Sánchez, vasallo de Mohamed VI: ayudas récord de España a Marruecos en 2025

Sánchez vasallo de Mohamed VI

Sánchez vasallo de Mohamed VI define con precisión la política exterior del Gobierno en 2025. España multiplica ayudas, créditos y concesiones a Marruecos mientras abandona prioridades nacionales.

Una relación “estratégica” que solo beneficia a Marruecos

Durante 2025, el Gobierno de Pedro Sánchez intensificó la cooperación y ayuda a Marruecos. El gobierno de Sánchez presenta esta relación como estratégica, pero los hechos muestran un desequilibrio evidente.

La XIII Reunión de Alto Nivel, celebrada en diciembre en Madrid, marcó un punto de inflexión. España firmó catorce acuerdos en educación, agricultura, transporte y digitalización. También selló compromisos en empleo, migración y administración pública.

El Gobierno vendió estos pactos como beneficiosos para ambos países. Sin embargo, los analistas y expertos detectan que los resultados materiales favorecen casi en exclusiva a Marruecos. Como siempre Sánchez ha mentido a los españoles y la realidad es que se ha comportado como un vasallo de Mohamed VI, una percepción compartida por amplios sectores sociales.

Las infraestructuras, los programas y la proyección internacional recaen en el país vecino. España asume los costes políticos y financieros sin recibir retornos de ningún tipo.

El Sáhara Occidental y el giro histórico de Sánchez

El respaldo explícito y unilateral de Sánchez a la posición marroquí sobre el Sáhara Occidental provocó una fuerte polémica. Sánchez ejecutó este giro sin consenso parlamentario y sin consultar a la sociedad española.

Esta decisión contradice resoluciones internacionales vigentes. Además, debilita el derecho de autodeterminación pendiente del pueblo saharaui. El Gobierno sacrificó una posición histórica de equilibrio para satisfacer a Rabat. Sumisión total.

Este movimiento refuerza la idea de Sánchez de ser un vasallo de Mohamed VI, ya que España renunció a su papel diplomático tradicional. Marruecos ganó respaldo político. España perdió credibilidad internacional.

Millones en créditos y ayudas públicas

En el plano económico, el Ejecutivo de Sánchez comprometió cientos de millones de euros en proyectos estratégicos marroquíes. Destaca un préstamo superior a 750 millones para la compra de trenes, financiado con fondos públicos españoles.

El Gobierno afirma que estas operaciones benefician a empresas españolas. Sin embargo, el riesgo financiero recae sobre los contribuyentes. Las infraestructuras permanecen en Marruecos y refuerzan su capacidad tecnológica.

A estas cifras se suman subvenciones y programas de cooperación que convierten a Marruecos en país prioritario. Decenas de millones fluyen hacia proyectos sociales y económicos marroquíes.

España también financia equipamiento de seguridad y control migratorio. Incluye programas de retorno de migrantes desde Marruecos a terceros países. Todo ello consolida la dependencia española de la buena voluntad del régimen de Mohamed VI.

España paga, Marruecos gana

Mientras el Gobierno de Sánchez destina recursos al exterior, España afronta problemas graves. La sanidad acumula listas de espera récord. La vivienda resulta inaccesible para miles de familias. El paro se incrementa. Los salarios pierden poder adquisitivo. Las pensiones sufren tensión constante. Los servicios públicos se deterioran en zonas rurales y barrios periféricos. Este contraste alimenta una indignación creciente. Los españoles no entienden cómo es posible que ante tantos problemas sin resolver acá, «regale» cientos de millones a Marruecos.

Muchos ciudadanos repiten una frase que resume el malestar: “Hay dinero para Marruecos, pero no para los españoles”. Sánchez vasallo de Mohamed VI deja de ser un eslogan para convertirse en una denuncia política.

Una política exterior que debilita la soberanía

La política de Sánchez prioriza el vasallaje y sumisión a Marruecos. El Gobierno acepta cesiones políticas y compromisos financieros que erosionan la soberanía nacional. España actúa como socio subordinado. Marruecos refuerza su posición regional e internacional. Esta relación asimétrica genera dependencia y debilita la capacidad negociadora española.

Un Gobierno comprometido con la unidad y la dignidad nacional no puede asumir este papel. La cooperación internacional exige reciprocidad y respeto mutuo, no sumisión.

En 2025, Marruecos se fortalece mientras los españoles pagan la factura. Gracias al vasallo de Sánchez.

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