EL IBUPROFENO:
El ibuprofeno es uno de los fármacos que no faltan en ningún hogar. Este antiinflamatorio es muy usado para el dolor de cabeza, el dolor menstrual, muscular, de garganta o de alguna articulación. La lista para tomar antiinflamatorios (como el iburofeno) o analgésicos (como el paracetamol) es cada vez más extensa.
El ibuprofeno es un fármaco de libre dispensación en su dosificación de 400mg. Esto favorece la automedicación, pero esto no quiere decir que esté libre de riesgos. Tomar una mayor cantidad no es necesariamente más efectivo y puede incrementar el riesgo de efectos adversos renales, cardiovasculares y digestivos. Uno de los axiomas de la farmacología clínica es: “No hay ninguna sustancia química que ingiramos como principio activo de un medicamento que sea totalmente inocuo” Por eso en la evaluación de seguridad y eficacia de un fármaco durante los ensayos clínicos para su aprobación y uso en humanos, es importante hacer un análisis riesgo-beneficio de los efectos secundarios.
El Ibuprofeno es un fármaco, quizás el más importante a nivel de uso, que pertenece a la familia de los Antiinflamatorios No Esteroideos (AINES). Algunos de los problemas de salud más frecuentes por el uso excesivo del ibuprofeno son el dolor abdominal, la gastritis y las úlceras. Su efectividad en esos síntomas es probada no es necesario que en este artículo hablemos de sus indicaciones. Sin embargo, si quisiera reseñar los peligros de la automedicación y recomendar firmemente que cualquier ingesta, y más si es de una forma habitual, sea siempre indicada y controlada por su médico.
También y sin ánimo de asustar a nadie, es importante que hablemos de sus peligros y efectos secundarios.
Esta familia de fármacos puede afectar al riñón. “Una de las principales causas de diálisis sigue siendo el consumo crónico de antiinflamatorios. Una persona aparentemente sana, que no tenía problemas, se encuentra con que tiene una insuficiencia renal y que necesita un tratamiento irreversible como la diálisis”. El ibuprofeno está contraindicado en caso de insuficiencia cardíaca, hepática o renal y patología gástrica.
Los efectos secundarios habituales del Ibuprofeno pueden ser: Estreñimiento, diarrea, gases o distensión abdominal. mareos, nerviosismo, zumbido de oídos. Pueden presentarse otros efectos secundarios que en función de su gravedad deberá suspenderse la ingesta del fármaco e informar al médico.
EL PARACETAMOL:
El paracetamol es un analgésico y antipirético. Inhibe la síntesis de prostaglandinas en el SNC y bloquea la generación del impulso doloroso a nivel periférico. Actúa sobre el centro hipotalámico regulador de la temperatura.
Está contraindicado en insuficiencia hepatocelular grave. En este caso, no habría que sobrepasar la dosis de 2 gramos de paracetamol/día en un intervalo mínimo entre dosis de 8 horas. El uso ocasional es aceptable, pero la administración prolongada de dosis elevadas aumenta el riesgo de aparición de efectos adversos.
El paracetamol, tiene importantes interacciones a tener en cuenta: aumenta el efecto de los anticoagulantes orales; la hepatotoxicidad se ve aumentada por la ingesta de alcohol o isoinacidad; la biodisponibilidad estaría disminuida y se potenciaría de la toxicidad por anticonvulsivantes; Los niveles plasmáticos estaría disminuidos por estrógenos, anticolinérgicos, colestiramina; disminuye el efecto de los diuréticos; La acción se vería aumentada por probenecid, isoniazida, propranolol; absorción aumentada por: metoclopramida, domperidona; aclaramiento reanl aumentado por rifampicina; puede aumentar toxicidad del cloranfenicol; Puede alterar ciertos parámetros de laboratorio: En sangre: aumento de glucosa, teofilina y ácido úrico; reducción de glucosa por método oxidasa-peroxidasa. En orina: aumenta valores de metadrenalina y ácido úrico; falsos + en determinación de ác. 5-hidroxi indol acético en pruebas con el reactivo nitrosonaftol. Aumenta tiempo de protrombina. Suspender 3 días antes de pruebas de función pancreática mediante bentiromida.
Las reacciones adversas son raras. Las más comunes son: malestar, nivel aumentado de transaminasas, hipotensión, hepatotoxicidad, erupción cutánea, alteraciones hematológicas, hipoglucemia, piuria estéril.
¿CUÁNDO USAR PARACETAMOL Y CUANDO IBUPROFENO?
En caso de fiebre o de malestar general con dolores generalizados de intensidad leve o dolor de otra causa (también leve) lo aconsejable sería el uso de paracetamol, idealmente cada ocho horas, aunque podremos emplearlo puntualmente cada 6 si no conseguimos controlar los síntomas hasta la siguiente dosis.
Precisa también que, en caso de fiebre no controlada con paracetamol, dolor generalizado de intensidad media de cualquier causa (dental, articular, garganta u oído, ginecológico, reumático…), o procesos crónicos con agudización de dolor el paciente se debe decantar por el ibuprofeno.
Aunque los analgésicos de este tipo no generan tolerancia (menor sensibilidad a la sustancia tras una administración continuada), sí se pueden dar casos de dependencia psicológica. “Hay gente que no se siente bien sin su paracetamol o ibuprofeno del día”.
Esto es puramente psicológico. Pero luego hay medicamentos que combinan, por ejemplo, paracetamol y codeína, que pueden generar una dependencia, aunque en ese caso la dependencia sería a la codeína y no al paracetamol. Estos medicamentos están regulados de forma más estricta que los analgésicos comunes.
COROLARIO
Dentro de los contaminantes emergentes, fármacos como el ibuprofeno o drogas como la cocaína, empiezan a tener una preocupante presencia en las aguas residuales, pudiendo llegar a generar efectos tóxicos y bio-acumulativos en el medio ambiente a medio o largo plazo. En este contexto, diferentes medios nacionales de comunicación han querido remarcar la importancia de esta problemática tras alarmantes detecciones de ibuprofeno en aguas residuales. Esto solo puede indicar un uso demasiado generalizado e indiscriminado de este fármaco.
Con este artículo no estoy en absoluto en contra de los tratamientos farmacológicos, pero en mi humilde opinión, estamos basando una parte importante de nuestro estado de bienestar y salud con una sobremedicación.
Internet y sobre todo el “Dr. Google o el consejo bienintencionado de la vecina con lo que a ella le va bien, favorecen la siempre peligrosa automedicación.
Recurriendo al tópico televisivo, antes de automedicarse “Consulte a su médico o farmacéutico”. Ellos son los profesionales capacitados para aconsejar bien sobre cuál es el tratamiento más adecuado para su dolencia.
Espero que este artículo os sea útil y clarificador. Gracias por leerme.
Albert Mesa Rey | Escritor
