La depresión crónica en España: 44.000 casos nuevos cada año y dos millones de afectados

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Más de dos millones de personas sufren en España episodios de depresión aguda, pero es la depresión recurrente o crónica, esa que no responde a los fármacos durante al menos un año y que se puede prolongar décadas, es la que más preocupa a los expertos y se estima en 44.000 los nuevos diagnósticos anuales.

Mujer con 53 años de media

El perfil más frecuente de paciente con depresión resistente es una mujer con 53 años de media y en estas unidades acceden a terapias electromagnéticas, tratamientos antidepresivos que actúan sobre diferentes receptores y estabilizadores del ánimo. La genética es una de las principales causas de este tipo de depresión, si bien los factores ambientales también desencadenan la enfermedad.

La psiquiatra admite que «lo complicado» en la depresión resistente es conseguir una mejoría porque se trata de una enfermedad que puede prolongarse décadas e incluso convertirse en crónica, lo que puede suponer tratamientos permanentes con antidepresivos y psicoterapia.

La depresión en los niños: el 75% no recibe tratamiento

Según un estudio del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, las experiencias adversas durante la niñez y la adolescencia predispone a episodios de depresión en la edad adulta. De hecho, el presidente de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría, Pedro Javier Rodríguez, pone el foco en el infradiagnóstico y explica que en España el 75% de los niños con depresión no reciben tratamiento en los servicios de salud mental.

Rodríguez estima que el 10% de niños y adolescentes han llegado a tener un episodio depresivo en algún momento de la vida e insiste en la importancia de controlar la salud mental en estas edades «para mejorar la salud mental de adulto». Para que se considere un episodio depresivo tiene que durar más de dos semanas y establece dos puntos de cohorte: los 6-7 años y los 13 y 14.

Cuando pasan los 6 años y hasta los 13, además de la ansiedad y la irritabilidad, se  observan fenómenos de agresividad que a veces se confunden con problemas de comportamiento o de educación. Junto a esa irritabilidad se observa aburrimiento constante y elementos de tristeza. También puede disminuir el rendimiento escolar lo que se confunde con trastornos por déficit de atención.

A los 14 años y más, los síntomas son más similares a los del adulto con tristeza, baja autoestima, pérdida de energía y conductas negacionistas que pueden derivar en abuso de sustancias y pensamientos suicidas. Rodríguez ha recordado que el suicido es la primera causa de muerte no natural en la adolescencia, «y la depresión el principal factor de riesgo para el suicidio consumado».

Insiste este experto en que la depresión en niños pasa muy desapercibida, por ello desde la sociedad que preside piden más planificación y desarrollo de la salud mental infanto-juvenil, con el apoyo de pediatras que son la puerta de entrada al sistema sanitario.

(Con información de Voz Populi)

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