Golpe mortal al sector primario europeo: Bruselas presentará en «pocos días» la base legal para ratificar el acuerdo con Mercosur

Golpe mortal al sector primario europeo: Mercosur

Un tratado que pone en jaque al sector primario europeo

El acuerdo con Mercosur que impulsa la Comisión Europea es una amenaza directa a la supervivencia del sector primario europeo. Este pacto comercial con los países del Cono Sur representa, sin lugar a dudas, un atentado contra la agricultura y ganadería europea, ya gravemente debilitadas por políticas globalistas burocráticas y ecológicas impuestas desde Bruselas.

El texto legal de este tratado será presentado en los próximos días para su ratificación. Así lo ha anunciado Paula Pinho, portavoz jefe del Ejecutivo comunitario: «La propuesta con los textos legales está muy avanzada, así que podría haber noticias en pocos días».

El procedimiento sigue su curso, pese al rechazo de países como Francia, Italia y Polonia, que ya han advertido sobre el profundo impacto negativo que tendría en sus sectores agrícolas. La Comisión, sin embargo, parece decidida a continuar adelante, ignorando la voz de los Estados miembro que aún creen en la defensa de sus intereses nacionales.

Bruselas cede ante terceros países y desprecia a sus productores

El acuerdo con Mercosur fue cerrado en diciembre del año pasado, pero aún requiere la aprobación del Parlamento Europeo y del Consejo. Según explicó otro portavoz comunitario, la Comisión presentará «próximamente la versión final» del texto jurídico y será trasladado al Consejo para su evaluación. Curiosamente, no será necesaria unanimidad para que reciba el visto bueno.

Este hecho no es menor. La Comisión Europea ha diseñado un procedimiento que deja fuera a quienes no comulgan con esta agenda globalista. En lugar de respetar las reservas legítimas de varios Estados, avanza a paso firme hacia la imposición de un acuerdo que representa una traición al campo europeo.

La actitud de Bruselas no es ingenua. Responde a un proyecto ideológico más amplio que busca desmantelar el sector primario europeo, eliminando los pequeños y medianos productores para reemplazarlos por macrointereses transnacionales. Lo hace con tratados como este, que privilegian a productos de países terceros sin exigirles los mismos estándares.

Francia, Italia y Polonia plantan cara al acuerdo

Frente a esta amenaza, Francia, Italia y Polonia han mostrado firmeza. París ha declarado, de forma rotunda, que el acuerdo con Mercosur es inaceptable.

Italia, por su parte, exige «medidas de acompañamiento para la agricultura europea» y garantías de que los productos importados cumplan con los estándares fitosanitarios, ambientales y laborales que rigen en la Unión. Esta exigencia es de sentido común, pero en Bruselas parece ignorarse.

A una pregunta sobre si el nuevo texto incluiría protocolos adicionales de control, el portavoz comunitario respondió: «En estos momentos no estoy al corriente de (que exista) ningún protocolo adicional».

Polonia también rechaza el acuerdo, consciente de que supondría el hundimiento de miles de explotaciones familiares y el desmantelamiento progresivo del tejido rural.

Agricultura europea: competencia desleal impuesta desde dentro

El acuerdo con Mercosur consagra una competencia desleal. Mientras los agricultores europeos deben cumplir con normas cada vez más restrictivas impuestas desde Bruselas, los productos que ingresarán desde América del Sur no estarán sujetos a las mismas exigencias. Ni en fitosanitarios, ni en sostenibilidad ambiental, ni en condiciones laborales.

Se permitirán importaciones masivas de carne, cereales, frutas y otros productos sin garantías reales, en un contexto de absoluta desigualdad normativa. Esto no solo distorsiona el mercado interno, sino que convierte a los productores europeos en víctimas de una política suicida. No es libre comercio: es traición institucional.

Tal y como han denunciado diversas organizaciones agrarias europeas, este acuerdo supone la rendición del campo a los intereses globales, destruyendo el modelo agrícola tradicional, que ha sustentado durante siglos la identidad cultural, social y económica del continente.

El verdadero objetivo: desmantelar el sector primario europeo

El acuerdo con Mercosur es parte de una agenda mayor que busca vaciar de contenido el modelo europeo de producción alimentaria. Forma parte del proyecto globalista representado por la Agenda 2030, que impone restricciones internas pero permite importar sin límites desde países que no cumplen ninguna norma.

La Unión Europea se ha convertido en el brazo ejecutor de esa agenda. En lugar de proteger la soberanía alimentaria, promueve tratados que favorecen a grandes multinacionales y a regímenes extranjeros, perjudicando a los trabajadores del campo.

Lo que está en juego no es solo economía. Es cultura, libertad y soberanía. Destruir el campo es destruir las raíces de Europa. Convertirnos en dependientes alimentarios de otros bloques es una decisión estratégica irresponsable que compromete nuestro futuro.

El Parlamento Europeo aún tiene la posibilidad de frenar el acuerdo con Mercosur. Aunque no podrá enmendarlo, sí puede rechazarlo. Y es deber de los ciudadanos exigirlo. Este tratado no beneficia a Europa. La somete. Y si no se detiene ahora, abrirá la puerta a nuevas imposiciones similares.

El acuerdo con Mercosur debe ser rechazado sin matices. No cabe reformarlo, no cabe maquillarlo.

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