La masonería en la política española: De la última revelación de José Bono al caso de Txema Oleaga

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Esta semana el exdirigente socialista José Bono protagonizó una polémica inesperada, y es que Bono compartió en plataformas digitales un vídeo donde expresa su respeto y admiración a la masonería.

En efecto, el exdirigente socialista José Bono ha saltado al foco de la polémica en los últimos días tras haber compartido un vídeo en plataformas digitales donde expresa su respeto y admiración a la masonería. En el vídeo, que grabó a modo de mensaje, es un saludo a unas conferencias llevadas a cabo por una logia en Albacete. A pesar de haber mostrado públicamente sus creencias católicas, – y que por ello, no está permitido la pertenencia de los católicos a la masonería-, Bono revela que estableció contacto con la masonería en 2016 y afirma que los masones que ha conocido «son personas admirables».

Ningún político masón «ha salido del armario» hasta ahora

Dentro de la política española la masonería pasa desapercibida, cosa que no significa que no exista. Al revés, simplemente que no les interesa que se sepa. El Parlamento, cuenta con 350 diputados, y 266 senadores, además de los 2.550 diputados autonómicos. Y pareciera que no contar con ningún miembro que sea masón de manera oficial en más de 3.000 políticos, no es nada creíble.
Pero a pesar de ello, ningún político relevante ha declarado públicamente pertenecer a la masonería, aunque, por ejemplo, mucho se ha hablado de la pertenencia de Pedro Sánchez, Félix Bolaños o el anterior expresidente JL Rodríguez Zapatero, así como del líder socialista Rubalcaba.
Este dato de no haber políticos españoles actuales masones no concuerda, además, con la influencia histórica de la masonería en España. Así, en la II República, tal y como señala el historiador Ricardo de la Cierva, «el número de masones presentes en las Cortes republicanas, especialmente en el periodo constituyente es muy elevado, representando aproximadamente un 38 por ciento del total de representantes parlamentarios, así como el número de Presidentes del Consejo de Ministros masones: Manuel Azaña (1931 a 1933: 1936); Alejandro Lerroux (1933-1934-35); Diego Martínez Barrio (1933-1936); Ricardo Samper Ibáñez (1934); Manuel Portela Valladares (1935-36); Santiago Casares Quiroga (1936); Augusto Barcía Trelles (1936); José Giralt Pereira (1936). A ello debemos añadir un gran número de ministros y altos funcionarios».

José María Oleaga, ¿excepción?

Aunque, por supuesto, hay excepciones, una de ellas es José María Oleaga, actual senador por el PSOE y miembro de la comisión permanente de la Cámara Alta, que fue designado el pasado 2022 como el nuevo Gran Maestro de los masones españoles de la Gran Logia Española, que es la más importante en número y depende del Reino Unido. El que aparezca un senador de segundo nivel se debe considerar más una estrategia para blanquear la masonería en la política que otra cosa.

El grado de importancia de la GLE es que en 2019, la masonería española concedió a Felipe VI su más alta distinción, la medalla de la Orden Masónica del Fundador con distintivo rojo al rey Felipe VI. Se trata de la condecoración más alta para la organización, y está reservada a soberanos, jefes de Estado y personalidades que destaquen «por su labor en bien de la humanidad, la promoción del conocimiento de la Masonería en la sociedad o el desarrollo de las libertades cívicas y de la educación».

Por otra parte, esta vinculación de la masonería de Reino Unido con la de España es vital para entender  el grado de influencia del Reino Unido sobre España, sus gobiernos y sus políticas. De hecho, como dicen muchos analistas y expertos, la política exterior de España es la de Reino Unido. Hay que recordar que la Gran Logia de la masonería española deriva directamente de la masonería británica, de la que los monarcas de diversas generaciones han formado parte.

 

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Captura del vídeo difundido por José Bono en el que se refiere a la masonería

Además de la Gran Logia Española (GLE) en la que Oleaga es presidente, en España se pueden encontrar dos logias masónicas más, entre las que destaca el Gran Oriente español. Esta clase de masonería es mucho más radical y anticatólico. Es jacobina y dependiente de Francia y con mucha influencia en Cataluña – sobre todo a través de ERC-.

Y es que Francia es el país que más relación política guarda con la masonería, de hecho, algunos medios de comunicación se aventuraron a asegurar que uno de cada tres políticos en Francia pertenecía a alguna logia masónica. En el país galo no han sido pocos los escándalos relacionados con este hecho. Así, el medio Le Point llegó a publicar en 2011 un informe que señalaba a casi 150.000 cargos políticos franceses, entre los que figuraban asesores del expresidente Sarkozy, presidentes de grandes empresas e importantes actores del campo de la política francesa, todos ellos pertenecientes a logias masónicas.

Constitución y masonería

La Constitución española de 1978, actualmente en plena vigencia, establece en su artículo 22 la prohibición de las asociaciones clandestinas y de carácter paramilitar. Sin embargo, no se ha desarrollado dicha prohibición legislativamente ni se ha incorporado al Código Penal. Por lo tanto, nos encontramos en una situación indefinida en la cual los miembros de las sociedades secretas masónicas en España pueden llevar a cabo sus actividades sin ser perseguidos.

Es importante mencionar que, en caso de que algún político español desee formar parte de una sociedad secreta como la Masonería, legalmente tiene la posibilidad de hacerlo, ya que no existe una prohibición explícita al respecto. De los aproximadamente 90.000 políticos con sueldo que se estima hay en España, no se tiene constancia de que alguno de ellos sea miembro de una logia, a excepción de un pequeño grupo, entre los que figura Oleaga, considerados de menor rango. Sin embargo, esta situación es diferente en países como Italia o el Reino Unido.

(Con información de El Cierre Digital)

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