Las comisarías clandestinas en Europa son “la punta del iceberg” de la red de seguridad de China

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La organización Safeguard Defenders destapa un centenar de recintos de la Policía china en más de 50 países

Los países europeos apenas están oponiendo resistencia ante las comisarías clandestinas de Policía china, que, según denuncian varias organizaciones en defensa de derechos humanos, son utilizadas para vigilar a sus ciudadanos en el extranjero sin contar con la autorización de las autoridades locales. Las redes de seguridad del Partido Comunista Chino (PPCh) no estarían respetando las debidas garantías procesales de cada país.

La asociación Safeguard Defenders, con sede en España, ha descubierto más de un centenar de centros en más de 50 países vinculados a las oficinas de seguridad pública de China. En concreto, se los asocia con el Departamento de Trabajo del Frente Unido, una organización dispersa, descentralizada y opaca dedicada a promover la influencia del PCCh en la industria nacional y la sociedad civil que trata también de moldear la opinión pública en el extranjero y supervisar las actividades de la diáspora china.

Pekín rechaza de plano esta versión y dice cumplir “estrictamente el derecho internacional, respeta la soberanía judicial de todos los países y no ha llevado a cabo ninguna actividad de aplicación de la ley a través de estaciones de servicio en el extranjero”.

En Europa, donde Safeguard Defenders ha detectado cerca de 50 centros de detención, la mayoría en España, Francia e Italia, las autoridades van a remolque. “Es evidente que Estados Unidos lleva ventaja, no en lo que respecta a las comisarías en sí, sino a las investigaciones y enjuiciamientos de la represión transnacional procedente de la República Popular China”, explica la directora de campaña de Safeguard Defenders, Laura Harth, a Newsweek. Los países europeos deben hacer más para frenar las operaciones de influencia más amplias del PCCh. En este sentido, las comisarías son solo “la punta del iceberg”.

Países Bajos, el primer país europeo en hacer pública la existencia de las comisarías clandestinas, está a la vanguardia, explica Harth. Unas comisarías cuyo cometido va más allá que la mera persecución de presuntos delincuentes y disidentes políticos. Pekín las utiliza para vigilar a las comunidades chinas en el extranjero.

Al menos 9 comisarias en España

Safeguard Defenders ha detectado nueve ‘comisarías’ en España para controlar su colonia. Actúan como oficinas administrativas, pero si detectan a alguien con cuentas pendientes le ‘sugieren’ que las salde.

Son tres en Madrid, dos en Barcelona, dos en Valencia, uno en Manresa y otro en Santiago de Compostela. Pero hay hasta 54, que se sepa, «comisarías en el extranjero» en una treintena de países a lo largo y ancho de todo el globo, desde Dublín (Irlanda) y Madrid hasta Nueva York (EEUU) y Ontario (Canadá).

Según la investigación, estas oficinas estarían ayudando «bajo cuerda» a las autoridades chinas a controlar las acciones de la comunidad china y a «presionar» a los disidentes en el extranjero. Operan bajo el paraguas de «ofrecer ciertos servicios de tipo consular» (como renovación de pasaportes o documentos relativos al cambio de estado civil).

No hay ni una sola denuncia contra estas oficinas, por lo que no hay una investigación oficial sobre ellas

(Con información de La Razón)

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