El Gobierno rumano ha celebrado una reunión con funcionarios de Bruselas, ONGs financiadas por George Soros y representantes de las principales redes sociales con el claro objetivo de censurar a los soberanistas patriotas antes de las elecciones en Rumanía. El encuentro, realizado el 3 de marzo en Bucarest bajo el nombre de «Mesa Redonda de las Partes Interesadas», ha sido denunciado como una estrategia encubierta para controlar el debate político e influir en los comicios.
Censura en redes sociales: un ataque a la libertad de expresión
Según denuncian el influencer Mario Nawfal y la periodista Iosefina Pascal, y recoge La Gaceta, esta reunión buscaba establecer mecanismos de censura en redes sociales para eliminar contenido que desafíe los planes de los globalistas burócratas europeos en Rumanía. Una estrategia que, lejos de garantizar un proceso electoral libre y transparente, refuerza la preocupación por la manipulación informativa promovida desde Bruselas con el apoyo del actual Gobierno rumano.
ONG financiadas por Soros presionan para impedir candidaturas críticas
Además de la censura digital, las ONG financiadas por Soros y, hasta hace poco, USAID, están organizando una protesta el 15 de marzo con el objetivo de presionar al sistema judicial rumano para impedir la candidatura presidencial de Călin Georgescu.
Georgescu, considerado una amenaza para los intereses globalistas, ganó las pasadas elecciones que fueron posteriormente anuladas con la excusa de una supuesta injerencia rusa. Ahora, el globalismo vuelve a la carga con un nuevo intento de bloqueo, evidenciando su temor ante el avance del soberanismo en Rumanía.
No es casualidad que la manifestación del 15 de marzo coincida con la última fecha legal para impugnar candidaturas, lo que refuerza la sospecha de que esta protesta es parte de una maniobra política coordinada para deslegitimar a los candidatos que no se alinean con la agenda globalista e impedir que Georgescu pueda ser candidato.
La hipocresía de las ONG globalistas de Soros
Resulta profundamente incoherente que estas ONG, financiadas por Soros, acusen a figuras como Elon Musk de «interferir» en la democracia y «atacar» a la sociedad civil, cuando en realidad son ellas las que actúan como brazos ejecutores de la agenda globalista en Europa e interfieren en los países.
Denuncian supuestas injerencias externas mientras ejercen presiones directas sobre los sistemas judiciales y electorales nacionales, con el único fin de moldear el escenario político a su conveniencia. Bruselas y el Gobierno rumano, lejos de defender la voluntad popular, están plegados a los intereses de la izquierda globalista, promoviendo una democracia a la carta en la que solo los candidatos afines a su ideología tienen cabida.
El caso rumano es un ejemplo más de cómo el globalismo trata de imponer su dominio en Europa, eliminando cualquier disidencia y usando la censura como su principal herramienta de control. Es inadmisible que se manipulen procesos electorales y se coarte la libertad de expresión con la complicidad de gobiernos títeres y burócratas al servicio de Bruselas.
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