Sumisión y vasallaje: Sánchez cederá a Marruecos el espacio aéreo sobre el Sáhara como ofrenda a Mohamed VI en su próxima visita

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España gestiona el tráfico del Sahara, pero Marruecos lleva años intentando hacerse con el control

Mohamed VI exige contrapartidas a Moncloa si quiere que le reciba en su residencia en el viaje oficial que ya se prepara

El Gobierno de Pedro Sánchez intenta cerrar cuanto antes un viaje oficial del presidente a Marruecos. Pero quisiera que fuera  con recepción oficial de su dueño y señor Mohamed VI. Recuerden que la anterior vez el rey marroquí se ausentó de la Reunión de Alto Nivel del pasado febrero dejando a Pedro Sánchez solo y cubrió su ausencia en la bienvenida a Sánchez con un retrato suyo.

Pero Rabat, para concederle el deseo a Sánchez, exige contrapartidas. Y no cualquier cosa: una de las ofrendas de sumisión y vasallaje que Sánchez llevará ante Mohamed VI es la entrega del control sobre el espacio aéreo del Sáhara, que ahora gestiona España por mandato de la ONU.

Para ultimar los flecos de este nuevo acto de entreguismo, José Manuel Albares hizo un viaje exprés a Rabat para reunirse con su homólogo marroquí. Se produjo el pasado 13 de diciembre. Sobre la mesa estuvo, por la parte española, el cierre de esa visita oficial. Y por la parte marroquí, conocer las contrapartidas con las que Sánchez iba a volver a Rabat.

Entrega del control del cielo del Sahara

La principal de esas ofrendas de vasallaje que exige Mohamed VI para darle el encuentro que le negó en febrero tiene que ver con el Sáhara. Con el control de sus cielos, gestionados por el Ministerio de Transportes de España y una ambición mayor del régimen alauita.

Ahora, Sánchez ya ha decidido entregar unilateralmente esa competencia  si eso le abre a Sánchez las puertas de Dar al-Majzén, el lujoso palacio real de Marruecos donde reside Mohamed VI y que éste le reciba.

No se trata de un asunto menor: el antiguo Sáhara español es parte de una ruta recurrente para las aerolíneas que cubren trayectos entre Europa y Sudamérica. Es, además de un valor geoestratégico, un volumen de vuelos anual ingente que, tras la próxima visita de Sánchez a Rabat, pasará a manos marroquíes.

El cielo del Sáhara

Hasta ahora, y desde hace décadas, España controla esa franja desde el centro de control aéreo de Canarias. Y cobra por cada vuelo que transita por esa zona y requiere de los servicios de los controladores aéreos. Así lo estipula la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional), la agencia de la ONU que se ocupa de estas cuestiones.

Con la cesión del espacio aéreo, Marruecos se hará con el control no sólo del suelo del Sáhara, sino también con su cielo. Sólo le faltaría el más complicado: el litigio sobre las aguas territoriales y sus límites con Canarias. Una lucha estratégica por el control de los yacimientos de hidrocarburos que hay en esa zona de la costa africana. Controlar tierra y aire sería un argumento más para reforzar la posición marroquí sobre la propiedad de esas millas náuticas en disputa.

Un nuevo de entrega, sumisión y vasallaje de Sánchez ante su dueño y señor Mohamed VI. Lo disfrazarán de cualquier cosa, pero la hoja de ruta es clara: la entrega del Sahara, Ceuta, Melilla y Canarias a Marruecos. Otra traición más de Sánchez.

(Con información de OK Diario)

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