El anuncio del incremento del gasto militar al 5% del PIB exigido por la OTAN ha generado una nueva confrontación política en España. Podemos, liderado por Ione Belarra, Irene Montero y Pablo Iglesias en la sombra, aprovecha la situación para movilizar a su electorado y, de paso, atacar a su rival político Sumar. La dirigente ha llamado a una gran movilización popular contra el Gobierno de Pedro Sánchez, al que acusa ahora de estar sometido a órdenes de las élites internacionales. Esta posición de Podemos no solo muestra una bandera idónea para movilizar a su electorado, sino que también busca desgastar a Sumar en plena batalla electoral.
Podemos encuentra una bandera electoral
El aumento del gasto militar al 5% del PIB se presenta como una gran oportunidad para Podemos. Tras la exigencia inicial del 2% y el posterior debate sobre el 3%, ahora el umbral del 5% permite a los comunistas de Podemos presentar al Gobierno y sus socios como cómplices de la «espiral belicista» impulsada por EEUU y Europa. Belarra, en un mensaje publicado en la red social X, no dudó en calificar al Gobierno de «irresponsable» y llamó a los ciudadanos a movilizarse para frenar lo que considera una «injerencia externa».
La estrategia de Podemos contra Sumar
La estrategia de Podemos no es casual. Al centrarse en el aumento del gasto militar, golpea directamente a su rival en el espacio de la izquierda, Sumar, que al estar en el Gobierno se ve obligado a apoyar esta medida. Así, Podemos intenta mostrar a Sumar como un partido que ha claudicado ante las exigencias internacionales y de venderse por un «plato de lentejas», mientras ellos se posicionan como la verdadera alternativa de la extrema izquierda. Podemos no solo busca movilizar a sus bases, sino también consolidarse como el único partido de izquierdas que mantiene unos principios puros.
¿Insumisión militar o estrategia electoral?
Podemos ha calificado el aumento del gasto militar como una «sumisión al fascismo estadounidense», refiriéndose explícitamente a Donald Trump y otros líderes occidentales. Desde su perspectiva, el incremento es una amenaza directa a la paz y la estabilidad del país. Las fuentes del partido han denunciado que este incremento hipotecará el futuro de España durante décadas. Al mismo tiempo, llaman a la «insumisión» como una forma de resistencia ante lo que consideran una traición del Gobierno a sus principios.
La batalla por el discurso de la paz
Para Podemos, la bandera de la paz es el pilar fundamental de su discurso. Según Belarra, el Gobierno de Sánchez ha dejado de lado este principio para satisfacer a sus socios internacionales. Esta postura permite al partido no solo criticar al PSOE, sino también a Sumar, destacando su incoherencia al aceptar el incremento del gasto militar mientras se presenta como una opción progresista. El discurso de la paz y la insumisión refuerza la identidad de Podemos como un movimiento ciudadano frente a los intereses políticos del poder.
Al llamar a la movilización popular, Belarra intenta capitalizar el malestar social frente a una medida que muchos consideran injustificada. Mientras el Gobierno defiende el aumento bajo el prisma de la cooperación internacional, Podemos lo presenta como una sumisión al poder militar estadounidense y europeo. La lucha de discursos está servida, y la movilización es la carta que Podemos está dispuesto a jugar.
Oportunidad para la alternativa soberanista
Lo que sí es verdad es que esta bandera anti-OTAN de Podemos no hará más que fragmentar aún más a la izquierda española. Podemos, en su intento de recuperar protagonismo político, va a profundizar aun más las divisiones internas y generar un clima de enfrentamiento en el que Sumar quedará aún más marginado. Esta estrategia puede traducirse en una pérdida de votos considerable, debilitando el bloque de extrema izquierda en su conjunto. A medida que Podemos intensifique su campaña contra el gasto militar, Sumar se verá forzado a defender una postura gubernamental que no convence a sus bases, lo que provocará tensiones entre ambas formaciones. Cuantos más votos pierda la izquierda debido a esta estrategia, mejor le irá a las posibles alternativas soberanas, que observarán desde la distancia cómo el discurso rupturista desgasta a los sectores que antes unían esfuerzos en el Gobierno.