El documental “Un estudio inconveniente” ha reabierto un debate que la industria farmacéutica intenta silenciar. Su tesis es directa: la salud de los no vacunados es mejor que la de los vacunados. Una afirmación respaldada por datos que nunca debieron ver la luz.
El trabajo muestra las evidencias que las grandes corporaciones farmacéuticas han ocultado durante años. Su contenido resulta incómodo para quienes construyeron un sistema sanitario dependiente de las vacunas, las subvenciones públicas y la manipulación mediática. Por eso “Un estudio inconveniente” se ha convertido en un documental temido, perseguido y censurado.
Un estudio científico silenciado
En 2016, el periodista Del Bigtree propuso a Marcus Zervos, jefe de la División de Enfermedades Infecciosas en Henry Ford Health y profesor de Medicina en la Wayne State University (EE. UU.), realizar un estudio comparativo entre vacunados y no vacunados. El acuerdo era transparente: los resultados se publicarían fueran cuales fueran.
Zervos aceptó, pero nunca cumplió. El estudio quedó oculto. Años después, una grabación con cámara oculta reveló la verdad: el propio Zervos admitía la validez del estudio, pero confesaba su miedo a hacerlo público. No soportaba las presiones políticas, económicas y académicas que implicaría publicar resultados contrarios al dogma oficial.
La revelación confirma lo que muchos sospechaban: la industria farmacéutica impone silencio a quienes cuestionan su negocio. Los laboratorios temen más a los datos independientes que a cualquier virus.
Debate en el Senado de Estados Unidos
El senador Ron Johnson presentó el estudio ante el Senado de los Estados Unidos, donde se debatió el contenido de “Un estudio inconveniente”. Durante la sesión, varios expertos denunciaron la censura sistemática sobre los informes que ponen en duda la seguridad o la eficacia de determinados tratamientos.
El propio Johnson subrayó que “la ciencia debe servir a la verdad, no al poder”. Su intervención encendió el debate internacional sobre la transparencia médica y la manipulación científica al servicio de intereses económicos.
El documental “Un estudio inconveniente” demuestra que el discurso oficial sobre las vacunas no admite discrepancia. Cualquiera que se atreva a cuestionarlo es marginado, censurado o desacreditado públicamente.
La verdad frente al poder
Más allá del debate sanitario, “Un estudio inconveniente” expone un problema moral y político: la subordinación de la ciencia a la ideología y a los intereses económicos. Las farmacéuticas, aliadas con gobiernos y medios, han transformado la salud pública en un negocio global, donde la verdad se decide en despachos y no en laboratorios.
El documental invita a reflexionar sobre la libertad de investigación, la responsabilidad de los medios y la necesidad de recuperar el pensamiento crítico. La sociedad merece conocer los datos reales, no solo los aprobados por los intereses de la industria.
La verdad no se vacuna
“Un estudio inconveniente” nos recuerda que la verdad siempre incomoda a los poderosos. Mientras algunos ocultan evidencias, otros se atreven a mostrarlas. El valor de este documental radica en su compromiso con la libertad de información y la transparencia científica.
Frente al miedo y la censura, solo queda una respuesta digna: defender el derecho de todos a saber.
Puedes ver el documental. ¡Gracias al canal de Afectados por las Vacunas por difundirlo y al canal de Vida y Consciencia por subtitularlo!