Hay varios factores que hacen – no son los únicos- que un proyecto fracase: la falta de dinero, la falta de implantación y el no disponer de un medio de comunicación fuerte a nivel nacional. Y esto es válido para cualquier proyecto, llámese el de Yolanda Díaz o el de Macarena Olona
Pablo Iglesias, conocedor de esto, adelantó su ataque para polarizar y dificultar a Díaz captar fondos y apoyos esenciales para la batalla electoral contra Podemos, así como restarle voluntarios. Es decir, un ataque para mermar fondos y personas.
Los comunistas de Podemos saben que Díaz tiene un tirón electoral, su cargo como vicepresidente del gobierno y un apoyo mediático del que ellos carecen. Las ministras Ione Belarra e Irene Montero destacan entre las peor valoradas en todas las encuestas. Díaz, en cambio, lidera ese ranking. Los medios de comunicación que hace tan solo pocos años apoyaban a Podemos, ahora se han vuelto críticos. Aquellos pocos poderes y grupos de intereses que en su día auparon al partido de Iglesias al poder, ahora hacen frente común con Díaz y su nuevo artefacto, Sumar. Es decir, Yolanda Díaz tiene medios de comunicación que le apoyen su proyecto y , sin embargo, Podemos tiene cada vez menos.
Los miembros están con Podemos. Aún así, han iniciado una Estrategia de radicalización para recuperar militantes
Yolanda Díz se ha dado cuenta que no solo no cuenta con militantes en las zonas de España sino que Podemos está en plena confrontación para arrebatarle los pocos que tiene. Sin militantes, no hay implantación. Sin implantación se es un bluf.
Y frente al centrismo táctico de Diaz, en Podemos han decidido volver a la polarización (democracia contra fascismo) y al victimismo (la traición de Díaz) puede servir para generar un «revulsivo» que movilice a sus votantes. Los necesitan porque las elecciones municipales y autonómicas están a las puertas, y pronto llegará el ciclo de las generales. Y Podemos ha decidido lanzar un ultimátum a la ministra de Trabajo para que se decida: o entrega a Montero un papel relevante en la próxima confluencia o los de Podemos irán en solitario en las generales y se centrarán en luchar contra ella. es la estrategia no solo para recuperar militantes sino para restar militantes a Díaz.
Yolanda no cuenta con un canal de financiación estable
Po último, está el canal de financiación. En este sentido, la decisión de Iglesias de activar el pasado 6 de noviembre la ofensiva contra Díaz tiene que ver con dos ejes tácticos. El primero es la tardanza de Yolanda Díaz en construir Sumar. Podemos cree que Díaz ha tardado demasiado en definir algo parecido a una estructura de partido o movimiento. Sumar, su plataforma, es de momento una mezcla de declaración de intenciones, reuniones con liberados de Izquierda Unida y una página web (sumarfuturo.info). Es decir, Podemos considera que Sumar todavía está por hacer. Y que Díaz llega tarde. «No ha hecho los deberes», dicen en el partido de Iglesias.
A ese retraso se añade otro elemento fundamental para comprender el ataque de los morados. Eso tiene que ver con el dinero. Podemos cree que Díaz no está levantando los fondos y los apoyos financieros esperados.
Frenar la captación de fondos
En Podemos creen que Díaz no ha levantado mucho dinero, y eso limita su proyección. Sin una estructura de partido, para Díaz es esencial tener muchos recursos para las campañas de promoción de su marca. Y las fuentes de Podemos consultadas sostienen que la lideresa de Sumar todavía no tiene amarrado ese capítulo. Esta es una clave que explica por qué Iglesias ha decidido lanzar cuanto antes su ataque. Al generar polarización en el espacio será más difícil para Díaz levantar fondos y sumar a los aplausos en sus mítines también ayuda económica.
