El despliegue del coche eléctrico en España sigue avanzando a un ritmo muy lento, y muy por debajo de las estimaciones que el propio Gobierno anunciaba a principios de este año y que nos aleja cada vez más de los principales mercados europeos.
En efecto, el segundo trimestre, la infraestructura de recarga de acceso público aumentó en 1.528 puntos, con un total de 15.772 puntos de recarga de acceso público. Se trata de un crecimiento que se encuentra muy lejos de las previsiones. Y es que aunque no cesa el desarrollo de esta imprescindible infraestructura de recarga pública, muestra un muy lento progreso hacia los 45.000 puntos de recarga que serían necesarios este año para cumplir con los exigentes objetivos europeos y, como consecuencia, con los marcados a nivel nacional para 2030. Y es que de seguir este ritmo, a finales de año, España tendrá menos de la mitad de los puntos de recarga prometidos por el Gobierno (45.000 puntos de recarga)

Pero no solo es deficitario la cantidad sino, sobre todo, la calidad de los puntos de recarga

Pero el problema para el desarrollo del coche eléctrico a gran escala, no es solo el escaso número de puntos de recarga, sino que la mayoría de esos puntos públicos son de carga lenta de potencias por debajo de 22kW, que representan el 83% del total de los puntos de recarga de acceso público actualmente. Por tanto, tan solo el 17% de la infraestructura de recarga de acceso público en España corresponde a carga con potencia superior a 22 kW, lo que supone no llegar apenas a los 2.000 puntos de carga rápida en todo el territorio.
A la cola de Europa
Un muy lento avance muy por debajo de las estimaciones que marcaba el Gobierno para este año que hace que España se mantenga a la cola de Europa en el desarrollo de la electromovilidad, alejándose de los países de su entorno europeo, tal y como señala el indicador global, un estudio que valora tanto la penetración de los vehículos electrificados en nuestro mercado como la instalación de infraestructuras de recarga de acceso público.

Aumenta la brecha con Europa

Y es que, incluso, durante el segundo trimestre del año se ha producido una ralentización en el desarrollo. En este sentido, se logró un crecimiento de 0,9 puntos respecto al periodo anterior, alcanzando un total de 14,2 puntos sobre 100 en el Barómetro de electromovilidad, pero continúa aumentando la brecha nacional con respecto a la media europea, que ya se distancia en 15 puntos, la cual se sitúa en 29,1 puntos. Tal y como señala el indicador global de electromovilidad, el crecimiento de España es menor en comparación con la media europea, que sube 1,1 puntos.

También se abre más brecha en lo que a las matriculaciones de coches eléctricos se refiere y, durante el segundo trimestre, España ha alcanzado una valoración de 22,7 puntos sobre 100 en el indicador de penetración de vehículo electrificado, que representa un crecimiento de 1 punto, y un incremento menor respecto al periodo anterior. Respecto al conjunto europeo, con una media de 47,4 puntos en el segundo trimestre, la distancia se abre hasta los 24,7 puntos, lo que evidencia el lento progreso de la entrada del vehículo eléctrico en España.

Y es que a este ritmo no se alcanzarán los objetivos de descarbonización marcados por Europa de acuerdo con la agenda globalista 2030 de tener un parque de tres millones de turismos electrificados.

(Con información de VozPopuli)