Tal como señala El Cierre Digital, Sánchez-Maroto es conocida por su íntima amiga de José Miguel Contreras, directivo de Prisa y principal asesor mediático de Pedro Sánchez. Por su parte, Ariztimuño ya trabajó a las órdenes del nuevo presidente de RTVE, José Pablo López, tanto en Telemadrid como en Trece TV.
Concursos «teledirigidos» y escándalos internos
La llegada de estos dos periodistas sanchistas no ha sido una sorpresa. En 2022, fuentes sindicales denunciaron que los concursos para los puestos de dirección en el área de Magazines y en la subdirección de Informativos de RTVE estaban «teledirigidos» para favorecer a Maribel Sánchez-Maroto y Jon Ariztimuño, quienes finalmente se hicieron con los cargos. «Fue un escándalo», denunciaron desde CCOO.
Los escándalos no terminan aquí. El expresidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, también fue acusado de nepotismo al contratar a personas de su entorno, como Mireia Pi, quien pasó de ser la apoderada de su empresa familiar a subdirectora de Proyectos y Desarrollo de RTVE. Otro caso fue el de Lluís Pastor, colocado como subdirector de Estudios y Transferencia del Conocimiento tras haber compartido universidad con Tornero.
La reforma de RTVE: un golpe institucional
El Gobierno de Pedro Sánchez ha modificado la ley de RTVE para reducir la mayoría necesaria en la elección de consejeros, pasando de los 3/5 iniciales a una simple mayoría en el Congreso. Esta reforma, que favorece la presencia de los socios parlamentarios del PSOE (Sumar, Podemos, ERC, EH Bildu y PNV), ha sido duramente criticada por la oposición. «Es un golpe institucional», denuncian desde el PP, ya que deja fuera del Consejo a Vox y margina al partido más votado en las últimas elecciones.
El ministro de Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, justificó la medida asegurando que «se trata del consejo de administración más plural de la historia de RTVE». Sin embargo, detrás de esa «pluralidad» se esconde la estrategia del PSOE para consolidar su control sobre la radiotelevisión pública.
Sánchez y la compra de medios privados
La toma de RTVE no es el único mecanismo de control mediático del Gobierno. El Ejecutivo ha disparado el gasto en publicidad institucional, alcanzando los 138 millones de euros, un 142% más que en la época de Mariano Rajoy. La falta de transparencia sobre el reparto de estos fondos ha despertado sospechas sobre la compra de voluntades en los medios privados.
Este uso discrecional de los recursos públicos para influir en la prensa, sumado al asalto institucional de RTVE, demuestra el afán de Pedro Sánchez por controlar el discurso informativo en España. «Estamos ante una amenaza directa a la libertad de prensa y al pluralismo informativo», alertan desde sectores críticos con el Ejecutivo.
El cerco sobre los medios se estrecha, y cada vez son más las voces que denuncian la deriva autoritaria del Gobierno. El control de la televisión pública y la presión económica sobre la privada con subvenciones son las dos caras de una estrategia de Sánchez para controlar totalmente los medios de comunicación.