Esta semana hemos entrado en una auténtica locura de declaraciones, acciones y, para ser claros, trapicheos descarados que demuestran la falta total y absoluta de empatía de nuestros pollitos hacia todo lo que les rodea. Han llegado a tal punto de ceguera y enajenación que la frase de la semana es, “¿Por qué nos odian tanto?”, que preguntaba desconsolado Patxi, según Jiménez Losantos, de apodo: “nadie”.
Creo que, en esa vida en otra dimensión de quienes detentan el poder, una dimensión casi de extraterrestres, en la cual un tipo como él, que se siente odiado, la verdad es que tiene motivos más que sobrados para que el pueblo, los ciudadanos no solo no le tengan ningún aprecio, sino que quizás estén cerca, no solo lo que él proclama, sino de mucho más allá.
Creo que el verdadero problema es la falta de lo que antes conocíamos por un acto de contrición, es decir, el arrepentimiento de una culpa cometida; pues creo que debiéramos empujar a nuestros políticos, no solo a este indocumentado, sino al conjunto de los que solo se acuerdan de nosotros para pedirnos el voto, y una vez metido, nada de lo prometido, como corresponde a este personal, cuyo único interés se centra en sus dádivas recibidas, por llamar finamente a llevárselo crudo.
Y bien, como parece ser que Patxi anda algo mal de memoria, le vamos a recordar cuatro cosillas, que sería interesante que le hicieran pensar en ese acto de contrición del que hablábamos antes: para empezar, recordarle alguna frase que alguien pronunció tras un entierro en Vascongadas, tras, precisamente el asesinato de un compañero político, frase que, en resumen, avanzaba ya que sucederían cosas que nos helarían la sangre. ¿Quizás veía entrever el futuro, o este estaba perfectamente planificado? Solo con su buen hacer en su tierra natal, ya tiene para meterse en un saco de arpillera y derramar ceniza sobre su cabeza, como dice en la Biblia, porque a este señor se le han olvidado los mil muertos del terrorismo, mientras sus compañeros hablan con separatistas, bilduetarras y demás enemigos de España. O ¿eso del acto de contrición va por su último ejecutor, el señor Cerdán?
Quizás ese alejamiento de la plebe le haya hecho olvidar “el estado del bienestar” logrado en España, y no precisamente como nos dijo esta semana Felipe González. Parece ser que los Socialistas crearon el Sistema Nacional de Salud de la nada, y debemos agradecérselo. No, Patxi. El Instituto Nacional de Previsión, padre de la Seguridad Social: Insalud, Inserso, y demás instituciones surgen a final de los años cuarenta. De hecho, Franco muere en 1975 en el primer gran hospital de ese Instituto Nacional de la Salud, en el que yo ingresé cuando Felipe todavía estaba en la Oposición. Él lo desmembró y lo adaptó al rollito autonómico, sellando así un destino incierto a largo plazo. En el tema de las pensiones, un sistema que hasta 1976 se autofinanciaba, se ha convertido en piramidal por un simple motivo, pagar votos con pensiones no contributivas, y todo tipo de tropelías semejantes. Maravillosas pensiones tenemos ahora, los que empezamos a trabajar con 9 años y hemos cotizado para tener pensiones de más de 6.000 euros mensuales, pero que cobramos menos de la mitad, por ende, de la buena administración del chiringuito, Y con un destino más incierto que el de la Sanidad. ¿Debemos estar agradecidos o enfadados con los socialistas?
En 1976, un joven de veinte-pocos años tenía trabajo, o varios trabajos, sin mucho esfuerzo en conseguirlos. Existía un paro técnico, cierto, pero no tan alto como el que tenemos. Ese mismo joven podía comprarse una vivienda con esos años y en poco más de diez, ser su propietario. Y también podía comprarse una segunda vivienda, que le serviría de ayuda a su jubilación en un futuro concreto y no el ampliable, como pasa ahora con las jubilaciones. Pero ese segundo piso, para alquilar seguramente, ya no es una ayuda a la jubilación, sino un quebradero de cabeza, porque si lo alquila, queda en las redes de una Ley que le atenaza, sino puede ser ocupado o inquiocupado y, si lo recupera, puede estar casi destruido. Patxi, ¿responsables?, que no sabes, vaya.
Y hablando de pisos: entre el paro y los bajos sueldos, los jóvenes no pueden irse de casa de sus padres, formar nuevas familias y tener hijos para el futuro del País. Sueldos irrisorios que son saqueados por unos impuestos que no existían hace años. Vaya, otra cosa para agradecer a nuestros políticos Y hablando de familias, tan solo Portugal tiene un índice de divorcios superior a España. Más o menos con políticos muy similares, aunque con algo más de vergüenza, pero con el mismo problema. Leyes como la de Violencia de Género, que convierten, por encima de la Constitución, a las mujeres en seres de luz y a los hombres en culpables que deben demostrar su inocencia, pues son culpables por definición. Gracias a esos políticos que dicen ser odiados.
Y no crean que las mujeres están más beneficiadas que los hombres. Tan solo en lo que sirve para destruir la familia y la sociedad, porque en agresiones, como dicen ellos, violaciones en román paladino, estas se han disparado en los últimos años, multiplicándose. Curiosamente, un inspector jefe de policía denunciaba que los nacionalizados españoles, pero no nacidos aquí y los no nacidos aquí, encabezan el ranking de este tema. Eso sí, los social-comunistas han creado una ley que reduce las condenas por este asunto. Vaya, un buen acto de contrición vendría bien para ir solucionando ambos temas, agresiones y los no nacidos aquí.
En fin, mil temas más, como quitarle un hijo a un matrimonio de minusválidos por las dudas de que puedan mantenerlo y dárselo a cuidar a un tercero. Esto que parece tan bonito, no es más que la justificación de unos presupuestos económicos de cerca de tres mil euros al mes por niño y, son muchos más niños de los que ustedes creen. En definitiva, chiringuitos, subvenciones y el pueblo llano a aguantar y a pagar. Y Patxi pregunta desconsolado: “¿Por qué nos odian tanto?”. Contrición Patxi, contrición. Y ahí lo dejo…
José Antonio Ruiz de la Hermosa es, de primera formación, Sanitario y Capitán retirado de Sanidad Militar. Después, historiador, escritor y divulgador. Actualmente dirige en Decisión Radio varios programas de divulgación histórica y “La Cortina de Humo” sobre la actualidad nacional.