La reciente publicación del informe ‘El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA) de 2024‘, de 156 países, elaborado por la FAO, un organismo de la ONU, tiene un único objetivo: Plantear la necesidad de una transformación alimentaria porque, según ellos, tenemos hábitos alimenticios poco saludables, relacionados con enfermedades no transmisibles como las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y la diabetes.

En teoría todo es muy científico y con proyecciones económicas adjuntas. Además, todo está pensado, según ellos, para nuestra salud. En la práctica supone que la organización de Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO) nos anima a no comer carne y a una alimentación vegetariana casi vegana.

Una imposición en nuestra dieta

Y por ello, la ONU plantea la sustitución de la carne en nuestras dietas con alternativas vegetarianas y veganas, e incluso la incorporación de insectos como fuente de proteína. Esto, argumentan, no solo beneficiaría la salud, sino también reduciría los impactos ambientales negativos de la producción de carne. Pero ojo, no es recomendación o una sugerencia, sino que viene acompañada de propuestas de políticas públicas y reformas que se espera sean adoptadas por los gobiernos de distintos países para regular el consumo de ciertos alimentos. En definitiva, y para ser claros, la ONU quiere imponerte de cambios dietéticos y que te hagas vegano porque ellos lo han determinado. Un signo dictatorial

«La FAO, o sea, la ONU, ataca de nuevo: no comas carne y, además, ahorraremos dinero». No se trata solo de una preocupación por la salud, sino de un esfuerzo de control sobre los hábitos alimentarios de las personas. La Agenda 2030 y las directrices de la FAO son una presión para conformar los estilos de vida de acuerdo a sus objetivos, en detrimento de la autonomía y libertad de elección de cada individuo.

Las alternativas de la agenda 2030: el veganismo y el consumo de insectos

La FAO y la ONU quieren imponer dos caminos principales como alternativas a la carne: el veganismo y el consumo de insectos. El veganismo excluye cualquier producto de origen animal y ha sido ampliamente promocionado como una dieta beneficiosa para la salud y el medio ambiente. Sin embargo, el consumo de insectos es una propuesta mucho más reciente, al menos en Occidente.

Para muchos ciudadanos, estas alternativas representan una pérdida de control sobre sus propios hábitos alimenticios, especialmente cuando las recomendaciones vienen acompañadas de una presión institucional.

Por supuesto, a la FAO no le interesa el que debería ser dato clave de una agencia agraria global de Naciones Unidas: la capacidad ingente de producción de alimentos de la humanidad, gracias a la tecnología, en aumento. Y tampoco considera importante el hecho de que el problema de la humanidad en esta materia no consiste en qué comemos sino en no tener para comer, a pesar de que este planeta puede alimentar a toda la humanidad… y le sobraría. No, a la FAO, lo que le interesa es seguir las directrices globalistas para obligarte a no comer carne.

La ONU al servicio del Nuevo Orden Mundial (NOM)

La agenda de la FAO y la ONU se alinea con los intereses del Nuevo Orden Mundial (NOM). Siguen las directrices una estrategia globalista que busca consolidar el poder en manos de un reducido número de instituciones y gobiernos. «LA ONU y el NOM nos quieren a todos veganos. Se preocupan por nuestra salud», comentan algunos críticos con tono irónico.

Estos intentos de la FAO/ONU representan una amenaza para la libertad individual y un intento de imponer un nuevo orden social en el que las decisiones personales se ven restringidas y ya son los intereses globales los que nos guían.

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