Una CIA europea de Von der Leyen aparece ahora como un paso más hacia un poder centralizado en Bruselas y el control de los ciudadanos. La Comisión anuncia una nueva unidad de Inteligencia que pretende coordinar información estratégica sin una causa concreta que lo justifique.
Un anuncio sorprendente en plena incertidumbre
Bruselas acaba de anunciar la creación de la CIA europea de Von der Leyen, una unidad de Inteligencia propia que funcionará dentro de la Secretaría General de la Comisión Europea. La propuesta nace con la excusa de un “entorno geopolítico cambiante”, según explicó el portavoz Balazs Ujvari.
El proyecto pretende reclutar un equipo reducido de agentes procedentes de los servicios secretos de los estados miembro. La Comisión asegura que coordinará información sin duplicar funciones existentes. Sin embargo, la iniciativa despierta dudas dentro del mundo diplomático. Muchos diplomáticos muestran escepticismo porque el anuncio no responde a una amenaza específica ni a un incidente concreto.
La idea provoca inquietud porque Europa ya posee organismos dedicados a la cooperación en seguridad. La creación de esta estructura genera la impresión de que Bruselas quiere dar un salto hacia el control centralizado de la Inteligencia europea.
Una agencia bajo control directo de Von der Leyen
La portavoz Paula Pinho afirmó que la nueva unidad “complementará los servicios del Servicio Europeo de Acción Exterior” y que tendrá “un papel clave” en el Colegio de Seguridad, compuesto por los 26 comisarios. Esa afirmación refuerza la percepción de que la CIA europea de Von der Leyen actuará como un centro rector,eliminando la soberanía de las agencias nacionales. Es otro paso más en la creación del estado supranacional en detrimento de las naciones.
Esa centralización crea tensión entre las capitales europeas. Algunos países, como Francia, poseen potentes servicios secretos. Otros alertan de posibles duplicidades, pero, sobre todo, la usurpación de la soberanía nacional.
La realidad se impone: esta estructura refuerza a la presidenta de la Comisión Europea. Muchos ven este proyecto como un movimiento que amplía el poder político de Von der Leyen y reduce el margen de los estados miembro.
La CIA europea de Von der Leyen se convierte así en un instrumento que otorga a la Comisión herramientas inéditas en la historia reciente de la Unión. Un organismo que gestionará flujos de información clave abre un debate profundo sobre soberanía, libertad y responsabilidad institucional.
Un avance en la concentración de poder en Bruselas
Este proyecto llega en un momento en el que crece la preocupación por la deriva centralizadora de la Unión Europea. El ciudadano europeo observa cómo Bruselas amplía su radio de acción sin ninguna justificación. En este contexto, la CIA europea de Von der Leyen simboliza un avance hacia un modelo que otorga más peso al aparato burocrático globalista y reduce la libertad de actuación de los estados.
España sufre ya los efectos de decisiones europeas que condicionan políticas nacionales. La creación de una célula de Inteligencia controlada desde Bruselas añade un nuevo nivel de intervención. Esta estructura puede influir de forma directa en áreas tan sensibles como seguridad, infraestructuras críticas o estrategia exterior.
La excusa de la “lucha contra amenazas híbridas” aparece cada vez que Bruselas busca justificar una nueva ampliación de competencias. La CIA europea de Von der Leyen se convierte así en un símbolo de la batalla política entre los defensores de la autonomía nacional y quienes apuestan por una Europa altamente centralizada.
España ante un modelo que reduce soberanía
España afronta este proyecto desde una posición delicada. Un gobierno alineado con agendas globalistas y supranacionales tiende a entregar competencias sin resistencia. España necesita instituciones que protejan la libertad, la identidad nacional y la seguridad. La CIA europea de Von der Leyen amenaza con desplazar decisiones estratégicas fuera de España.
Europa no debe caminar hacia un modelo donde una élite burocrática gestione información sensible sin mecanismos claros de control democrático. La seguridad nacional exige cooperación, pero exige también defensa de la soberanía. El equilibrio resulta fundamental para proteger a los ciudadanos y garantizar un futuro libre.
La CIA europea de Von der Leyen refuerza el poder de la Comisión Europea y avanza hacia una Europa menos soberana y más controlada desde una estructura centralizada.




