Podríamos remontarnos algunas décadas antes, aunque el empuje más importante se dio en el inicio de la pandemia provocada por el virus Covid Sars2, sabemos que realizado en un laboratorio, como al inicio escribí en un artículo. Fue el momento elegido por los que con su poder, sin ser votados, quieren cambiar el mundo. Lo han dicho claramente desde los años 70 del siglo pasado. La pandemia les dio el motivo creíble para cambiar la forma de vida, creencias incluidas. Sin protestar, nos confinaron; sin preguntar, nos vacunaron, sin saber los efectos secundarios reales. La mayoría nos sometimos, de lo que tomaron nota los que quieren implantar el Nuevo Orden Mundial (NOM), y aprovecharon para introducir el idioma inclusivo, cambios en las costumbres, acompañado de leyes que van en la dirección que nos llevará, si no reaccionamos, a ese mundo que tratan de implantar. Añadamos, como va siendo tradicional, la invasión (guerra) de Rusia en Ucrania. Consecuencias, las conocemos: aumento de la inflación, falta de productos de todo tipo, energía cara… que nos llevan a una situación de precariedad y sin ver un plan que nos permita salir de esta situación, algo que en otros países están intentando. La mayoría de los partidos políticos y fuerzas sindicales y patronal tendrían que ir en la misma dirección. Es triste recordar una situación como la vivida en la Transición, en la que todas las fuerzas se reunieron y firmaron y llevaron a cabo los conocidos Pactos de la Moncloa.
Todo por continuar siguiendo las pautas que acabo de escribir. Para eso se ha dado prisa la ONU con amenazas, no ha realizado ningún esfuerzo por las guerras. El cambio climático es otra cosa, Europa es la que más sufre y la que menos contamina. España solo provoca el 0,58 % de la contaminación mundial, 51 veces menos que China, que con Estados Unidos e India son los principales emisores del CO2 a nivel mundial.
Seguimos sufriendo, ahora tendríamos que hablar de la “España adormecida”, dado que una gran parte de los habitantes de esta “piel de toro” actuamos como si nos hubiesen dado una pastilla para calmarnos o dormitar. Hemos cambiado “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor” de Winston Churchill, por “frío, hambre, pobreza y paro”. Es hora de despertar y exigir un plan que nos saque de esta situación.
Jacinto Seara | Científico y Escritor