El Fondo Monetario Internacional -FMI- recalculó desde 3,6% a 3,2% el avance del PBI para este año. Estados Unidos y Europa serán las más afectadas. En el caso de España, hunde sus previsiones
El organismo consideró que la economía global crecería este año un 3,2% de promedio, lo que indica un recálculo a la baja en comparación con el informe mundial de perspectivas (WEO) de abril pasado, en que estimaba un 3,6%. Además, bajó un mucho más la perspectivas para el año próximo: pasó de esperar un avance del PBI global de 3,6% y ahora es de un 2,9%.
El Fondo Monetario no descarta la recesión el año que viene en la zona euro y en EEUU si se produce un corte total del gas ruso. «En un escenario alternativo plausible» en el que se materialicen algunos de los riesgos que señala, «incluido el cierre total de los flujos de gas ruso a Europa, la inflación aumentará y el crecimiento mundial se desacelerará aún más hasta alrededor del 2,6% este año y el 2% el próximo, un ritmo por debajo del cual el crecimiento ha caído sólo cinco veces desde 1970«, recuerda.
El FMI hunde el crecimiento de España y no descarta la recesión europea en 2023
En el caso de España, el FMI hunde sus previsiones de crecimiento en 2022 ocho décimas, pasando del 4,8% que estimó el 19 de abril al 4%, y rebaja las de 2023 del 3,3% al 2%, y se convierte en el organismo internacional con unas proyecciones más pesimistas para España. El World Economic Outlook, publicado este martes con el título Sombrío y más incierto, señala a España, junto con Alemania y Francia, como los países en los que más ha reducido sus proyecciones.
Causas de la alerta global del FMI
“La inflación mundial se ha revisado al alza debido a los precios de los alimentos y la energía, así como a los persistentes desequilibrios entre la oferta y la demanda, y se prevé que alcance el 6,6% en las economías avanzadas y el 9,5% en las economías de mercados emergentes y en desarrollo este año: revisiones al alza de 0,9 y 0,8 punto porcentual, respectivamente. En 2023, se espera que la política monetaria desinflacionaria haga efecto, con un crecimiento de la producción mundial de solo un 2,9 por ciento”.
En ese sentido, el organismo planteó luces de alerta en el tablero, entre ellas, la guerra en Ucrania. “Los riesgos para las perspectivas se inclinan abrumadoramente a la baja. La guerra en Ucrania podría llevar a una interrupción repentina de las importaciones europeas de gas desde Rusia; la inflación podría ser más difícil de reducir de lo previsto, ya sea si los mercados laborales son más estrictos de lo esperado o si las expectativas de inflación se desanclan”, advirtió el Fondo.
Por otra parte, también listó entre los riesgos “unas condiciones financieras mundiales más estrictas” que, si sucedieran, “podrían generar sobreendeudamiento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo”. Tampoco dejó afuera del análisis “nuevos brotes y bloqueos de Covid-19, así como una mayor escalada de la crisis del sector inmobiliario, podrían frenar aún más el crecimiento chino; y la fragmentación geopolítica podría obstaculizar el comercio y la cooperación mundiales”, continuó.
En ese sentido, resumió que “un escenario alternativo plausible en el que los riesgos se materialicen, la inflación aumente aún más y el crecimiento mundial disminuya a alrededor del 2,6% y el 2,0% en 2022 y 2023, respectivamente, ubicaría el crecimiento en el 10% inferior de los resultados desde 1970″, alertó el organismo que dirige Kristalina Georgieva.
“Dado que el aumento de los precios continúa reduciendo los niveles de vida en todo el mundo, controlar la inflación debería ser la primera prioridad para los responsables de la formulación de políticas. Una política monetaria más estricta inevitablemente tendrá costos económicos reales, pero la demora solo los exacerbará”, requirió el FMI.