Tras la victoria de Trump: 8 claves para entender lo que va a pasar | Gonzalo Torres

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8 claves para entender el impacto de un segundo mandato de Trump en la política exterior, social y económica de Estados Unidos

Regreso triunfal de Donald Trump a la Casa Blanca. El candidato republicano arrasa y arrolla a la vicepresidenta de EEUU y candidata, Kamala Harris,  en las elecciones presidenciales, celebradas este martes 5 de noviembre, tras una campaña desastrosa de Harris llena de errores estratégicos y que señalamos en Adelante España

Una amplísima victoria que conllevará un mensaje claro sobre el rumbo que tomará Estados Unidos. Con Trump nuevamente en la Casa Blanca, se anticipan cambios profundos en la política exterior, así como en la política social y económica. Y como además, han logrado la mayoría en el Senado y, parece ser, retenida la mayoría en el Congreso, supondrá que puede gobernar más cómodamente sin grandes contratiempos.

Desde su llegada a la política, Trump ha adoptado un enfoque nacional y pragmático. Un regreso a la Casa Blanca redefinirá la postura de EE. UU. en conflictos globales, como la guerra en Ucrania y el conflicto entre Israel e Irán, además de implementar reformas en la política nacional, social y económica. A continuación, se exploran algunos de los cambios más probables en estas áreas que tendrá la victoria de Trump

Política Exterior: Cambios potenciales en conflictos claves

Se terminará la guerra entre Rusia y Ucrania. La victoria de Trump marcará un giro drástico en la postura de Estados Unidos hacia el conflicto en Ucrania y, por ende, en el desenlace de dicho conflicto. Trump ha dejado claro que  “Terminaría la guerra en 24 horas” mediante una serie de negociaciones rápidas y drásticas. Bajo su administración, – hay que recordar que Trump ha sido el único presidente de EEUU que no ha llevado a su país a ninguna guerra- reduciría significativamente el apoyo militar y financiero a Ucrania, alterando las prioridades de Estados Unidos en el Este de Europa, en un intento por terminar con este conflicto que tantas vidas ha costado y que tanto ha beneficiado a las élites globalistas y a la industria armamentística de EE. UU. Con la determinación de Trump y teniendo en cuenta que Ucrania está muy desgastada y a punto del colapso y que Rusia ha «conseguido» algunos de los resultados militares que esperaba, se llegará a un acuerdo de paz.

Este cambio de Trump tendrá, además, implicaciones profundas para la OTAN – el brazo armado de EEUU y el Reino Unido-. Además, un enfoque menos comprometido podría profundizar las divisiones dentro de la alianza al tener que aportar más dinero. Al mismo tiempo, líderes nacionalistas en Europa podrían encontrar en Trump un aliado, favoreciendo una política exterior más inclinada hacia la soberanía nacional y en contra de las políticas globalistas que busca un Nuevo Orden Mundial.

Conflicto Israel-Irán. La relación de Trump con Israel ha sido una de las más estrechas en la historia de EE. UU., y es probable que su regreso al poder refuerce su postura pro-Israel. Durante su primer mandato, Trump abandonó el acuerdo nuclear con Irán (JCPOA). En esta ocasión, su política podría centrarse aún más en la presión sobre Irán. Este conflicto se cerrará también, aunque no de manera definitiva. Israel ha conseguido sus objetivos militares e Irán ha perdido sus brazos ejecutores como Hamás y Hezbolá.

De igual manera, bajo la administración Trump, el Acuerdo de Abraham entre Israel y países árabes del Golfo podría fortalecerse, alineando a estos países en una coalición anti-Irán. Un entorno de mayor confrontación en la región impactaría el equilibrio de poder, afectando las dinámicas de comercio y seguridad energética global.

Relaciones con Europa y la OTAN. Trump ha sido un crítico de la OTAN, exigiendo desde el primer momento que los países europeos aumenten sus aportaciones a la organización. Con Estados Unidos aportando más de dos terceras partes del presupuesto de la organización, el equivalente al 3,5% de su PIB en 2023-, no es sorprendente que Trump, en un segundo mandato, insista nuevamente en reducir la participación estadounidense, reclamando más responsabilidad a los aliados europeos. En un segundo mandato, es probable que renueve su demanda de que los países europeos aumenten sus aportaciones a la defensa, bajo amenaza de reducir la presencia militar estadounidense en el continente.

Este enfoque podría llevar a una reconfiguración de la relación transatlántica, ya que países europeos serían forzados a aumentar su inversión en defensa o enfrentar la posibilidad de una mayor autonomía en su seguridad. A nivel comercial, Trump podría considerar la imposición de tarifas y sanciones para proteger sectores industriales clave, complicando aún más las relaciones con la Unión Europea.

Apoyo a los temas sociales de la familia y la vida, y en contra de la agenda 2030

Rechazo a la Agenda 2030. Un segundo mandato de Donald Trump afectará negativamente el avance de los objetivos de la Agenda 2030 del globalismo de la ONU. Durante su primer mandato, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París y recortó los fondos destinados a la ONU y otros organismos internacionales. En este segundo mandato, Trump continuará priorizando políticas antiglobalistas y favoreciendo el crecimiento nacional por encima de los intereses globalistas, como los de la Agenda 2030. Esto podría implicar recortes adicionales en la financiación de programas internacionales sobre cambio climático y sostenibilidad, como el Acuerdo de París, al que Trump retiró a EE. UU. en 2017. Esta postura desafía las estrategias globalistas del cambio climático, generando un efecto dominó que impactaría a otros países. Supondrá un gran golpe al globalismo que tendrá que retrasar unos años sus objetivos.

Lucha contra la agenda woke. Un área crucial donde Trump buscará consolidar su legado es en la lucha contra la agenda woke. Con la oportunidad de nombrar jueces conservadores adicionales, sus nombramientos podrían influir profundamente en temas como la familia y la defensa de la vida, además de una postura en contra de las ideologías de género y las políticas izquierdistas que son parte de una agenda globalista que amenaza las bases de la sociedad. La lucha contra la «cultura de la cancelación», las ideologías de género y el lobby trans se intensificará, marcando una era de resistencia conservadora ante el avance de la agenda progresista.

Con la victoria de Trump demostrará al mundo que no solo se puede resistir con una postura defensiva al Nuevo Orden Mundial (NOM) y al mundo WOKE sino que se le puede ganar. La victoria de Trump supone un retroceso en la cristofobia, la ideología de género, religión climática, la censura creciente y represora en un Estado de libertad vigilada. La vida, la familia y la libertad encontrarán en Trump un aliado.

Otro de los dogmas del NOM perdedores será la implantación de la religión climática, esto es, utilizar las variaciones periódicas del clima para someter al ser humano, porque para los globalistas calentólogos el hombre es el culpable de dicho cambio y tiene que pagar por ello.

Inmigración masiva ilegal. Por último, en este capítulo social, la inmigración masiva ilegal que fue uno de los pilares de la campaña de Trump en 2016 y sigue siendo un tema crucial en ésta de 2024. Es probable que un segundo mandato incluya una intensificación en el control fronterizo y luchando contra las mafias de inmigración.. Además, Trump podría buscar restringir los visados y endurecer las políticas migratorias en general, argumentando que estas medidas protegerán los empleos para los estadounidenses.

 Cambios en política nacional y economía

Estímulos Fiscales y Reformas Económicas. Trump ha sido un defensor de los recortes fiscales y la desregulación como motores del crecimiento económico. Es probable que en un segundo mandato implemente nuevas reducciones de impuestos, especialmente para las empresas, con el objetivo de incentivar la inversión y el empleo. Además, Trump impulsará la industria energética local, eliminando las regulaciones que, según su administración, obstaculizan la producción de petróleo y gas. Esto no solo aseguraría una menor dependencia energética de Estados Unidos respecto a otros países, sino que también podría llevar a una reducción en el precio de los combustibles, beneficiando al consumidor estadounidense.

Comercio y Tecnología. Trump ha sido un firme defensor de la industria nacional y ha promovido una política de protección comercial frente a potencias como China. En un segundo mandato, es probable que intensifique las restricciones comerciales a empresas chinas, con un enfoque en sectores como la tecnología y la ciberseguridad. Esto incluye no solo limitaciones a la importación de productos tecnológicos, sino también incentivos para que las empresas estadounidenses mantengan sus operaciones dentro del país, reduciendo la dependencia de la producción extranjera

En conclusión, la victoria de Trump en 2024 abrirá una nueva etapa de políticas nacionales e internacionales orientadas hacia el bien nacional y la autosuficiencia. El regreso de Trump marcará una ruptura con las políticas globalistas, generando una transformación que impactará no solo a Estados Unidos, sino también al resto del mundo. Las élites globalistas han fracasado con Kamala Harris y tendrán que esperar.

Gonzalo Torres | Analista político. Escritor

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