, porque para ser eso, civil, debiera ser entre franceses y no entre franceses e invasores africanos, pero claro explicarle esto a los plumillas mal pagados es harto difícil. Ya les contaré de que va esto, que no es nada bueno. Y ahí lo dejo…
José Antonio Ruiz de la Hermosa es, de primera formación, Sanitario y Capitán retirado de Sanidad Militar. Después, historiador, escritor y divulgador. Actualmente dirige en Decisión Radio varios programas de divulgación histórica y “La Cortina de Humo” sobre la actualidad nacional. |