En un ambiente político marcado por la incertidumbre y la posibilidad de elecciones anticipadas, todos los partidos, incluyendo al Gobierno, se preparan para un escenario electoral próximo. Esta perspectiva explica la reciente paralización por parte de Sánchez de la ley de reducción de jornada laboral propuesta por los comunistas de Sumar, así como los intentos de controlar los procesos judiciales a través de la nueva ley que elimina las acusaciones particulares. El Gobierno de Pedro Sánchez, en una maniobra estratégica, está saboteando a su socio menor, Yolanda Díaz, al congelar su medida estrella.
El trasfondo de esta situación es claro: una lucha interna con tintes electorales. La medida de la reducción de jornada laboral, que se posiciona como una de las principales promesas de Sumar, ha sido paralizada por los ministerios de Economía y Hacienda. Esta acción refleja la voluntad de Sánchez de no otorgar a Díaz un triunfo político que podría fortalecer su posición electoral.
En este contexto, la estrategia electoral del PSOE parece estar orientada a absorber el voto de Sumar, debilitando a Díaz y a su formación. Las encuestas y el clima político apuntan a que el PSOE busca consolidarse como la fuerza hegemónica de la izquierda, dejando a Sumar en una posición de vulnerabilidad. La dimisión de Íñigo Errejón, las constantes fricciones internas y las zancadillas de Podemos han debilitado a Sumar, que ahora se enfrenta a una crisis existencial.
La eliminación de las acusaciones particulares en los procesos judiciales es otra pieza clave en esta estrategia. Con esta medida, el Gobierno buscan, además conseguir que se archiven las causas judiciales que afectan a familiares y amigos de Sánchez, evitar que dichos casos interfieran en el proceso electoral anticipado, asegurando así un control más firme sobre el panorama político y judicial en un momento tan delicado.
Este escenario evidencia cómo la política española se encuentra inmersa en un juego de poder donde las alianzas y los acuerdos parecen desvanecerse ante la posibilidad de unas nuevas elecciones -la reacción de Junts al despreciar la proposición de ley del PSOE y anunciar que enmendará la totalidad de la ley del PSOE es un síntoma claro-. Pedro Sánchez, con su calculada estrategia, está moviendo las piezas del tablero político para asegurar su continuidad en el poder, incluso a costa de sus propios socios de Gobierno. Es un recordatorio de que en política, las promesas y los compromisos a menudo quedan relegados cuando se enfrentan a la cruda realidad de la lucha por el poder.
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