La Inteligencia Artificial ha sido un tema de mi interés y curiosidad y he querido documentarme apropiadamente. Para ello he realizado y aprobado en C1B3RWALL ACADEMY un curso de “Fundamentos de la Inteligencia Artificial” y otro en CISCO Networking Academy «Fundamentos de la Ciencia de Datos» y que a pesar de todo y dada su complejidad no me convierte en un experto en el tema.
Con la reciente aparición de ChatGPT, la Inteligencia Artificial se ha convertido en un tema de rabiosa actualidad. En una sociedad como la nuestra en que muchas veces por ignorancia de la historia tiene notorias tendencias al adanismo, parece que hayamos descubierto la “sopa de ajo”. Por otro lado, «sesudos» tertulianos nos hablan del tema con un discutible conocimiento y con discursos a veces triunfalistas, a veces catastrofistas, según la línea editorial del medio que les financia.
A finales de los 80-principios de los 90 en un máster en Microinformática realizado en el Instituto de Nuevas Tecnología de la Información (INTI) dependiente del Instituto Microsoft, ya se hablaba de “Redes Neuronales” y de “Sistemas Expertos”. Complejos sistemas informáticos que combinaban una programación algorítmica con una programación «simbólica» y que eran capaces de «aprender» y tomar decisiones, pero los fundamentos de la inteligencia artificial son anteriores. Al hablar de computación y de Inteligencia Artificial es necesario glosar y remarcar la figura de Allan Turing.
¿Quién fue Alan Turing?
Alan Turing fue un matemático, lógico y científico de la computación británico que nació el 23 de junio de 1912 en Londres, Inglaterra. Es considerado uno de los 
pioneros en el campo de la computación y la inteligencia artificial. Turing realizó importantes contribuciones a diversos campos de la ciencia, pero es más conocido por su trabajo en descifrar códigos durante la Segunda Guerra Mundial y por su influencia en el desarrollo de las primeras computadoras electrónicas.
Contribuciones a la Segunda Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial, Alan Turing desempeñó un papel fundamental en la lucha contra las fuerzas del Eje, particularmente en el contexto de la batalla del Atlántico. Fue reclutado por el Gobierno Británico para trabajar en Bletchley Park, una instalación altamente secreta dedicada al descifrado de códigos enemigos.
Turing lideró un equipo que trabajó en descifrar los códigos encriptados por la máquina de cifrado alemana Enigma. Su genialidad y enfoque en la creación de una «máquina universal» para descifrar los códigos llevaron al desarrollo de la famosa «Bomba» de Turing. La Bomba fue una máquina electromecánica que logró descifrar los códigos de Enigma de manera mucho más rápida y efectiva que los métodos anteriores. Se estima que las contribuciones de Turing y su equipo en Bletchley Park acortaron la duración de la guerra y salvaron millones de vidas.
Persecución y Trágico Final
A pesar de sus notables contribuciones a la victoria en la guerra y al campo de la computación, la vida de Alan Turing tuvo un trágico final. En 1952, fue arrestado y procesado por «indecencia grave» debido a su relación homosexual, que en ese momento era ilegal en el Reino Unido. Turing fue condenado y sometido a una controvertida terapia hormonal para «curar» su homosexualidad. El 7 de junio de 1954, Alan Turing falleció a la edad de 41 años, envenenado por cianuro. La causa oficial de su muerte fue dictaminada como suicidio, aunque ha habido controversia en torno a esta conclusión.
El 10 de septiembre de 2009, el primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, emitió un comunicado declarando sus disculpas en nombre de su gobierno por el trato que recibió Alan Turing durante sus últimos años de vida. Este comunicado fue consecuencia de una movilización pública solicitando al Gobierno que ofreciera disculpas oficialmente por la persecución contra él. Sin embargo, en 2012 el gobierno británico de David Cameron denegó el indulto al científico, aduciendo que la homosexualidad era considerada entonces un delito. Finalmente, el 24 de diciembre de 2013 recibió el indulto de todo tipo de culpa, por orden de la reina Isabel II.
Turing Test y la Inteligencia Artificial: Explorando la Intersección de la Mente Humana y las Máquinas
El Test de Turing: Un Vistazo Histórico
Alan Turing, considerado uno de los padres de la computación moderna, propuso el Test de Turing en su artículo titulado «Computing Machinery and Intelligence«. El objetivo principal de esta test era responder a la pregunta: «¿Pueden las máquinas pensar?». Turing argumentaba que la cuestión de si una 
máquina era capaz de pensar no tenía una respuesta clara, ya que era difícil definir con precisión qué es «pensar».
El Test de Turing se diseñó como una forma práctica para determinar si una máquina podía exhibir inteligencia indistinguible de la humana en una conversación escrita. En el test, un humano interactúa con dos participantes a través de una terminal de computadora: otro ser humano y una máquina. El objetivo del programa de la máquina es engañar al humano evaluador haciéndole creer que es también un ser humano. Si la máquina logra pasar desapercibida, se dice que ha pasado el Test de Turing.
Limitaciones del Test de Turing
Si bien el Test de Turing fue un hito significativo en el desarrollo de la IA, también ha sido objeto de críticas y debate. Una de las principales limitaciones del test es que no mide la «inteligencia» en su sentido completo. El test se enfoca en la habilidad de una máquina para imitar conversaciones humanas y engañar a un humano evaluador, pero no evalúa la capacidad de la máquina para aprender, razonar o resolver problemas complejos.
Además, el Test de Turing ha sido criticado por no abordar cuestiones filosóficas más profundas relacionadas con la conciencia y la verdadera comprensión de la inteligencia. Aunque una máquina pueda engañar a un evaluador humano, eso no garantiza que la máquina realmente comprenda lo que está haciendo o que tenga una verdadera experiencia consciente.
Aportes y Avances de la IA después de Turing
A pesar de las limitaciones del Test de Turing, ha proporcionado una base importante para el desarrollo de la IA y ha impulsado investigaciones en áreas como el procesamiento del lenguaje natural, la robótica, el aprendizaje automático y más. La comunidad científica ha trabajado para superar los desafíos planteados por el test, lo que ha llevado a avances significativos en la IA.
¿Qué es la Inteligencia Artificial?
Pero volvamos a tema de este artículo. La Inteligencia Artificial (IA) es una rama de la informática que se centra en el desarrollo de sistemas y programas que pueden realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana. Estos sistemas son capaces de aprender de la experiencia y adaptarse a nuevas situaciones, lo que los hace cada vez más sofisticados con el tiempo.
Existen varias técnicas y enfoques en el campo de la IA, pero algunos de los más prominentes incluyen:
Aprendizaje automático (Machine Learning): Es un enfoque que permite a las máquinas aprender patrones y realizar tareas sin ser programadas explícitamente. Se subdivide en aprendizaje supervisado, no supervisado y por refuerzo.
Redes neuronales artificiales: Están inspiradas en la estructura y función del cerebro humano. Estas redes se utilizan para tareas como el procesamiento del lenguaje natural, la visión por computadora y el reconocimiento de patrones.
Procesamiento del lenguaje natural (PLN): Es un campo que busca permitir a las máquinas comprender, interpretar y generar lenguaje humano de manera similar a cómo lo hacen los humanos.
Robótica e IA cognitiva: Se enfoca en desarrollar robots con la capacidad de interactuar y aprender de su entorno, tomando decisiones en base a la información que adquieren.
Visión por computadora: Permite a las máquinas interpretar y analizar imágenes y videos, siendo útil en aplicaciones como reconocimiento facial, vehículos autónomos y más.
La inteligencia artificial ha demostrado ser útil en diversas áreas, incluyendo atención médica, finanzas, transporte, industria manufacturera y entretenimiento. Sin embargo, también plantea desafíos éticos y sociales, como la privacidad de los datos, el impacto en el empleo y la transparencia de los algoritmos.
A medida que la tecnología avanza, es crucial considerar y abordar estos desafíos para garantizar que la inteligencia artificial beneficie a la sociedad en su conjunto de manera responsable y ética.
Desafíos éticos
Los desafíos éticos de la inteligencia artificial (IA) son cuestiones importantes y complejas que deben abordarse para garantizar que el desarrollo y la implementación de esta tecnología sea beneficiosa para la sociedad. Algunos de los principales desafíos éticos relacionados con la IA son:
Privacidad y protección de datos: La IA a menudo requiere grandes cantidades de datos para aprender y mejorar sus habilidades. La recopilación, el almacenamiento y el uso de datos personales plantean preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de la información de los usuarios.
Sesgos y discriminación: Los algoritmos de IA pueden heredar sesgos de los datos de entrenamiento y, en algunos casos, perpetuar prejuicios y discriminación. Esto puede tener consecuencias negativas en áreas como contratación, justicia penal y préstamos.
Transparencia y explicabilidad: En algunos casos, los sistemas de IA son cajas negras y sus decisiones pueden ser difíciles de entender para los seres humanos. La falta de explicabilidad puede generar desconfianza y hacer que los usuarios se sientan incómodos con la tecnología.
Responsabilidad y toma de decisiones: Cuando las máquinas toman decisiones que afectan a las personas, surge la cuestión de quién es responsable en caso de resultados adversos. La asignación de responsabilidad y la rendición de cuentas pueden ser complicadas en un contexto de sistemas autónomos.
Impacto en el empleo: La automatización impulsada por la IA tiene el potencial de afectar el empleo y cambiar la naturaleza del trabajo en diversas industrias. Es necesario abordar cómo se gestionará esta transición y cómo se capacitará a los trabajadores para enfrentar los desafíos futuros.
Seguridad y mal uso: La IA también puede ser utilizada con fines maliciosos, como la creación de noticias falsas y la manipulación de opiniones públicas. La seguridad cibernética es un área crítica para garantizar que la IA se utilice de manera responsable y protegerla contra posibles ataques.
Relaciones humanas y sociales: La creciente interacción entre humanos y sistemas de IA puede afectar las relaciones sociales y la comprensión entre las personas.
Autonomía y control: La creación de sistemas de IA autónomos plantea preguntas sobre quién tiene el control y cuál es el nivel de autonomía adecuado para estas tecnologías.
Para abordar estos desafíos éticos, es crucial involucrar a expertos en ética, legisladores, desarrolladores de IA y a la sociedad en general en discusiones y decisiones sobre la aplicación y regulación de la inteligencia artificial. La colaboración y el desarrollo de marcos regulatorios sólidos pueden ayudar a garantizar que la IA se utilice de manera responsable y beneficie a la humanidad en su conjunto.
En el mundo actual, la Inteligencia Artificial (IA) ha avanzado rápidamente, permeando diferentes aspectos de nuestras vidas y transformando la manera en que interactuamos con la tecnología. Como se ha dicho en el artículo, uno de los hitos más relevantes en el desarrollo de la IA es el Test de Turing, propuesto por el matemático y científico británico Alan Turing en 1950. Este test ha sido un punto de referencia importante en el campo de la inteligencia artificial y ha estimulado debates sobre la capacidad de las máquinas para exhibir inteligencia y comportamiento similar al humano. Esperemos que esta poderosa herramienta sea usada para el bien. Gracias por leerme.
 Albert Mesa Rey es de formación Diplomado en Enfermería y Diplomado Executive por C1b3rwall Academy 2022. Soldado Enfermero de 1ª (rvh) y Clinical Research Associate (jubilado). Escritor y divulgador. Actualmente director del diario digital «Benemérita al día» del Círculo Ahumada – Amigos de la Guardia Civil . |
